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Ricaldoni y Palacio Legislativo: nuevos semáforos en dos de los embudos del tránsito

La administración de Ana Olivera pretende realizar estas obras antes del final del período. Los dos puntos son parte de un problema mayor de saturación del tráfico, con 400.000 autos que transitan por la capital

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Los bocinazos y frenadas son moneda corriente en la fuente de Ricaldoni, donde esa avenida se cruza con la calle Luis Morquio, con Jorge Canning y con Lord Ponsomby. También es algo común ver a los peatones cruzar la calle corriendo, ya que al no existir ningún tipo de paso peatonal, es casi la única forma que tienen de trasladarse de un lado al otro del Parque Batlle sin ser embestidos por algún vehículo. Ni hablar de cuando hay actividades en el Estadio Centenario o en el Velódromo municipal.

La zona se convierte en un embudo a la tardecita, cuando miles intentan volver a su casa después del trabajo.

Algo similar sucede en la entrada al Palacio Legislativo desde la Avenida Libertador, donde los autos que circulan por esa vía se suman a los que transitan por la Avenida de las Leyes y a los que desvían hacia el Centro por Yaguarón. Un caos que, con el aumento del parque automotor y la falta de conducta de los que van al volante, ya no puede ser controlado por un cartel de “ceda el paso” o de “pare”. Por ello, la Intendencia de Montevideo (IMM) ya piensa en cortar por lo sano y colocar semáforos en esos dos puntos.

Según explicó a El Observador el director de Ingeniería de Tránsito de la IMM, Boris Goloubintseff, el dar una solución a las complicaciones para transitar y a la falta de ordenamiento de la circulación de los vehículos en esas y otras zonas está dentro de los planes de la Intendencia antes de que termine el período de gobierno. El tránsito es uno de los temas que más preocupa a los montevideanos, y en esa línea los candidatos a la IMM manejan propuestas para todos los gustos (Ver página 3).

Un problema endémico
En el caso de Ricaldoni, la IMM trabaja desde hace dos años en un anteproyecto para colocar semáforos en la fuente del Parque Batlle, lo que implicaría además modificaciones en el sentido de circulación de algunas calles e incluso abrir una arteria dentro del Parque a partir de un camino ya existente. Se trata, dijo Goloubintseff, de dar una solución que de “seguridad y fluidez, y que ordene un poco el problema (de tránsito) en las horas pico”. Es que son varias las arterias que desembocan allí con mucho tránsito, tanto desde Avenida Italia como también desde 18 de Julio y bulevar Artigas, y hacen a esa rotonda una zona de confluencia imponente de vehículos. Una situación que se ha visto empeorada con el aumento del parque vehicular, que según datos del Observatorio de Tránsito de la IMM son unos 400 mil los vehículos que circulan por la capital.

Ricaldoni es además una vía de conexión entre el Centro y una zona de la ciudad muy habitada como los barrios Pocitos, Buceo y Malvín, que además tienen mucha densidad de vehículos, explicó el director de Ingeniería de Tránsito.

Hay vías que no se utilizan y como el tránsito es “superior a las arterias que tiene en el entorno”, la fuente de Ricaldoni es “sin duda”, donde se generan “conflictos de tránsito”, explicó por su parte a El Observador el director de Tránsito de la IMM, Hugo Bosca.

“Pasar por allí no es entonces “muy viable”, comentó a El Observador Gerardo Flores, que trabaja como chofer para la Unidad Coronaria Móvil (UCM) y se encontraba en la emergencia del Hospital de Clínicas. Sin embargo, esa ruta es casi obligada para muchos servicios de emergencia médica, ya que la zona del Parque Batlle está rodeada tanto de hospitales públicos como sanatorios privados.

El problema para entrar en la rotonda y la falta de respeto de las preferencias es lo primero que nombran los conductores al escuchar el nombre Ricaldoni. Tanto taxistas como remiseros consultados por El Observador coincidieron en que pasar por ese cruce es, por lo menos, “engorroso”, pero que esa situación ya se ha tornado “normal”. “Para los peatones es imposible cruzar, más en las horas pico, porque vienen muy rápido de avenida Italia y es imposible”, dijo a El Observador Jorge Pérez, quien trabaja como taxista.

Hay quienes se quejan de la falta en la conducta de los conductores. “En la rotonda habría que circular más despacio”, se quejó por su parte Leonardo Piriz, que trabaja en moto como repartidor, “pero acá no hay paciencia, entonces todo el mundo quiere pasar rápido y no es así”.

El director de ingeniería de tránsito explicó a El Observador en este sentido que en ambos casos se trata de un “problema circulatorio de prioridad”, ya que “hay volúmenes muy altos (de autos) para manejarlos con preferencias proyectadas con los carteles”.

Otro punto complicado
“En el cruce de Libertador y el Palacio (Legislativo) generalmente hay algún accidente. Un toque siempre hay”, aseguró a El Observador Gerardo Puga, quien trabaja en el local de MotorHaus ubicado en esa esquina.

Es por eso que la IMM también proyecta instalar semáforos en el acceso sur al Palacio Legislativo. Se pretende colocar esas señales luminosas en las calles que dan a la puerta principal de la sede del Parlamento, “como se hizo en uno de los laterales” (donde desemboca Daniel Fernández Crespo), explicó Goloubintseff, lo que también implicaría la realización de alguna obra vial para ordenar el tránsito. Se busca de esa manera poder manejar el acceso a la Avenida de las Leyes que según el director de Ingeniería de Tránsito “está muy conflictivo y peligroso”, lo que se acentúa sobre todo en las horas de la tarde al ser una zona que conecta con varios barrios de Montevideo.

En las horas pico, sobre todo en la tarde, los autos se amontonan en fila sobre Libertador y hacen imposible hacer la rotonda para tomar Yaguarón. En general, a lo largo de la Avenida de las Leyes el cruce es complicado pero esa esquina es uno de los lugares con mayor cantidad de accidentes en el último año, según datos obtenidos por El Observador desde el Portal Geográfico Ciudadano de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev).

EL OBSERVADOR

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