Noticias Recientes

Patrimonio en disputa

Vence el plazo marcado por Unesco para mostrar avances en conservación de bienes patrimoniales del barrio histórico; vecinos dicen que hay poco para mostrar

Colonia del Sacramento, aunque se llene de argentinos, es bien uruguaya (aunque otrora española y portuguesa) y, por eso, a la uruguaya, se esperó hasta el último día para rendirle cuentas a la Unesco en medio de advertencias por una insatisfactoria gestión del barrio histórico, lo que para expertos y vecinos pone en peligro el estatus de Patrimonio Histórico de la Humanidad.

Sin embargo, Alberto Quintela, presidente de la Comisión Nacional de Patrimonio (CNP), considera que la categoría del sitio no corre ningún peligro. Por otra parte confirmó a El Observador que hoy le enviará un informe a la Unesco. “Contra viento y marea hemos intentado cumplir”, declaró.

Pero vecinos y expertos en la materia sostienen que la declaración de Patrimonio Histórico de la Humanidad muchas veces opera más como un eslogan turístico que como soporte para la conservación de los bienes patrimoniales. “Es fácil observar las consecuencias del insuficiente control urbanístico”, apuntó Jorge Benavides Solís, profesor titular de la Universidad de Sevilla y experto del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) (ver En Línea).

El deterioro del edificio de la exPrefectura, hoy propiedad de Buquebus, es el más acuciante. A pesar de que cuenta con un Grado de Protección 4 (máxima protección posible), según el inventario vigente, viene pudriéndose hace años. La lluvia ha entrado sin resistencia por las ventanas sin vidrios y las puertas carcomidas. Los estragos en el piso de madera ya no tienen vuelta atrás. En el año 2006 se colocó un cartel que rezaba “Inmueble en Restauración”, pero recién en estos días se limpió el predio. Allí se están realizando cateos arqueológicos en su interior. La empresa también es dueña de viejas construcciones en los alrededores que, a pesar de tener el mismo cartel, son terrenos baldíos.

Al arquitecto Miguel Ángel Odriozola Guillot, experto en Patrimonio Edificado e hijo de Miguel Ángel Odriozola Odriozola, impulsor de la distinción internacional, le “duelen” varias postales. Por ejemplo, le duele que se roben las marcas de bronce de la muralla que señalan la altura de la edificación original, o que siga creciendo el palán palán ya casi de dos metros de altura en el techo del Museo Español, también con un Grado de Protección 4, o que el museo Casa de Nacarello tenga cubiertas las tejas portuguesas con un pastizal. En el primer caso, su padre dedicó varios años para recuperar el 70% de las tejas originales, un hecho que no se puede repetir.

“Este patrimonio es muy frágil, no es monumental. No es una ruina, es un núcleo vivo que soporta una enorme presión urbanística proveniente del turismo”, dijo.

El Ministerio de Educación y Cultura (MEC) comenzó a trabajar en el único inmueble de su propiedad. Se limpió y se apuntaló la Casa de María Moreno (padrones 31 y 32). A juicio del presidente de la CNP, “era una ruina”. Pero explicó que no puede intervenir en las propiedades privadas a las que solo se les puede imponer ciertas condiciones, dado que tampoco se dispondrían de los fondos para proceder con posibles expropiaciones. “No se puede actuar en política patrimonial con un revólver”, ilustró.

Un día, además, Odriozola comentó que apareció una retroexcavadora en el padrón 29, frente al Banco República, que arrancó un pedazo de muro de los tiempos de la colonia y movilizó tierra sin haber hecho ninguna prospección arqueológica. O se promovió desde la intendencia un edificio de siete pisos en la zona de cautela (alrededor del barrio histórico) contraviniendo a las normas de conservación.

Otra falta que señaló Odriozola es que se siga permitiendo que se pinten las fachadas con colores estridentes −amarillo, naranja y casi fucsia−, sin respetar una paleta de colores acorde con la historia. U otra cotidiana: no se cumple con la prohibición de circulación de vehículos grandes en el casco histórico.

En lo que coincidieron Odriozola y Quintela es que Colonia no corre un riesgo inminente de que sea incluida en la lista de patrimonio en peligro (paso previo a quitarle el título), pero sí que se debe avanzar en su conservación. El jerarca agregó que, además, Uruguay atendió dos exhortaciones de la Unesco: no se aprobó el proyecto Marinas del Sacramento, un emprendimiento hotelero y puerto de yaces del empresario Juan Carlos López Mena, y se presentó el plan de gestión.

Deberes
El 6 de julio de 2012 la Unesco le dio a Uruguay una serie de deberes. Pero para Odriozola y Caballero no se avanzó en ninguno. Ellos aducen que se ha sufrido de desidia política, pero el jerarca sostuvo que han pesado más las rencillas internas entre vecinos, representantes políticos y la intendencia. Por ejemplo, esto no ha permitido que se avanzara en la creación de Plan de Ordenamiento Territorial. “Todo este tiempo hemos buscado pacificar”, relató.
Una tarea era la aprobación local y nacional del Plan de Gestión presentado ante el organismo ese mismo año. Un requisito era que se volviera a formar un CEH. El anterior fue disuelto en 2011 tras la renuncia de nueve miembros. Quintela dijo a El Observador que ya se eligieron a 20 personas que integrarán un “macroconsejo” de carácter consultivo y que trabajará sobre los informes que les proporcionarán los equipos técnicos y que deberán expresarse luego en ordenanzas municipales.

Queda pendiente la inclusión de la bahía y las islas como Patrimonio Histórico de la Humanidad. Y, a juicio de Odriozola, avanzar en la redacción de un Plan de Conservación. “No hubo voluntad política para avanzar en una gestión eficiente del sitio”, afirmó Odriozola.

A fuego lento
“El turismo es como el fuego, sirve para preparar los alimentos pero también puede ocasionar un desastre”, dijo Jorge Benavides Solís. Esta actividad, deseada y perseguida, es una de las principales actividades del departamento de Colonia pero, sin regulación, presiona a la ciudad que vive y sufre según sus caprichos.

Colonia es el principal punto de ingreso al país. En la última década fue el segundo destino (detrás de la costa rochense) que presentó mayor crecimiento en la última década: 251%. De acuerdo a datos del Ministerio de Turismo y Deporte, el ingreso de divisas supera los US$ 68 millones anuales.

Un futuro Plan de Conservación debe incluir una política turística. De lo contrario, Eduardo Caballero, exmiembro del CEH, se sentirá más solo. “Es un sitio muy visitado, muy querido, pero se lo visita como cosa bonita sin vida”, afirmó. Su familia, instalada desde 1997 en el pasaje hacia el viejo muelle, casi no tiene vecinos en varias cuadras a la redonda. Tampoco los tiene la familia de Cristian Pos (otro exintegrante del CEH), cuya casa en la calle San Pedro es la única habitada en la vuelta. Un amigo de su infancia es el único que vive de forma permanente en la emblemática calle de Los Suspiros. “El problema más grande del barrio sur es la enorme comercialización de los espacios y el vaciamiento de los vecinos. Y al no estar el vecino se descuida el barrio”, comentó este licenciado en Turismo.

Con todo, la Intendencia de Colonia tomó una medida cautelar: solo se pueden instalar locales comerciales en donde antes hubo una actividad comercial o administrativa.

El observador

Deja un comentario