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Dos estilos, dos escuelas

El Mineirao va a quedar chico. Y va a ser una caldera del diablo, porque Brasil se va a jugar todo ante Alemania para obtener el pasaje a la final de la Copa en "su" Mundial. Y no va a ser fácil, claro. Porque enfrente tendrá un gran rival, y no podrá contar con Neymar, su máxima estrella, su figura más relevante de mitad de cancha hacia adelante.

¿Qué va a hacer Felipao? Nadie lo sabe, el entrenador brasileño guardó su carta bajo llave. Willian o Bernard, esa parece ser la duda, pero puede que tenga otra alternativa. Todo es posible en el mundo de Felipao, un técnico que mantiene su filosofía de juego austero.

Bajo su conducción no esperen un Brasil de «jogo bonito». ¡Y todavía sin Neymar!

Del otro lado, la Alemania de siempre. Porque si hay algo que no cambia es el fútbol alemán. Juegue quien juegue, sea el Mundial que sea, siempre está ahí, entre los mejores, definiendo, arrinconando a los rivales con empuje, con fuerza, con presión, pero también con un fútbol vertical.

Belo Horizonte tendrá el choque de dos escuelas, de dos estilos, pero ambos persiguiendo un mismo objetivo: la victoria y la final.

Brasil llega malherido por la lesión de su astro y por la suspensión de su capitán, Thiago Silva. De hecho, el ánimo de los torcedores anda por el piso y, salvo los más fanáticos, nadie se anima a vaticinar un triunfo esta tarde.

Alemania está intacta. Viene de vencer a Francia.

El partido de esta tarde encierra cierto sabor a revancha, al menos del lado alemán, porque aún duele aquella derrota ante los brasileños en Corea-Japón 2002, cuando el gran Oliver Kahn se equivocó ante quien no podía equivocarse: el «gordo» Ronaldo. Fue triunfo norteño por 2-0 y eliminación teutona.

Hoy, a 12 años de aquella derrota, Alemania aparece con más resto que el dueño de casa, pero Brasil va a contar con un estadio repleto, hirviendo, empujando y alentando por una victoria que se hace impostergable.

Brasil y Alemania tendrán su pulseada. Esa por la que esperaron 12 años. Dos estilos, dos escuelas, una misma meta. Llegar a la final y empezar a acariciar la Copa.
Un vacío difícil de llenar: Scolari probó todas las alternativas en busca de un Neymar

Felipe Scolari experimenta, cambia, busca. El entrenador de Brasil tiene un difícil rompecabezas para armar, que es el equipo titular que enfrentará a Alemania, y no cuenta con la pieza fundamental del puzzle: la estrella Neymar.

En conferencia de prensa, «Felipao» dijo que ya había definido la oncena titular, aunque no quiso adelantarla. Si es cierto que la tiene, la búsqueda fue estresante, angustiante, ya que todos los mediocampistas y delanteros que están a su disposición, desfilaron en la última práctica.

Los primeros once con los que probó el DT ayer fueron: Julio César; Dani Alves, David Luiz, Dante, Marcelo; Luiz Gustavo, Fernandinho, Paulinho; Oscar, Hulk y Fred. Luego experimentó con el ingreso de Willian en lugar de Paulinho y también sacó apuntes sobre Bernard, Maicon, Hernanes y Jô, que ingresaron de a uno en el equipo titular.

Muchas pruebas, muchos cambios, algunos gestos de preocupación y pocas certezas. El vacío que deja Neymar es muy difícil de llenar y Scolari sabe que no se puede improvisar en una semifinal del campeonato del mundo y mucho menos teniendo enfrente a Alemania.

En la práctica también hubo espacio para los tiros penales y tiros de media y larga distancia.

Todo se ensaya, todo se práctica bajo la atenta y preocupada mirada de «Felipao».

EL PAÍS

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