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¿Qué hay que hacer para poder ahorrar?

Algunos consejos para tener en cuenta al momento de ahorrar, tanto para el momento de jubilarse, como para darse un gusto del momento

La teoría para ahorrar nos la sabemos y nos parece muy fácil: apartar cada mes un poco de dinero y mantener nuestras manos alejadas de él, ¿verdad? Pero la realidad es otra y es que no es tan fácil ahorrar cuando uno tiene que pagar las diferentes facturas, prestamos…

Lo más importante para llegar a ahorrar es saber qué hacer, cómo hacerlo y para qué hacerlo. Como todo en la vida, es mucho más sencillo cuando conoces cuál es el objetivo para así poder marcar un camino para conseguirlo.

Empezaremos hablando de algo que se comenta muy poco: la educación financiera. Muchos de nosotros tenemos un millón de dudas financieras que nunca nos han resuelto y que por vergüenza tampoco hemos formulado.

Pero, ¿qué es la educación financiera?

Existen diferentes definiciones de numerosos expertos, pero para no liarnos muchos nos hemos quedado con esta de Bansefi. Para él, la educación financiera «es un proceso de desarrollo de habilidades y actitudes que, mediante la asimilación de información comprensible y herramientas básicas de administración de recursos y planeación, permiten a los individuos: a) tomar decisiones personales y sociales de carácter económico en su vida cotidiana, y b) utilizar productos y servicios financieros para mejorar su calidad de vida bajo condiciones de certeza».

Annamaria Lusardi, considerada por The New York Times como uno de los seis economistas más influyentes, considera que debe enseñarse educación financiera desde edades tempranas y explica que «tres factores han cambiado de forma radical en los últimos tiempos en nuestra sociedad: los sistemas de pensiones, el mercado laboral y los mercados financieros. Ese mayor protagonismo de los ciudadanos en lo que ahorra y en cómo maneja sus recursos de cara a su jubilación así como la creciente complejidad de los productos financieros obliga a una mejor formación en esta materia. Tú eres tu propio administrador financiero, algo que no solo afecta de cara a la jubilación, sino en el día a día, en el uso que hacemos de la tarjeta de crédito, por ejemplo».

¿Para qué debería estar ahorrando?

Responder esta pregunta no es tarea fácil. Numerosos expertos recomiendan separar el ahorro en tres categorías fundamentales: el fondo de emergencia, la jubilación y las metas o retos.

Un fondo de emergencia te ayudará frente a gastos inesperados o de última hora, como la rotura del auto o una visita al dentista y, ello, sin necesidad de endeudarte. La cantidad de dinero que debes tener en tu fondo de emergencia varía según tu situación personal y laboral, pero normalmente ha de ser capaz de cubrir al menos 6 meses de gastos. Para conseguir tener este fondo de emergencia hay que seguir al pie de la letra la siguiente norma: «Se usa sólo en caso de emergencias».

La jubilación puede parecer algo lejano, pero cuanto antes empieces a prepararla, menor esfuerzo será el que tengas que hacer mañana. Las metas o los retos dependen de ti. Asegurarte de que sean cosas tangibles, alcanzables, para incentivar tus esfuerzos y hacer del ahorro algo divertido que merezca la pena: el viaje que tanto llevas esperando, reformar la casa, unos zapatos, un partido de fútbol al que quieras ir…

¿Dónde debería guardar mis ahorros?

Primero diremos dónde no deberías: en la misma cuenta corriente que utilices habitualmente. En la cuenta corriente deberías tener sólo el dinero que vas a utilizar día a día. Mantener tus ahorros en otra cuenta te ayudará a gestionarte mejor y, sobre todo, a evitar tentaciones…

Lo ideal es que esa cuenta de ahorro sea completamente online para evitar comisiones y que te permita crear sub cuentas de ahorro para diferenciar tu fondo de emergencia de, por ejemplo, tus metas de ahorro. De este modo, serás consciente de cuánto dinero tienes para cada meta evitando difusas contabilidades mentales.

Revisa todos tus gastos mensuales.

Estamos acostumbrados a pagar las facturas mensuales sin mirar en detalle a qué se debe esa cantidad y muchas veces no tenemos tiempo para buscar la mejor tarifa de la luz, el gas o telefonía. Prestar atención a esto puede ayudarnos a ahorrar en gastos innecesarios.

EL OBSERVADOR

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