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Alto nivel de tasas de interés desacelerará el consumo.

Consumidores en descenso. El alto nivel de tasas de interés impactará en el nivel de consumo y por lo tanto en la actividad económica.

La tasa de interés en pesos que se paga actualmente entre los bancos está en niveles muy altos comparados con la inflación proyectada, observándose picos cercanos al 40%. Las perspectivas son de una moderación en los próximos seis meses, pero manteniéndose por encima de la variación esperada para los precios hasta tanto se logre controlar la inflación.

Ese mayor nivel de las tasas entre bancos impactará en las restantes tasas del sistema financiero, en particular aquellas que se cobran por el financiamiento al consumo, lo que tendrá un impacto sobre el nivel de actividad.

En el nuevo marco de la política monetaria, el combate a la inflación pasa por el control de los agregados monetarios. Para abatir el ritmo al que se incrementan los precios es necesario sacar pesos de la economía y que la tasa de interés real suba. Hoy la inflación deseada por el gobierno no dista mucho de la expectativa de los analistas: 8% anual bajando en dos años al 7,5%. Pero se estima que para lograrlo, la cantidad de dinero no debe crecer más del 13% anual y la realidad muestra que la base monetaria está creciendo en el orden del 20%.

A los fundamentos monetarios de la inflación se agregan las presiones sobre los salarios que aúnan por un lado pretensiones de aumento real muy altas y por el otro una indexación que dificulta el manejo macroeconómico al generar ciclos.

También hay que contar que el final del año pasado el gobierno jugó cartas fuertes para dominar el Índice de Precios al Consumo (IPC) en momentos en que éste se aceleraba. Para ello pospuso algunos ajustes de precios públicos, acordó con privados la postergación de algunos incrementos y bonificó transitoriamente la tarifa de la electricidad. Si bien debería existir el deseo de no tener que repetir este accionar artificial, todo hace indicar que si no lo hace, la inflación del presente año va a superar el 7,5%. Particularmente, la bonificación de UTE se volverá a dar, ya que la empresa pública ha anunciado que es un plan permanente y no algo transitorio por la situación de precios.

Hasta el momento el primer impacto de la nueva política monetaria fue sobre la tasa de interés de muy corto plazo en lo que vendría ser el mercado mayorista donde operan los bancos y grandes actores.

Las operaciones a tasas muy altas fueron predominantemente entre actores del sector privado. De todas formas ya incidió en las tasas de mediano plazo que paga el Banco Central (BCU) por sus letras en pesos, que subieron al 14% anual.

En números redondos, con una inflación esperada del 8% esa tasa implica un costo del dinero, o una remuneración por postergar el consumo, que supera el aumento en el costo de vida en el orden del 6%. Para lo acostumbrado en el mercado es una tasa alta.

La realidad de tasas de interés reales altas se debería mantener en el próximo semestre si se desea controlar la inflación. El impacto sobre otras tasas de interés no se demorará, en especial en las tasas activas.

Empezando por el crédito al consumo, se prevé un encarecimiento puesto que el costo del dinero que se está prestando ahora es más alto.

Esto impactará en el nivel de consumo y por lo tanto en la actividad económica, con lo que se completa el ciclo de control de la inflación.

Como se ve la trayectoria es un poco más lenta que cuando se afectan precios sensibles para el IPC directamente, pero el resultado final en mediano plazo es similar y más permanente.

La otra pata del canal de transmisión de la política monetaria es el ahorro. La presencia de tasas de interés más altas podría incidir en la decisión de ahorrar en lugar de consumir.

Hasta el momento el atractivo para ahorrar es bajo puesto que las tasas que se logran son reducidas y para las colocaciones en pesos no llegan a cubrir siquiera la inflación esperada. En el margen siempre hay algún efecto.

Dólar.

La característica bi-monetaria de nuestro país hace que lo que sucede en el mercado de pesos tiene consecuencias en el mercado en dólares. En este mercado también se junta el impacto de los mercados internacionales y los movimientos de capitales.

En este sentido, el último anuncio de la Reserva Federal hace pensar que se frenará en el corto plazo el flujo de salida de capitales desde la región hacia Estados Unidos y con ello la fuerza a la devaluación de nuestra moneda siguiendo a la brasileña.

No obstante ello, las tendencias de mediano plazo siguen siendo las mismas. Las tasas de interés comenzarán a subir en el mundo junto con la inflación en dólares y en nuestra plaza el peso se devaluará para corregir el desequilibrio actual.

Sin embargo, los mercados seguirán mostrando fuertes oscilaciones de corto plazo, sobre reaccionando ante los distintos anuncios que se vayan ocasionando.

Lo que cabe preguntarse es si con tasas en pesos altas y volátiles, tasas en dólares muy bajas y perspectivas que el tipo de cambio no aumente significativamente en el corto plazo no se generará un nuevo ingreso neto de capitales.

De ocurrir, se repetiría la presión a la baja en el tipo de cambio como aconteció entre fines del pasado año y los primeros meses del presente.

Ello ayudaría a controlar la inflación, pero a costo de dañar la competitividad y con ella el nivel de actividad externo.

En este marco se aguarda la decisión del BCU para el próximo trimestre.

 

 

Fuente: elpaís.com.uy

1 Comentario en Alto nivel de tasas de interés desacelerará el consumo.

  1. Estamos a la deriva, entre la yerba, el boleto y la canasta básica que no tardará en aumentar vamos a terminar emigrando como pajaritos.Una tristeza.