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Mi primera aplicación

Con el auge de las plataformas móviles de Internet, cada vez proliferan más las apps pensadas para niños, que se hallan más cómodos con este tipo de hardware. Hay demasiado para elegir.

Cada vez más temprano se da el contacto de los chicos con Internet. La difusión de plataformas portátiles, como celulares o tablets, ha contribuido a esto. Más que por lo móvil, eso se debe a lo táctil: para un pequeño, usar un teclado o un mouse puede ser muy complicado, mientras que tocar o arrastrar los íconos le resulta mucho más natural. De acuerdo con una encuesta realizada este año en ocho países de la región por Kidbox, un servicio web uruguayo pensado para niños, ya se ha conectado a la Red 42% de los chicos latinoamericanos entre 0 y 8 años que viven en hogares con Internet; de hecho, la quinta parte de quienes tienen entre 0 y 2 años ya sabe lo que es navegar.

Así, cada vez surgen más aplicaciones (o apps)pensadas para los más pequeños. Algunas tienen un fuerte componente educativo, que permiten la interacción con sus padres, y otras son simples jueguitos sin otra función aparente que mantenerlos tranquilos en la sala de espera del pediatra o en un viaje largo en auto. Conviene conocer algunas, más ahora que se acercan las vacaciones.

En la encuesta de Kidbox, Talking Tom Cat, un simpático gatito que repite todo lo que se le dice, y Temple Run 2, un juego de aventuras en el que básicamente hay que correr, saltar y sortear obstáculos, aparecen como las apps preferidas (por los padres) para chicos de 2 a 5 años y de 6 a 8, respectivamente. «Hasta que tienen cuatro o cinco años, los niños son mucho más de ver videos en los celulares o tablets que de jugar. Y luego de esa edad les gustan mucho los que tienen una marca atrás (Disney, Nickelodeon), los puzzles interactivos, o esos que realmente no se entiende cómo pueden gustar tanto», señala Martín Larre, CEO de Kidbox.

La empresa española Softonic, una de las principales guías de software a nivel mundial, colocó a Multi Touch Paint, para pintar con los dedos sin manchárselos, eligiendo fondos, colores y grosores, y a Toca Hair Salon 2, para jugar a ser peluqueros virtuales, como las dos aplicaciones preferidas para el público preescolar y en edad de Primaria, respectivamente. La gran mayoría de estos programas son gratis, o tienen un costo de entre uno y dos dólares, señalan los expertos.

Esa firma calificó a Fruit Ninja, una adictiva app en la que básicamente se corta fruta, como la mejor para disfrutar «en familia». Esta es una característica también de estos entretenimientos. Gonzalo Frasca, catedrático de Juegos de la Universidad ORT, sostiene que en este mundo de la diversión virtual y portátil «lo interesante es que padres e hijos encuentren actividades para hacer en común, dejar que los más chicos les enseñen a los grandes».

Si de interacción entre padres e hijos se habla, entre los preferidos de Frasca, quien también es editor del portal educativo tecnológico escuelaLAB, están los llamados hidden object games (juegos de objetos ocultos), que son todo un submundo propio de las apps. Así como antes se armaban puzzles, ahora pueden buscarse animales, letras o fantasmas. Y si de jueguitos «a la vieja usanza» se habla, a este especialista le resulta particularmente atractiva la serie de aplicaciones Rayman: «Son muy parecidos al Mario Bros. El protagonista va rescatando distintos amigos dependiendo de la aventura. Es un juego simpático con ilustraciones muy poco convencionales, muy estilo europeo, muy francés, algo bastante lavado. Los estadounidenses diseñan cosas mucho más recargadas».

Educativo.

Lo educativo y lo divertido también se dan la mano en este mundo. La clave para tener una aplicación exitosa que trascienda al juego «es formar un equipo multidisciplinario de trabajo, que incluya educadores junto a los programadores y los diseñadores», señala Nicolás Amarelle, director de la firma uruguaya de software Código del Sur.

Frasca está particularmente entusiasmado con el Dragonbox.

En un artículo que publicó en escuelaLAB lo describió como un videojuego que «enseña en pocas horas elementos de álgebra que normalmente los niños tardan semanas o meses en aprender en la escuela». The human body, una excelente app pensada para enseñar el funcionamiento del cuerpo humano, es otra de sus favoritas.

Amarelle indica que Código del Sur ha desarrollado aplicaciones específicas para niños para iPad o iPhone. Count the animals, que enseña a contar de uno a veinte en veinte idiomas distintos (incluyendo chino y sueco), surgió originalmente para un cliente holandés; Fun time timer, nacido a partir de la inquietud de una madre, está pensado para chicos autistas o con trastorno generalizado del desarrollo (TGD) y les ayuda a adquirir la noción del tiempo.

Muchas personas son aprensivas con dejar Internet al alcance de sus chicos. Si bien en Estados Unidos hay apps pensadas para los padres y destinadas a la seguridad de sus hijos (ver nota aparte), estas aún no están muy difundidas por acá. En contrapartida, Kidbox creó una aplicación homónima para plataformas móviles, que bien puede resumirse como una red para (muy) menores de edad. Tiene dos versiones: la gratuita y la premium, que ofrece muchas más posibilidades, a 30 dólares por año.

«Es una aplicación que tú abrís y se la das al niño, que no puede salir de ahí sin una clave. No te podrá llamar ni entrar en Internet. Y dentro de ese ambiente seguro es Internet personalizada para cada niño. Se le pide a los padres un perfil de su hijo, edad y sexo, y le seleccionamos y ofrecemos los mejores juegos», señala Larre. Internet a medida, para chicos y transportable.

Para padres, para niños

Hay aplicaciones disponibles para padres, pensadas para la seguridad de los chicos, aunque no todas se pueden usar en Uruguay. También existen webs que crean una Internet amigable para los niños, que limita el acceso a la web y los juegos, como Famigo.

También hay otras que requieren una conexión previa entre el celular de los padres con sus hijos. Mammabear es una especie de GPS infantil y además verifica si el pequeño tiene suficiente carga; muchos cuestionan que lesiona la privacidad de los chicos. Otros como Stop Bullies, Near button y Bully Button, contactan directamente con los padres o el 911, grabación incluida, en caso de bullying.

 

Fuente: El Pais

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