CTI de niños del Pereira Rossell está desbordado

Las salas de cuidados intensivos, que suelen tener 10 camas cada una, ahora tienen 11. Además, se están trasladando pacientes a mutualistas privadas, sobre todo a la Asociación Española, Casa de Galicia y Círculo Católico. La dirección del centro y el personal de enfermería dicen que esto es producto del invierno y de las demoras en acondicionar la sala neonatal para que pueda acoger a 16 pacientes -la reforma se anunció hace 2 años.

«Los CTI están completos. Las necesidades de la población sobrepasan la dotación que tenemos. Cuando se completa derivamos a los pacientes a otros centros, que hasta ahora los han podido recibir sin dificultades», señaló a El País la directora del hospital, Ima León.

La nurse Ana Montans, que trabaja en el CTI neonatal del Rossell y a su vez está al frente del Sindicato Único de Licenciados en Enfermería (SULE), manifestó que esta situación suele repetirse cada año «debido al frío y al aumento de las infecciones respiratorias».

Montans explicó que cuando no hay cama «lo que se hace primero es estabilizar al niño en el Pereira para luego trasladarlo al CTI de una mutualista». En este sentido, advirtió que este escenario no es «el más recomendable» y reconoció que se puede tornar incluso «peligroso» para los pacientes.

«Hay veces que una situación se te puede ir de las manos y todo por no tener más camas y más personal», añadió la dirigente de SULE, quien precisó que, sin embargo, en lo que va del año «no hubo grandes complicaciones».
Enfermeros.

Montans denunció que la cantidad de nurses y auxiliares de enfermería disponibles en los CTI del Pereira Rossell son poco más de la mitad de los que se necesitan, como consecuencia de la falta de personal y a las certificaciones por enfermedad.

En este sentido, advirtió que la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) viola el decreto 399/08 del Ministerio de Salud Pública (MSP) que establece que «se deberá contar en las áreas de cuidado intensivo con un licenciado en Enfermería por guardia» y uno «cada cuatro camas en total y no más allá de seis».

Por otra parte, señaló que, por recomendación de los gremios, los auxiliares de enfermería no atienden más de las camas que advierte el decreto, por lo que las nurses muchas veces se ven «muy sobrecargadas» de trabajo.

«Los sindicatos no las dejan, les piden que se atengan al cumplimiento del decreto, pero alguien tiene que atender a los pacientes», añadió.

Además, Montans sostuvo que este trabajo es poco atractivo para las licenciadas en enfermería dado que se hacen contratos solo por tres meses y que las jornadas a veces se extienden hasta por 18 horas.

EL PAÍS