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Montes del Plata inició producción de primera partida de exportación

La planta de celulosa de Montes del Plata, un emprendimiento conjunto entre la sueco-finlandesa Stora Enso y la chilena Arauco, comenzó ayer a producir. Sumará US$ 844 millones al Producto Interno Bruto (algo más del 1% de su nivel actual) .

La fábrica comenzó ayer el proceso de producción industrial y la próxima semana vendrá un primer buque que cargará celulosa para su exportación. Las dos socias absorberán parte de la producción para sus fábricas de papel y otra parte irá a los mercados asiático, europeo y norteamericano.

La apertura de la segunda fábrica de celulosa del Uruguay -la primera fue la de Botnia, hoy UPM-, ubicada cerca de Conchillas, en el departamento de Colonia, se había postergado varios meses por problemas laborales y climáticos y era muy esperada por el gobierno por el aporte que hará el nivel general de actividad económica.

El proyecto demandó una inversión de más de US$ 2.000 millones. El complejo industrial está ubicado en Punta Pereira y comprende una planta de producción de celulosa de última generación que puede producir hasta 1,3 millones de toneladas anuales (lo mismo que la fábrica de UPM en Fray Bentos), una terminal portuaria y una planta de energía en base a biomasa. Este primer año la producción rondará las 500.000 toneladas.

El puerto de Montes del Plata estará conectado al canal Martín García. La empresa habilitó un canal pequeño que permite que buques oceánicos sean cargados con la celulosa y naveguen hasta el Martín García y por éste, hacia el océano. La empresa cree, por lo tanto, que las demoras en dragar el Martín García no la afectarán.
Repercusión.

La planta es el eslabón final de una cadena de valor que involucra más de 5.000 puestos de trabajo (entre directos, indirectos e inducidos) en 11 departamentos del país. En su conjunto, estos empleos llevan asociada una masa salarial líquida de US$ 100 millones al año. La materia prima provendrá de plantaciones forestales ubicadas también en 11 departamentos para cuya producción se aplicarán las mejores técnicas disponibles en el mundo para el sector de la celulosa, siguiendo los estándares de la Unión Europea (IPPC BAT). Montes del Plata tiene 190.266 hectáreas, de las cuales 114.656 son plantadas y alrededor de 100.000 son áreas protegidas. Todas las plantaciones de eucaliptus son certificadas por el Consejo de Manejo Forestal.

Cuando esté funcionando a pleno, el complejo sumará US$ 844 millones al PIB.

La planta generadora de energía aportará a la red nacional eléctrica hasta 80 megavatios, transformando biomasa de forma renovable y sustentable.

La inversión también incluyó la construcción en Uruguay de tres barcazas de 5.000 toneladas de capacidad de carga cada una para el transporte de rolos de madera.

Matías Domeyko, presidente de Arauco que controla la mitad del paquete accionario de Montes del Plata, informó a la Superintendencia de Valores de Chile que la operativa de la planta impactará positivamente en sus resultados de manera todavía no cuantificable.

Montes del Plata suma una terminal portuaria al país, destinada tanto para el tránsito fluvial como marítimo.

También se construyeron 12 kilómetros de ruta nacional. Se continuó la ruta 55 desde el empalme con la ruta 21 hasta la propia planta de Punta Pereira. También se construyó un intercambiador a desnivel. Esta obra se hizo para evitar el paso de tránsito pesado por las localidades aledañas a la planta. De esta forma, se mejorará la seguridad y la integridad patrimonial de un pueblo con valor histórico como Conchillas.

Montes del Plata donó la infraestructura de alojamiento utilizada para la fase de construcción de su proyecto industrial: un barrio de 150 casas en la ciudad de Colonia, que pasará a manos de la intendencia para que sean utilizadas con fines sociales; un Centro de Alojamiento en la ciudad de Carmelo, que quedará bajo administración comunal para usos sociales y los componentes de un Centro de Alojamiento en Punta Pereira, que pasaron a manos del Plan Juntos.
Proceso.

La madera que llega a Punta Pereira son troncos descortezados de eucaliptus, que se acopian en el llamado Patio de Maderas. Los troncos son cortados en pequeñas astillas (llamadas «chips») para reducir y homogeneizar su tamaño, facilitando así el denominado «proceso de digestión». A través de una cinta transportadora, los «chips» viajan desde las pilas hasta las instalaciones del «proceso de digestión». Los «chips» son tratados con vapor y licor blanco (mezcla en base a hidróxido de sodio y sulfuro de sodio), en condiciones de alta temperatura y presión, para disolver la lignina y liberar la celulosa de la madera. Al cabo de este proceso queda una pasta de celulosa todavía impura (marrón, con restos de lignina) y, por otro lado, el licor negro (los químicos utilizados mezclados con los fragmentos de madera que se separaron de la celulosa). La pulpa pasa a un tanque donde es tratada con oxígeno, para mejorar su calidad.

La pasta de celulosa marrón pasa por cuatro etapas con las cuales se le retiran los compuestos que aportan color a la fibra para llegar a la calidad exigida por los mercados. El blanqueo se hace con dióxido de cloro, cuyo uso se minimiza incorporando al proceso hidróxido de sodio y peróxido de hidrógeno. Los fardos de celulosa se agrupan en paquetes de a 8 (de 2 toneladas de peso) y así se embarcan hacia sus destinos.

El mercado global de la celulosa de fibra corta en eucaliptus ( la que se producirá en Conchillas) produce aproximadamente 18 millones de toneladas y, con la puesta en marcha de nuevas plantas, como la de Montes del Plata, en los próximos tres años la producción subiría a 23,5 millones. Esto implica un incremento de 30% en la capacidad de este sector lo que hace pensar a algunos analistas que la celulosa podría abaratarse próximamente en los mercados internacionales.

UPM analiza construir una tercera planta en Uruguay.
Críticas a Cristina por UPM

El columnista José Eliaschev del diario Perfil de Argentina escribió que si su país «invoca que la pastera UPM no solamente ha contaminado sino que esa contaminación ha aumentado, no lo ha probado». «Por otro lado, si Gualeguaychú recibiera los perjuicios de una hipotética contaminación incrementada, ¿qué pasaría con Fray Bentos? (…) ¿Por qué razón el pueblo uruguayo -y ya no solo Fray Bentos, sino la nación uruguaya y su gobierno legítimo- habrían de producir de manera deliberada un perjuicio ambiental contra Fray Bentos?», se preguntó. La actitud argentina, escribió Eliaschev, es «petulante e intimidatoria».

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