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Un astronauta, a punto de ahogarse por un fallo en su traje durante un paseo espacial

El casco del italiano Luca Parmitano se llenó de agua hasta cubrirle los ojos, un terrible error que sucedió dos veces, según ha reconocido la NASA

El astronauta italiano Luca Parmitano, de la Agencia Espacial Europea (ESA), estuvo a punto de morir ahogado durante una caminata por el exterior de la Estación Espacial Internacional (ISS) el pasado julio por un fallo en su traje que permitió la entrada de agua en su casco, según ha reconocido la NASA en un informe. El error, además, sucedió en dos ocasiones.

Según relata la agencia espacial, el 9 de julio, el casco presurizado de Parmitano comenzó a llenarse de agua durante un paseo por los exteriores de la estación. La NASA creyó que se trataba de una bolsa de bebida rota y el asunto se quedó ahí. «Si el tema se hubiera tratado con más detalle… el equipo probablemente se habría dado cuenta de que el agua en el casco (de Parmitano) necesitaba de mayor investigación», reconoce el ingeniero jefe Chris Hansen, quien presidió el panel de investigación designado por la NASA.

En efecto, una semana después, el 16 de julio, Parmitano y el astronauta de la NASA Chris Cassidy se ponen sus trajes espaciales para continuar el trabajo fuera de la estación espacial. Unos 45 minutos después, Parmitano avisa por radio a los controladores en tierra de que el agua se ha vuelto a filtrar en su casco. Los investigadores dijeron que la NASA no reconoció de inmediato la posibilidad de que el traje de Parmitano estaba fallando. Los ingenieros creían erróneamente que una fuga de agua dispararía un sistema que señalaría el problema. Pero no ocurrió. Por el momento, los controladores de vuelo abortaron la caminata espacial. El agua oscurecía la visión de Parmitano y dificultaba su respiración. Además, a medida que el astronauta se dirigía hacia la escotilla para volver a entrar a la estación, ayudado por Cassidy, perdió las comunicaciones de radio. Cerca de 1,5 litros de agua terminaron dentro del casco de Parmitano, dos veces más de lo que se encontró el 9 de julio.

Al principio, nadie sospechaba que la primera fuga era algo más serio que un problema con la bolsa de bebida. Finalmente, los ingenieros descubrieron que la fuga se debió a la contaminación en una bomba que forma parte del sistema de refrigeración del traje espacial. La fuente de la contaminación sigue bajo investigación.

El informe de la NASA de 220 páginas incluye 49 recomendaciones para reforzar los protocolos de seguridad, la formación y la comunicación. La NASA dice que va a poner en práctica las conclusiones antes de programar su próxima serie de caminatas espaciales este verano.

«El mensaje para todos nosotros es que debemos estar muy vigilantes y comunicarnos realmente», afirma el jefe de vuelos espaciales de la NASA William Gerstenmaier. «No estamos ocultando estas cosas. De hecho, estamos tratando de describirlas describir dónde podemos mejorar. Creo que esa es la forma en que prevenimos (accidentes como) Columbias y Challengers».

Fuente ABC.ES

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