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CLAVES PARA UNA MEJOR CIRCULACIÓN DURANTE EL INVIERNO

Las bajas temperaturas del invierno logran que nos movamos menos y pasemos más tiempo delante de la estufa. Por ello pueden aparecer problemas como molestias circulatorias, retención de líquido o pesadez en los músculos.

Por un lado, los médicos recomiendan comer menos sal y menos grasas. En este sentido, explican que uno de los factores que influyen negativamente sobre la circulación de la sangre es la presencia de sal en la alimentación.

El exceso de sodio puede relacionarse con trastornos circulatorios y de retención de líquidos. En este sentido, conviene vigilar la cantidad de sal utilizada, así como no abusar de alimentos ricos en sodio, según recoge Clarín de Argentina.

Un consumo excesivo de alimentos ricos en grasas saturadas tiende a aumentar los niveles de triglicéridos y colesterol plasmáticos y aumenta la viscosidad de la sangre, lo que dificulta su circulación.

Por otro lado, se recomienda la ingesta de alimentos ricos en omegas. La grasa poliinsaturada tiene la capacidad de disminuir la viscosidad de la sangre, por lo que favorece la corriente sanguínea. Este tipo de grasa se encuentra en los aceites de semillas (girasol, maíz, chía), los frutos secos y el pescado azul.

Además estas grasas aumentan el «colesterol bueno» y hacen que el «colesterol malo» no se acumule alrededor de las arterias, por lo que evitan la formación de placas en las paredes de los vasos sanguíneos.

Las hortalizas y verduras, frutas frescas, cereales integrales, levadura de cerveza y legumbres son ricos en potasio. Este mineral tiene la propiedad de favorecer la eliminación del agua, por lo que es conveniente incluir en la dieta alimentos que contengan este mineral. Además, los alimentos vegetales son ricos en fibra, que facilita el buen tránsito intestinal, muy importante para tener buena circulación a la altura de la pelvis y evitar la presión intrabdominal.

Cuando se presentan problemas de circulación, es importante, además de llevar una dieta abundante en vegetales, aumentar el consumo de líquidos, aunque no tengamos tanta sed como cuando hace calor.

Y la clave más importante: moverse.

Hacer ejercicio habitualmente, mover las piernas o acostarse con las piernas en alto unos minutos son algunas de las actividades que favorecen el retorno venoso y mejoran los síntomas asociados a una mala circulación.

Si no se tiene tiempo de hacer ejercicios todos los días, se puede poner durante diez minutos las piernas en alto, acostándose en el piso con las piernas verticales apoyadas en la pared.

Fuente: Montevideo Portal

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