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Con nueva jueza, Policía reorienta investigación por la muerte de Lola

Investigadores no arrancan de cero pero tampoco hay pistas firmes

Con la llegada de la jueza penal Silvia Urioste, que retoma hoy el trabajo luego de su licencia, la Policía de Rocha, con el apoyo de efectivos de Montevideo, aspira a reencauzar la investigación para dar con el asesino de la joven argentina Lola Chomnalez, cuyo cuerpo apareció a fin de año en el balneario Valizas.

Para la Policía el caso no está en cero, aunque tampoco hay demasiadas pistas. Se espera que en las próximas horas las autoridades del Ministerio del Interior brinden una conferencia de prensa para informar sobre cómo proseguirá la investigación.

Desde el viernes 9 hasta este lunes 12 de enero la Policía no realizó ninguna actuación y así quedó plasmado en el parte diario, según supo El Observador.

Hasta ahora, ninguna de las líneas investigativas que condujo la jueza saliente Marcela López Moroy dio resultado. Todas las personas que pasaron por su juzgado quedaron en libertad al no poderse probar su vinculación con la muerte de Chomnalez.

Esto originó malestar en la Justicia, que reclamó pruebas concretas a la Policía, y por otra parte los investigadores se quejaron del tenor de los interrogatorios de la magistrada y la forma en la que condujo la investigación.

Fuentes del Ministerio del Interior comentaron ayer a El Observador que ahora se esperan resultados de las pericias técnicas de Policía Científica para reorientar los trabajos.

Uno de los elementos que falta es la mochila rosada que usó Lola cuando salió a caminar por la playa; y tampoco apareció el arma, supuestamente un cuchillo, con el que fue herida. Incluso la Policía utilizó drones para ayudar en la búsqueda de esos dos elementos.

El que no se haya encontrado ADN en las uñas de la joven indica que no luchó con su agresor, según se explicó a El Observador.

Para la Policía este es un caso complicado donde incluso hay dudas respecto a si el lugar donde apareció el cuerpo semienterrado en las dunas, es realmente dónde se cometió el crimen.

Esa zona está cercada por orden de la jueza López Moroy. Allí se encontró una tabla de madera con cabellos, una prenda masculina y una colilla de cigarrillo que están siendo analizados en el laboratorio.

Otro elemento que tendrá la jueza Urioste es el resultado de las llamadas del celular que hizo y que recibió Lola Chomnalez en los días previos y hasta el momento de su muerte.

La magistrada Urioste también recibirá el resultado de pericias ordenadas por su antecesora López, surgidas de la conformación de una junta médica con tres profesionales del Instituto Técnico Forense para que determine con exactitud la hora y condiciones en que ocurrió el homicidio.

Liberados

Entre los primeros detenidos que tuvo este caso estuvieron personas del entorno familiar: la madrina de Lola y su compañero, que a su vez tiene un hijo de 14 años con el que estaban veraneando en Valizas y a los que Lola había llegado a visitar. Fueron liberados al no hallarse pruebas en su contra.

Luego de responder ante la jueza los familiares regresaron a Buenos Aires. De necesitarse una nueva declaración será necesario pedir su extradición.

El segundo sospechoso fue un pescador, sobre el que tampoco se encontraron pruebas que lo inculparan, y posteriormente la búsqueda recayó con fuerza en un hombre apodado “el Conejo” sobre el cual se elaboró un identikit. Declaró durante más de 8 horas ante la jueza López Moroy, y fue dejado libre.

A partir de allí, las dudas volvieron sobre la familia de Lola .

Fuentes de la investigación señalaron a El Observador que en sus declaraciones, la madrina y su pareja mostraron “poca afectación” por la muerte de la joven.

Además, según supo El Observador, entre las causas del asesinato se revisa si fue un robo, e incluso se indaga acerca de si Lola Chomnalez era beneficiaria de alguna herencia.

Los investigadores también insisten en que, de acuerdo a la teoría criminalística, un homicidio con violencia, como es el caso de Lola, implica que detrás hay algo personal.

Esa violencia extrema con la que se actuó –la joven murió al ser asfixiada contra la arena– descarta la teoría del robo. La autopsia determinó que Lola no fue violada. Hoy se retomarán las actuaciones judiciales y se está a la espera de conocer las nuevas citaciones.

EL OBSERVADOR

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