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Aratirí: FMI calcula ingresos por US$ 26.000 millones en 27 años

FMI realizó análisis de un informe de 14 páginas sobre el impacto que tendrá para el fisco. Foto: Archivo El País

El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que el Estado podría obtener ingresos por US$ 26.269 millones si el proyecto Aratirí se extiende durante 27 años, básicamente por tres conceptos: canon, IRAE y el adicional a este tributo.

La compañía Zamin Ferrous aún no ha firmado el postergado contrato que negocia con el gobierno para la explotación minera de hierro a cielo abierto, pero el cálculo sobre los beneficios para el Estado de su actividad llega en momentos en que crece la oposición a la extracción del mineral en las zonas afectadas.

La estimación del beneficio económico para el Estado fue realizada por el técnico Victor Kitange, que integró la misión del organismo multilateral que visitó Uruguay en octubre y que recientemente divulgó un informe con sus conclusiones.

Aratirí se propone explotar a cielo abierto cinco minas de hierro ubicadas en las cercanías de las localidades de Valentines y Cerro Chato.

El acuerdo se ha postergado varias veces. Aunque el FMI asumió para sus cálculos un plazo de 27 años de explotación, actualmente el gobierno y Aratirí discuten un contrato cuya extensión oscilaría entre los 18 y 25 años.

El trabajo del FMI considera que en los 27 años mencionados, Aratirí podría producir un total de 467 millones de toneladas con costos operativos de US$ 5.645 millones.

Los US$ 26.269 millones para las arcas del Estado durante toda la vida útil de las minas provendrían del pago del Impuesto a la Renta de la Actividad Empresarial (IRAE, US$ 9.885 millones), el adicional a este tributo (US$ 10.557 millones), el canon (US$ 4.228 millones) y el resto de la retención de impuestos de otros tributos sobre dividendos e intereses.

El FMI considera adecuado el régimen tributario que estableció Uruguay para los proyectos mineros porque le da una porción «justa» de ingresos al Estado pero al mismo tiempo no desalienta la inversión.

«Impone una carga tributaria más baja a las minas menos rentables, y por lo tanto alienta al desarrollo de los depósitos de hierro marginalmente rentables y captura una porción más alta en los yacimientos altamente rentables», dice el FMI.

El análisis técnico del FMI reconoce que se basa en proyecciones que pueden no reflejar los datos reales. De todas formas, aclara que las estimaciones se hicieron en base a cifras de producción y cálculos de los costos de capital realizados en base a los datos a disposición del público sobre el proyecto Valentines (Aratirí). «También se hicieron comparaciones con proyectos de minería de hierro en Sierra Leona y Liberia. Sin embargo, el pronóstico debería ser tomado como primariamente indicativo», concluye el análisis.

En términos generales, el FMI considera adecuado el nivel de 25% para el IRAE que está «dentro de las tendencias internacionales». De todas formas, advierte que los inversionistas no solamente se preocupan por la tasa del impuesto sino también por la base sobre la que se establece su nivel.

«Por lo tanto, es importante considerar las tasas impositivas en el contexto de las deducciones tributarias permitidas porque las normas sobre depreciación son claves para determinar las tasas efectivas», agrega. Este tributo, entiende el FMI, al vincularse con las ganancias de las empresas es menos distorsionante que el canon, pero los ingresos fiscales de esta fuente pueden ser, por este motivo, impredecibles y volátiles.

La tasa impositiva global que Uruguay pretende aplicar a los proyectos mineros, entiende el FMI, es razonable para los estándares internacionales. Si las minas tuviesen una rentabilidad baja la participación del Estado en los beneficios rondaría el 40% mientras que en un escenario de alta rentabilidad llegaría al 60%. «Una empresa minera puede comparar la tasa impositiva con las existentes para oportunidades de inversión en otros países competidores y si la tasa en Uruguay es más alta para el mismo nivel de riesgo inversor, es probable que la inversión vaya a otro lugar», advierte el FMI.

El organismo calcula que la Tasa Interna de Retorno para el inversionista será en este caso de 39% y que la producción comenzará en 2016 aunque el desarrollo de los cinco yacimientos podría comenzar este año.
Aratirí promete 1.500 empleos

Los opositores a Aratirí consideran que se ha sobreestimado el impacto ocupacional que tendrían las cinco minas de hierro en la zona donde funcionarán (este de Durazno y noreste de Florida). «Aratirí promete emplear 1.100 uruguayos y 400 extranjeros durante 12 años, que al cerrar la mina quedarán desocupados. Pero esa zona no está vacía, los empleos perdidos son mayores que los generados. Según el Instituto Nacional de Estadísticas, la zona de Aratirí está ocupada por 3.573 personas dedicadas a la actividad agropecuaria que serán directamente afectadas. Fuera de la obra inicial de dos o tres años, el aporte en fuentes de trabajo de Aratirí será entonces negativo», sostiene en un documento el Movimiento Uruguay Libre.

«El proyecto de Aratirí no propone aprovechar el hierro, sino extraerlo a un ritmo frenético, llevarlo lo más rápido posible a la costa y venderlo fuera del país. Si quisiéramos aprovechar ese hierro tendríamos que analizar cuál sería la mejor manera de extraerlo y de utilizarlo en un proceso productivo dentro del país», agrega.

El movimiento cree que la actividad de Aratirí contaminaría el aire y el agua de la zona por el drenaje ácido que generarían las rocas una vez que su interior quede expuesto por las excavaciones.
Una carga moderada

La empresa está dispuesta a pagar un 2% más de canon si se le garantiza estabilidad en los impuestos que pagaría durante 10 años.

El país

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