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Mardini ganó el oro en la vida

Tiene 18 años. Su cara lo evidencia. No para de sonreír. Y claro, no es para menos. Yusra Mardini, nadadora siria, está viviendo un sueño que allá por 2011 parecía prácticamente imposible.

¿Qué sucedió? Ese año la guerra estalló en Siria y destruyó absolutamente todo: su casa y los lugares en los que practicaba natación, su deporte favorito y el cual había heredado de su padre, quien era entrenador.

Por este motivo, el año pasado tuvieron que huir. Yusra y su hermana Sarah, también nadadora, llegaron a Estambul para cruzar en un bote muy precario hacia Grecia. Todo transcurría con normalidad, pero el destino las puso ante la gran prueba de su vida. En la mitad del camino, el motor se detuvo y el agua comenzó a filtrar en la embarcación en la que había 20 personas. La desesperación comenzó a apoderarse de la mayoría de los tripulantes que no sabían nadar. Las hermanas Mardini no lo dudaron y saltaron al agua. Así, nadaron durante tres horas y media guiando con unas cuerdas el bote. Lograron cruzar el Mediterráneo hasta alcanzar las costas griegas de Lesbos y salvaron a todos los refugiados. Llegaron a Alemania y obtuvieron refugio.

«Habría sido vergonzoso si la gente de nuestro bote se hubiera ahogado. Había gente que no sabía nadar y no iba a quedarme sentada quejándome de que me iba a ahogar. Si lo iba a hacer, al menos lo haría sintiéndome orgullosa y de mí y de mi hermana», señaló.

Gracias a una beca del Comité Olímpico Internacional, Yusra pudo seguir entrenando y cumplir el sueño de participar por primera vez en unos Juegos Olímpicos en los 100 metros mariposa y los 100 metros libres. «Al poco tiempo de estar en Berlín fui a un club de natación y dije: Hola, soy nadadora, ¿me pueden ayudar? No tenía ni bañador ni gorro de baño. Me hicieron una prueba de nivel y me aceptaron. Ahora son como mi familia», contó.

Así, debutó en la tarde del sábado en Río. Encima, ganó su serie, la primera de las eliminatorias de 100 metros mariposa. De todos modos, su tiempo (1m 9,21s, a 13 segundos de la mejor, la sueca Sarah Sjöström) le dejó muy lejos de la clasificación para la final.

«Es verdaderamente un honor para mí estar aquí en Río 2016. Será por mi país, por Alemania y por el Comité Olímpico Internacional, ya que ellos me dieron todo el apoyo necesario para hacer esto posible», explicó.

El pasado viernes, Maracaná se puso en pie para recibirla con un caluroso aplauso. Su historia conmovió absolutamente a todos y trascendió las barreras del deporte. Se irá de Río sin una medalla, pero poco importa… Yusra ya ganó el oro en la vida.

Fuente: El Pais

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