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Definen perfil de los más ansiosos

Ataques de pánico, preocupación excesiva, sentir miedo o evitar posibles situaciones estresantes. De todas estas formas puede presentarse la ansiedad, un trastorno al que las mujeres son casi dos veces más propensas que los hombres, según una revisión de estudios encabezada por la Universidad de Cambridge.

La investigación, publicada esta semana en la revista Brain and Behavior, tomó en cuenta las más de 1.200 investigaciones que se han hecho sobre el tema, y analizó en detalle 48. Así, pudo concluir que otro grupo fuertemente afectado por la ansiedad son los menores de 35 años, sin importar su sexo.

«Las personas jóvenes adictas a Internet están en especial riesgo de sufrir ansiedad, según han concluido varios estudios», explica la principal autora de la investigación, Olivia Remes.

Sin embargo, otro de los factores que hacen que los jóvenes sean ansiosos es que están más expuestos a las tensiones del trabajo y a un mayor número de interacciones sociales. Por otro lado, muchas veces entre las personas mayores y aquejadas por otras enfermedades es más difícil diagnosticar la ansiedad, advierte Remes.

El estudio también concluye que las personas del oeste de Europa y de América del Norte tienen más probabilidades de sufrir ansiedad que los pertenecientes a otras culturas.

El número más grande de afectados está en Estados Unidos, donde ocho de cada 100 habitantes sufren ansiedad. En Asia del Este, en cambio, la cantidad de afectados es menos de tres por cada cien habitantes.

Los investigadores también concluyeron que las personas con otros problemas de salud tienen más probabilidades de sufrir ansiedad. Así, el 10,9% de los adultos con una enfermedad cardiovascular que viven en Occidente presentan estos desórdenes, y entre los pacientes con esclerosis múltiple, el 32% sufre cuadros ansiosos.

Las embarazadas también suelen presentar más ansiedad, ya sea debido a la futura responsabilidad, como al aumento de hormonas.

«Los desórdenes de ansiedad pueden hacerles la vida extremadamente difícil a algunas personas, y es importante que los servicios de salud entiendan qué tan común son estos trastornos y qué grupos están en mayor riesgo», dice Remes.

Para la doctora Louise Lafortune, investigadora del Instituto de Salud Pública de Cambridge, no se trata de algo banal. «Los desórdenes de ansiedad pueden causar deterioro en la salud, provocar discapacidades y riesgo de suicidio».

Palpitaciones.

La ansiedad en sí no es mala; los humanos han sobrevivido gracias a ella durante milenios. Pero hoy en día es moneda corriente esa suerte de desasosiego sin motivo aparente. De hecho, la venta de tranquilizantes ha aumentado notoriamente en los últimos años.

Según datos de la consultora de marketing farmacéutico IMS Health, a los que accedió El País en 2014, mientras en el año cerrado en febrero de 2012 las droguerías, farmacias y mutualistas vendieron en Uruguay 1.699.766 cajas de tranquilizantes, en el año cerrado en febrero de 2014 la cifra aumentó a 1.888.347 ventas. Y eso que estos números no incluyen los fármacos recetados en Salud Pública ni en las aseguradoras privadas.

Según Alejandro Koppmann, psiquiatra de la Clínica Alemana (Chile) no hay que olvidar que la ansiedad es normal cuando cumple con tres características: «Aparece frente a un motivo concreto, la respuesta es proporcional al motivo, y se pasa con el tiempo. Si el marido tenía que llegar a las dos, pero son las cinco, y no responde el teléfono, se puede presentar palpitaciones o dolor de cabeza. Pero cuando aparece, la persona se relaja», ejemplifica.

Sin embargo, si se trata de una ansiedad patológica, explica, consultar es primordial. En esos casos, recuerda Koppmann-, se sigue un enfoque farmacológico, «que incluye antidepresivos en pequeñas dosis que hacen disminuir la ansiedad anticipatoria. En la parte no farmacológica, se realiza terapia cognitiva, una terapia psicológica que les da herramientas a las personas. También se recomienda la actividad física, sobre todo aeróbica, además de yoga y meditación».

Con él coincide Fernando Urra, psicólogo clínico experto en conductas humanas: «La ansiedad se presenta por una gran cantidad de factores. Entonces mejorar la calidad de vida, dedicarle menos tiempo al trabajo y más a la familia, a la diversión y a dormir también ayuda». Estados Unidos gasta 42,3 millones de dólares al año a causa de estos trastornos.

Diferente a un ataque de pánico.

En vistas al trabajo de la Universidad de Cambridge, la cadena de noticias BBC realizó un informe sobre las diferencias entre la ansiedad y los ataques de pánico donde aclaró que son dos fenómenos distintos. Aunque no siempre es fácil distinguir los síntomas de cada uno de ellos,

los ataques de pánico ocurren cuando el sistema nervioso se siente bajo amenaza o en peligro, publicó el medio inglés. En ese momento se puede sentir que se está al borde del colapso, con palpitaciones aceleradas y falta de aliento. La sensación permanece por un lapso que va desde algunos minutos a unas horas, pero desaparece y esa es la principal diferencia con la ansiedad. Por eso, una de las formas de saber si se está ante un cuadro de ansiedad patológico es preguntarse si se sientes ansioso la mayor parte del tiempo.

DETALLES DEL TRABAJO

Claves. Cómo saber cuando es patológico

La ansiedad patológica es una emoción desagradable, molesta, desproporcionada e inmanejable. Es discapacitante e interfiere con la vida normal, ya que se comienza a evitar lo que produce la ansiedad.

Doble carga. Si ya hay enfermedad es peor

La revisión de estudios puso de relieve que la ansiedad a menudo es una doble carga para el que experimenta otros trastornos de salud, como enfermedades del corazón, cáncer, e incluso la gestación.

Extremos. Desde EE.UU. hasta Asia oriental

La mayor proporción de personas con ansiedad fue en América del orte, con 8 de 100 afectados, frente a la menor proporción, en Asia oriental, donde menos de 3 cada 100 tenían este problema.

Fuente: El Pais

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