BUENAS COSTUMBRES: POR UNA PUBLICIDAD NO SEXISTA

Se enciende el televisor y en la tanda aparece en la pantalla el superhéroe salva de los gérmenes a una mujer que está limpiando su hogar. De acuerdo al Observatorio de Género del Círculo Uruguayo de Publicidad, este aviso habla de nuestras prácticas sociales.

 

 

De esta inquietud y de muchas otras, surgió el “Decálogo para una publicidad no sexista”, creado por un grupo de profesionales —hombres y mujeres— preocupados por cambiar las representaciones de género que vemos en los anuncios.

La publicista Fernanda Murias, integrante del Observatorio de Género del Círculo Uruguayo de Publicidad, explicó a Eme de Mujer cómo surgió y cómo fue el proceso de creación del decálogo que hoy se da a conocer a través de una campaña que incluye video, gráficas, así como también se da a conocer a través de encuentros y seminarios.

Murias relató que la propuesta surgió a partir de charlas entre ella y Cecila Drever. Tras trasladar la idea a dos organizaciones dentro del Círculo (el Círculo de Mujeres y Observatorio de Género) la adhesión de otras profesionales —especialmente sensibles debido a que se sentían tocadas o afectadas— fue casi instantánea.

El aporte de los hombres no faltó en la iniciativa. Según contó la creativa, el feedback de los varones fue “muy bueno” e incluso uno de ellos se encargó del diseño de la campaña. “En el grupo de trabajo están involucrados tres o cuatro hombres”, afirmó Murias. Y agregó: “Si el apoyo es por lo políticamente correcto o no, por lo menos, el apoyo existe”.

La tendencia. El decálogo forma parte de una tendencia global en la que “la concientización de los problemas de género está en el tapete”. Incluso en los “Objetivos para el desarrollo sostenible” de las Naciones Unidas, el punto número cinco trata a la igualdad de género.

Respecto al trabajo local en el marco del movimiento global, dijo: “Nosotros intentamos reflejar nuestra realidad. Intentamos identificar los estereotipos de la publicidad que no se reflejan en la sociedad. No todas las mujeres somos sumisas, naif, nos gusta el trabajo de la casa o queremos ser madres y no todos los hombres tienen el estereotipo de ser valientes, genios del deporte, etcétera. Lo que queremos es dejar de construir esos estereotipos negativos y generar una publicidad más amplia y más representativa de lo que es la sociedad. Es una realidad que en los últimos 100 años la historia la mujer avanzó más que en los miles anteriores”.

Sobre el decálogo, Murias hizo especial énfasis en la necesidad de eliminar la violencia de género como recurso creativo y subrayó que “es la piedra angular de todo esto”.
“Que hagas un comercial y pongas un hombre acosando una mujer o una mujer acosando a un hombre promueve la violencia, la publicidad es constructora de modelos y comportamientos sociales”, reflexionó.

A partir del decálogo se “intenta eliminar las relaciones tradicionales de poder de subordinación, como el representar a la mujer siempre en puestos de no decisión y al hombre en puestos de decisión, la relación jefe-secretaria”.
Aunque Murias reconoció que esto existe “no hay que promoverlo”, al contrario, “hay que trabajar para un mundo más igualitario porque las capacidades que tenemos hombres y mujeres son las mismas”.

Distintos actores. El material se trabaja desde 2015 y fue presentado a la comunidad publicitaria en los premios Desachate 2016. El próximo destino es llegar a las aulas de las universidades e institutos donde se enseña comunicación y comunicación publicitaria.
En tanto, los anunciantes se mostraron muy interesados en el tema. “Muchos fueron a nuestra primera charla y eso nos pareció muy simbólico”, explicitó Murias, aunque puntualizó que “para los clientes aún no hay conciencia sobre la problemática”.

La publicación de esta guía ayuda a concientizar que “la mujer no debe colocarse como el premio que viene después del consumo de un producto”. “En realidad esto es una cadena de decisiones. Ni los publicistas tienen que ir con guiones que atenten contra los derechos de nadie, ni los anunciantes tienen que utilizar a las personas como objetos al momento de vender o reclamar mujeres asociadas a la publicidad con modelos anteriores”, ejemplificó.

“Los uruguayos nos percibimos como una sociedad bastante avanzada en materia de derechos, pero si ves la tanda local hay muchos casos de este tipo de publicidad. Como la publicidad es un reflejo de la sociedad, eso da cuenta de que hay que trabajar desde la perspectiva de género”, concluyó.