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Dramático: en medio del llanto, Pistorius relató cómo mató a su novia

El atleta sudafricano vomitó y se quebró ante el jurado mientras explicaba cómo fue la noche en que asesinó a Reeva Steenkamp de cuatro disparos. La sesión debió suspenderse hasta el miércoles.

El atleta paralímpico sudafricano, acusado por el asesinato de su novia en a noche de San Valentín de 2013, no pudo terminar su testimonio en Pretoria. La señal de TV (ver debajo), que ahora muestra el logo del tribunal que tiene a su cargo el juicio, no mostró la cara del atleta durante casi la declaración, que sí se pudo escuchar.

Las fotos del cuerpo ensangrentado de Steenkamp fueron exhibidas una vez másFinalmente, ante el pedido de la defensa, la jueza Thokozile Masipa decidió que la sesión continuará el miércoles.

Durante el fragmento en que pudo hablar, Pistorius tuvo todo tipo de inconvenientes. En un dramático testimonio, Pistorius relató cómo escuchó que la ventana de su baño se abría en medio de la noche, lo que lo convenció de que un intruso había ingresado en su casa y que necesitaba armarse.
«Ese es el momento que todo cambió», dijo Pistorius con la voz tensa producto de la emoción. «Pensé que era un ladrón que había logrado entrar a mi casa»,agregó. Pistorius realizó cuatro disparos a través de la puerta, tres de los cuales alcanzaron a Steenkamp, matándola instantáneamente.
Cuando imágenes del cuerpo ensangrentado de Steenkamp aparecieron brevemente en los monitores de televisión de la sala del tribunal, el atleta flexionó su cuerpo en el estrado y vomitó en sus manos ahuecadas.

Pistorius se retiró de la sala ayudado por sus parientes

   
¿Crimen por protección?
«Lo primero que vino a mi mente fue que necesitaba proteger a Reeva y a mí mismo», dijo el atleta en una declaración que permanentemente se vio interrumpida por su frágil estado emocional. «No podía ver nada en la habitación. Me moví en la cama y tomé mi arma. Saqué la funda de la pistola».

«Antes de llegar al baño escuché un portazo. Eso confirmaba que había un intruso»  «Al entrar al pasillo rumbo al baño sentí miedo y comencé a gritarle (al intruso) que se vaya. Comencé a desplazarme despacio por el pasillo teniendo cuidado de que estas personas vinieran hacia mí en cualquier momento».

«Justo antes de llegar al baño escuché un portazo. Solo podía ser la puerta del toilet. Eso confirmaba que había una persona o gente en el baño en ese momento».
En ese momento, Pistorius sostiene que comenzó a «aullar» más que «gritar». Ante la falta de respuestas, asumió que había un ladrón. «Levanté la pistola hasta mis ojos en la esquina de la entrada al baño», relató en el juicio, mientras mostraba una foto del lugar.
«Iba con mi espalda pegada a la pared para mantener el balance. Me arrastraba sosteniéndome con la mano izquierda y la pared. No estaba seguro si las personas estaban en el baño o a la vuelta de la esquina».
El dolor y el llanto interrumpieron la declaración de Pistorius hasta obligar a suspenderla
«En ese momento empecé a gritarle a Reeva que llamara a la policía. Estuve allí por unos momentos, no estoy seguro cuánto tiempo. No estaba seguro de si alguien iba a salir del baño a atacarme. Así que me quedé ahí gritando. Luego escuché un ruido adentro del toilet y pensé que alguien estaba por salir. Antes de confirmarlo había disparado cuatro tiros a través de la puerta».

«Puse mi mano sobre la cama para ver si estaba Reeva. Y no sentí nada»»No estaba seguro de si había alguien en el baño o alguien afuera de la ventana, con una escalera».

«Mis oídos estaban zumbando. Volví a la habitación, seguí gritando por Reeva. No estaba seguro de si había más intrusos en la casa».
«Me elevé hasta la cama, puse mi mano en la parte derecha de la cama para ver si Reeva estaba ahí y no sentí nada. En ese momento fue cuando pensé por primera vez que Reeva podía estar en el toilet».
«No podía ver mucho en la habitación, todavía tenía el arma en la mano. No quería creer que podía ser Reeva la que estaba en el toilet. Volví al baño. Traté de entrar, pero la puerta estaba trabada».
«Me puse mis piernas ortopédicas y corrí de vuelta al baño tan rápido como pude. Traté de patear la puerta pero no sucedió nada. Volví a la habitación, donde estaba el bate de cricket».
Pistorius regresó una vez más al baño, rompió la puerta con el bate y consiguió destrabarla.«Vi a Reeva, me tiré sobre ella y comencé a llorar. No se cuánto tiempo estuve así».Hasta aquí llegó el relato del atleta paralímpico sudafricano, que comenzó a llorar desconsoladamente, lo que generó la interrupción de la sesión.

 

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