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Alumnos que no ingresaron al liceo Jubilar repitieron tres veces más

Estudio de la UM destaca clima educativo y expectativas de estudiantes

Un estudio realizado por profesionales de la Universidad de Montevideo arrojó como resultado que un grupo de alumnos que no pudo entrar al liceo Jubilar ubicado en el barrio Casavalle y debió continuar sus estudios en liceos públicos repitió tres veces más que los estudiantes que sí lograron formar parte del Jubilar. Mientras que en el primer caso repitió uno de cada dos alumnos, en el segundo lo hizo uno de cada nueve.

Estos datos se desprenden del informe realizado por los economistas Ana Balsa y Alejandro Cid denominado “Mejorando las oportunidades académicas para jóvenes de contexto desfavorecido: Evaluación de tres años del impacto de un liceo de gestión privada en un barrio pobre de Montevideo”.

El estudio, que realiza un seguimiento de tres años tanto de los 70 alumnos que ingresaron al Jubilar en el año 2010, como de los 101 que no lo hicieron por no cumplir con los requisitos o por no haber cupos disponibles, arroja que la tasa de repetición entre los que sí pudieron estudiar en el Jubilar fue de 13%, cuando entre los que debieron hacerlo en liceos públicos fue de 49%.

El Jubilar es el primer liceo gratuito de gestión privada que existió en Uruguay. Fue impulsado por la Iglesia Católica, que fue quien lo fundó en el año 2002, y se financia con donaciones empresariales o de particulares.

Al centro solo pueden ingresar adolescentes del barrio, con condiciones de vida por debajo de la línea de pobreza y que al momento de ingresar hayan repetido solamente una vez.
La investigación no solo señala que la tasa de repetición en este centro fue tres veces menor que en un liceo público, sino que además establece que la probabilidad de que los alumnos cursen el grado que les corresponde cada año es el doble que en los liceos del Estado.
En este sentido, Balsa explicó a El Observador que en 2013 solamente un 40% de los alumnos que cursaron los tres años en los liceos públicos estaba en cuarto año como correspondía. En tanto, en el liceo Jubilar lo hacía un 82%.

En lo que tiene ver con resultados académicos, la investigación arrojó que los estudiantes del Jubilar lograron desempeños en matemática 17% superiores a los que alcanzó el resto de los adolescentes.

Al respecto, Balsa señaló que si bien se trata de una cifra moderadamente significativa, el estudio no permite inferir que haya una diferencia “en la forma en cómo se enseña en términos puramente académicos”. “El Jubilar es un liceo que se rige por el programa de Secundaria, que asigna a las materias las mismas horas que el resto del sistema”, afirmó.

Mayores expectativas

Sin embargo, los investigadores sí encontraron diferencias importantes en la cultura y valores que se les transmite a los alumnos desde que ingresan al centro educativo.
“Vemos que desde que ingresan al liceo, las expectativas educativas de los estudiantes del Jubilar duplican las del grupo de control (alumnos de liceos públicos)”, manifestó la economista, quien agregó que esto es algo que se nota desde el primer año y “no a partir de que se van sintiendo más confiados”.

“En el Jubilar enseguida que entran se les intenta expandir su horizonte educativo. Se les dice que ellos pueden llegar a más y que deben llegar a más”, subrayó Balsa. En este sentido, manifestó que la literatura existente sobre el tema respalda estos resultados. “Mayores expectativas están asociadas a mayor resiliencia, mejores resultados académicos y con más motivación para involucrarse en actividades que les permitan prepararse para el futuro”, aseguró.

Adelantó que las mayores expectativas están vinculadas también con comportamientos menos problemáticos. De hecho, otro elemento que se destaca en la investigación es el clima educativo que se vive en el Jubilar. Según Balsa, el clima de respeto y disciplina queda en evidencia cuando 67% de los alumnos señala que allí los conflictos se resuelven sin amenazas, sin peleas y sin insultos. Esta cifra duplica a la que se recoge entre los jóvenes que concurrieron a liceo público. Allí el porcentaje llega a 35%.

A esto se suma un mayor orgullo por la institución a la que pertenecen, un mayor agradecimiento a los profesores y un sentimiento de que el liceo es como su casa. En este sentido, Balsa resaltó que si bien 65% de los alumnos que asistieron a los liceos públicos dijo sentir que el liceo era como su familia, en el Jubilar esa cifra llega a 95%. La economista explicó que “esto también se asocia con más autoestima, con menos depresión, con indicadores de salud mental y con capacidad de enfrentar distintos problemas”.

No obstante, cuando se preguntó a los estudiantes si sentían que el liceo les imponía muchos límites y eso les quitaba libertad, 66% de los estudiantes del Jubilar dijo que sí, cuando entre el resto de los alumnos la cifra llegó a 30%.

Cosas que no se estudiaron

Al realizar el estudio, los investigadores de la UM no tuvieron en cuenta algunas características del Jubilar que lo diferencian del resto de los liceos y que quizá pueden influir en los resultados de la institución. Entre ellos, Ana Balsa mencionó la posibilidad de elegir el equipo docente, buscando que estos estén aliados a la visión de la institución. “Eso no lo analizamos porque son cosas que varían totalmente”, aseguró Balsa. La investigación también destaca el involucramiento de las familias en el liceo Jubilar.

EL OBSERVADOR

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