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Reclaman obligatoriedad y campaña por el HPV

La Sociedad Ginecotocológica del Uruguay (SGU) advirtió que la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (HPV) debería ser obligatoria, que "sería ideal" que se dé "por lo menos hasta los 26 años" y que es necesaria una campaña para que más personas accedan a ella.

El ministro de Salud Pública, Jorge Basso, señaló en una entrevista publicada ayer por El País que mientras en 2012, año en que se empezó a dar la vacuna, el 44% de las niñas de 12 años se la dieron, en 2013 y 2014 no se logró llegar ni al 30%. Y advirtió: «vamos a tener que mejorar esto (…) Estamos pensando en generar campañas porque queremos que se use».

Ante esta realidad, el presidente de la SGU, Gualberto Arribeltz, dijo a El País que aunque «se ha puesto a disposición la vacuna de forma gratuita, no se ha hecho una campaña masiva de divulgación». De todos modos, advirtió que con la llegada de Basso «parecería que va a haber un cambio con respecto a la administración anterior», de la exministra Susana Muñiz.

«Lo que pasó acá fue que se expuso en su momento la vacuna, pero no se ha insistido como se hizo con otras campañas, como ser la de la gripe. O sea que lo importante sería que se hicieran campañas más importantes y, si es posible, hacerla obligatoria.», consideró Arribeltz.

Por otro lado, el presidente de la SGU advirtió que sería ideal que se vacunara a las mujeres de todas las edades —no solo de 12 años—. Y señaló que existen estudios a nivel mundial de que sirve hasta en mujeres de 40 años.

Insistió en que si bien es cierto que «la mayor efectividad de la vacuna es en las adolescentes y más si no han estado expuestos al virus del HPV, porque tienen mejor respuesta el organismo a la formación de anticuerpos y además se tiene la seguridad que no han estado expuestas al virus si no han tenido relaciones sexuales, sería ideal darla al menos hasta los 26».

Aclaró que la vacuna se puede dar «hayan tenido o no relaciones» sexuales, pero «en caso que así sea hay que tener en cuenta si han entrado en contacto con el virus, lo que se ve en los resultados del Papanicolaou».

La vacuna, que es recomendada tanto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como por la Federación Mundial de Ginecología, según explicó Arribeltz, está en todos los centros de salud del país, y si en alguno no hubiese se pide y es enviada en el día. Sin embargo, advirtió, la falta de campaña es la que hace que no sean muchos los que la pidan.
Reacciones.

El exsubsecretario de Salud Pública, Leonel Briozzo, que es ginecólogo, manifestó que todo lo que tuvo que ver con la vacuna del HPV fue «lo más difícil de comunicar» y que el «tema de la crisis de confianza con la situación de 2012, con el tema de los enfermeros, fue mucho más sencillo y el tema del aborto fue mucho más claro».

En declaraciones a Océano FM, Briozzo también acusó una «politización del virus». Y contó: «el directorio del Partido Nacional, una vez que fuimos a la Comisión de Salud, nos presentaron al entrar: ahora van a saber lo que es bueno, planteando la importancia que tenía la obligatoriedad de la vacuna». Sostuvo que el tema fue «brutal» y «difícil de trasmitir».

Por su parte, a través de un comunicado de prensa, el Partido Nacional advirtió que los datos dados por Basso a El País «no hacen más que ratificar el fracaso del sistema hasta ahora utilizado» y volvió a reclamar la obligatoriedad de la vacuna.
Desestiman apelación del MSP sobre aborto.

El Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA) desestimó el recurso presentado por el Ministerio de Salud Pública, que reclamaba dejar sin efecto la suspensión de 11 artículos de la Ley de despenalización del aborto, según informó el abogado Gianni Gutiérrez. La suspensión se llevó a cabo luego de que un grupo de unos 100 ginecólogos manifestaran su disconformidad.

El fallo del TCA implica una ampliación en lo que respecta al alcance de la objeción de conciencia. La decisión los habilita a abstenerse en participar de todas las actividades preparatorias o posteriores a la realización de un aborto y no solamente al procedimiento. Los profesionales tampoco están obligados a firmar el formulario IVE, lo que debía hacerse en la primera consulta para que se procediera al proceso que terminaría en la interrupción del embarazo.

También quedarán liberados de presentar por escrito su objeción de conciencia ante el prestador para el que trabajan. TCA acogió el planteo de los ginecólogos para suspender la ejecución de diez artículos de la reglamentación (uno de ellos en forma parcial), mientras se espera que el fallo sobre la impugnación se conozca antes de fin de año.

EL PAÍS

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