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«Cada vez más mujeres salen a rapiñar»

Dos rapiñas ocurridas en medios de transporte, en un lapso de siete días, llamaron la atención. Ambas fueron perpetradas por mujeres armadas. La última fue el lunes de noche. Un taxista fue asaltado por una mujer que llevaba a su hijo de 5 años.

«Cuando avisan de una rapiña por radio, cada vez más se escucha que las que roban son mujeres», dijo José (61), un taximetrista que el lunes de noche fue asaltado por una mujer que subió al vehículo con su hijo de cinco años.

«¡Dame la plata!», exigía la mujer mientras amenazaba al taxista con un cuchillo tipo Tramontina e intentaba, sin éxito, llevarse las llaves del auto.

Media hora antes, la misma mujer, con el niño, había golpeado la ventanilla del taxi en la esquina de Bulevar Artigas y Ponce.

«¿Cuánto me sale un viaje de acá a Leandro Gómez y Martirené?», preguntó, mientras subía al nene al asiento trasero.

Ella se sentó en el delantero.

«Tenía que haberme dado cuenta de que algo andaba mal cuando ella se subió adelante. Capaz que zafaba», se lamenta José.

«Estaba bien vestida. No tenía pinta de malandra», agregó. La mujer, vestía una campera blanca, vaquero y botas. Era rubia teñida y llevaba bolsas de varias casas de ropa.

A la hora en que ocurrió el asalto llovía, por eso José accedió a llevar a la mujer hasta el barrio Casavalle.

«En circunstancias normales no la llevo, pero ayer llovía y como iba con un niño me dio pena», contó el trabajador.

Durante el viaje prácticamente no hubo diálogo pero a José nada le hacía despertar sospechas.

«Hay viajes en los que uno se pone nervioso porque te parece que te la van a dar y no pasa nada. En este caso viajé super- tranquilo», afirmó.

Cuando llegaron al destino, el taxista tomó la planilla e indicó la cantidad de fichas y el monto que debía pagar. Ella sacó un billete de $ 500.

«Ese fue el cebo para que yo sacara la billetera. Cuando me di vuelta a agarrarla ella ya tenía el cuchillo en la mano y me amenazaba», afirma José.

Hubo forcejeos ya que la joven pretendía llevarse las llaves del automóvil, pero no la podía sacar de la cerradura ya que tiene una traba de seguridad.

«Eso la ponía más furiosa», contó José.

El pequeño de cinco años que viajaba en la parte trasera, salió del taxi y golpeaba furiosamente el vidrio del chofer. «Era una locura», describe José.

Antes de irse, la mujer le robó la tablet, que los taxistas utilizan como GPS, y un teléfono celular.

«El chiquilín salió corriendo hacia los pasajes de Casavalle y la mujer después se fue para el mismo lado. Los tienen entrenados», comentó.

En los últimos tiempos se ha hecho notoria la mayor cantidad de mujeres que realizan rapiñas. Días atrás, tres mujeres asaltaron un coche de Cutcsa, con un arma blanca en el Paso de la Arena. Dos de ellas fueron detenidas.

En los últimos 13 años, la población femenina en las cárceles aumentó 537%, según datos proporcionados al Parlamento en diciembre del año pasado.

En 2001, las mujeres presas eran apenas 103. Hoy llegan a 656.

El incremento fue sostenido, pero tuvo picos entre 2002 y 2003, cuando pasaron de 138 a 335, y entre 2006 y 2010, en que se duplicó la población carcelaria de mujeres, de 387 a 718.

En 2011 la cifra descendió a 644; el año siguiente trepó a 665 y al día de hoy supera las 650 en todo el país (en Montevideo, había 435 mujeres recluidas el mes pasado).

Fuentes del Ministerio del Interior que trabajan con mujeres reclusas, y fuente judiciales, indicaron a El País que el aumento de la participación femenina en rapiñas se debe, principalmente, al fenómeno del narcotráfico.

«Comenzaron como mulas (la mayoría extranjeras que pretendían ingresar droga a Uruguay) y siguieron luego haciéndose cargo de las bocas de venta cuando la pareja caía en un allanamiento e iba a la cárcel».
Partes.

En el correr de este año, la Jefatura de Montevideo informó sobre 30 casos de delitos donde mujeres fueron protagonistas de tráfico de drogas, rapiñas a ómnibus y a taxis, robos a comercios y estafa.

El 20 de junio de este año, Angela Noemí Nilo González, de 25 años, poseedora de dos antecedentes penales, intentó hacer efectiva una letra de cambio robada en la sucursal del barrio Carrasco del Banco República (Avenida Arocena y Alejandro Schroeder). Fue encarcelada por receptación.

El 28 de mayo, dos mujeres rapiñaron una farmacia ubicada en 8 de Octubre y Félix Laborde. Una de las asaltantes le puso un cuchillo en la garganta a la esposa del dueño de la farmacia.

El 2 de marzo de 2014, la Policía detuvo a Andrea Isabel Autedo Ross, de 35 años, poseedora de antecedentes penales, quien vendía pasta base en una casa abandonada de Marco Bruto y Demóstenes (Pocitos Nuevo).

EL PAÍS

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