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¿Por qué se ponen fríos los pies en estos días?

Llegan los fríos y enseguida los pies quedan fríos y las manos también pierden temperatura. ¿Por qué?

Llegaron los primeros fríos y uno de los puntos donde más se siente es en los pies, aunque también en las manos. ¿Por qué? ¿Hay alguna razón biológica que lo explique?

El País consultó a Jorge Díaz, gerente médico de UCM quien respondió que sí. Para él, una imagen que ayuda a entender el por qué de este fenómeno es pensar en una bomba de agua.

«Pensá que tenés una bomba de agua en una casa. La parte más extrema a donde tenga que llegar el agua es a donde va a demorar más en calentarse», ilustró el médico. «La punta de los dedos es la extremidad más lejana del corazón; es para la cual tiene que recorrer más longitud para mantenerla caliente».

Existe otra razón que explica esta molesta sensación. Cuando la temperatura ambiente baja, el cuerpo necesita proteger más algunos órganos y asegurarse de que se mantengan a la temperatura que necesitan (36 grados) y no se vean sobreexigidos.

Para ello, el cuerpo regula la flujo sanguíneo y se ocupa de que órganos como el cerebro o el corazón estén protegidos, reduciendo la circulación en las extremidades.

«El cuerpo humano dirige el flujo sanguíneo más a un lado que a otro. Tiene lo que se llaman mecanismos de autoregulación», explicó Díaz.

«Es como cuando, después de almorzar o cenar, la sangre se concentra en el aparato digestivo porque necesita realizar la absorción de los alimentos. Del mismo modo, cuando hace frío, para el cuerpo es es más importante mantener la temperatura del cerebro y del corazón que la de los pies y las manos».

Caminar ayuda a contraer los músculos y a que vuelva la sangre de los pies hacia el corazón, favoreciendo la circulación y reduciendo el malestar de la pérdida de calor.

Si los pies se sienten fríos pero al tocarlos no lo están, o si la percepción es constante e independiente de que la temperatura ambiente sea baja, es recomendable consultar al médico porque pueden ser síntomas de enfermedades más severas, incluso de tipo neurológico.

EL PAÍS

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