Alerta ante nuevas modalidades de robos y arrebatos callejeros

El «abrazo por la espalda», es una de estas nuevas técnicas que han sido denunciadas por varias víctimas, particularmente en la zona de Parque Batlle.

Una mujer que sufrió esta modalidad, contó a El País, con la condición de no revelar su nombre, como se operan este tipo de robos.

«Había dejado el auto y salí caminado para hacer unos trámites en la zona de Parque Batlle, cuando de pronto siento que alguien me agarra de atrás. A ese no llegué a verle la cara, pero de frente vino otro tipo que me sacó la cartera», cuenta la víctima.

«Traté de forcejear con los delincuentes pero se llevaron mi cartera, con documentos, plata, celular, todo», dijo sin consuelo.

Tras el desafortunado hecho, la mujer contó lo sucedido en su círculo de amigas y la situación que vivió no fue la única. «Una vez que contás lo que te pasó, te das cuenta que a mucha gente le pasó más o menos lo mismo», indicó.

Sobre la zona donde ocurrió este hecho, el dirigente del Frente Líber Seregni, Esteban Valenti dijo en una carta abierta publicada en Uypress, luego de sufrir un robo que «ahí en la calle Canning pasa algo turbio, con gente que marca a las posibles víctimas».

Valenti contó que fue asaltado a plena luz del día, por dos delincuentes que lo rodearon y le manotearon la billetera que tenía en un bolsillo. Hubo forcejeo, pero los delincuentes lograron hacerse con un magro botín compuesto por documentos y «muy poca plata».

«Sensación personal, térmica o real: que a las 4 de la tarde te roben de esa manera en esa zona llena de sanatorios es un hecho que hay que registrar», dijo Valenti, quien se definió como «amigo del gobierno pero mucho, mucho más amigo de la verdad».

El tema delictivo en la zona del Parque Batlle no es nuevo. En marzo de este año, un joven denunció haber sido secuestrado por dos delincuentes cuando volvía de un festejo en un boliche a pocas cuadras de su casa.

No muy lejos del Parque Batlle, en los alrededores de 8 de Octubre y Centenario, otra mujer fue víctima de un robo, pero cuando dejaba el automóvil que, como medida de seguridad, tiene bloqueo automático en las cuatro puertas.

«Me fui a bajar del auto, por lo que tuve que sacar la traba. Los ladrones aprovecharon ese momento en el que saqué la traba para bajarme, me abrieron la puerta y me llevaron la cartera», contó la mujer, también pidiendo que su testimonio sea totalmente anónimo.

También en este caso, cuando la víctima contó el hecho a sus amigas y familiares, surgieron por lo menos tres anécdotas similares.

«A una amiga le hicieron lo mismo pero en vez de la puerta le abrieron la valija», contó la mujer.

En el cruce de 8 de Octubre y Centenario fue también escenario de un intento de robo al actor Petru Valensky que aguardaba para ingresar a dar un espectáculo en un club de la zona. Estaba vestido para actuar, con peluca y ropa de mujer. Tenía la ventanilla abierta porque estaba fumando. «Señora, deme la plata», le dijo el delincuente con el arma en el pómulo derecho.

El conductor del auto, llegó a tiempo para evitar la rapiña, subió al auto y aceleró. Fueron perseguidos por varias cuadras, hasta que lograron disuadirlos entrando en el Hospital Policial.
Famosos.

Estas nuevas modalidades y otras no tan novedosas, fueron testeadas incluso por reconocidas figuras de la televisión y el ambiente artístico de nuestro país.

Andrea Vila, co conductora del ciclo Verano Perfecto en Canal 12 sufrió la acción de los arrebatadores en dos ocasiones este año.

«En ninguna de las dos ocasiones me robaron nada, pero si me rompieron los vidrios y se metieron para adentro del auto», señaló la conductora.

Vila dijo que en ambos casos las situaciones le ocurrieron en pleno Centro y mientras esperaba el cambio del semáforo.
Tatitos y los famosos

La zona de las Siete Manzanas, donde actúan los Tatitos, también fue escenario de robos a dos mujeres: la periodista Ana Inés Martínez y la modelo Martina Graff. Ésta última contó a El País que «salía de grabar un programa en el Hipódromo, al mediodía. Agarré por Mariano Estapé y en determinado momento, un niño de 11 años y otro de seis caminaban adelante mío y por detrás me empezaron a rodear otros gurises. Cuando terminé de frenar aparecieron 12 chicos e intentaron robarme, pero pude escapar».

EL PAÍS