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El «ajuste» llegó al Vaticano

Por decreto, Francisco suspendió ascensos, contrataciones e incluso horas extra, aunque desde el inicio de su papado se trabaja mucho más. El Papa no quiere despidos. Y recorre los pasillos apagando las luces.

Se respiran aires de ascetismo»franciscano» en la Santa Sede desde el 13 de marzo pasado. El pontífice argentino está poniendo a todos los miembros de su mini Estado a la medida de su propia austeridad. Ya es leyenda que, a medida que se desplaza por los pasillos del Palacio Apostólico, el Papa va apagando las luces. Y que una vez comentó: «Ahorrando luz se paga el sueldo de un párroco«.

Trascendió además que no habrá festejos suntuosos, este sábado 22, como solía suceder, para dar la bienvenida a los 19 nuevos cardenales que serán ordenados por Francisco en la Basílica San Pedro. Por la tarde, amigos, parientes y algunos fieles podrían ingresar al Vaticano para saludar a los nuevos  purpurados al concluir la ceremonia.

Pero, a diferencia de otros consistorios, los inminentes cardenales han renunciado a los ágapes posteriores, habituales hasta ahora, tanto en las respectivas diócesis como en salones cercanos a la Santa Sede; por ejemplo en el roof garden del Terminal Gianicolocon un catering que podía llegar a los 50 mil euros.

Período de vacas flacas

A diferencia del Gobierno de su país, que quiere ajustar sin pronunciar la palabra, Francisco fue de frente, fijando las nuevas disposiciones por decreto. Lo llevaron a ello las previsiones económicas para este año 2014, que auguran una etapa de vacas flacas.

Eso en lo coyuntural. Y, más en general, está la aspiración de Jorge Bergoglio de tener una«Iglesia pobre para los pobres», que no significa renunciar a los recursos sino destinarlos a su función esencial –el servicio a la gente-, distrayendo lo menos posible en las estructuras.

El diario italiano Il Messaggero resume así las medidas tomadas con la preocupación de reducir el déficit sin tomar disposiciones, como los despidos, que afecten a las familias de los trabajadores: bloqueo de ascensos, suspensión de renovaciones de contratos y de todos los encargos profesionales, congelamiento de las promociones y escalafón y prohibición de apelar a horas extra y trabajo dominical salvo casos de excepión.

Lo que se prevé sin embargo –finalmente se trata de una institución originada en la fe- es apelar al voluntariado «para enfrentar eventuales exigencias de trabajo temporario, a condición de que se observen rigurosamente las disposiciones normativas en la materia». Algo que puede ser muy necesario, considerando que la elección de Jorge Bergoglio como Papa y la enorme popularidad que conquistó enseguida han acarreado una mayor carga de trabajo para muchos empleados, incluso el domingo.

Estas novedades fueron comunicadas a través de una circular que el secretario de Estado,monseñor Pietro Parolin, envió a todos los dicasterios y consejos pontificios, con una advertencia acerca de que deben ser aplicadas sin excepción. «Deseo llevar a Su conocimiento que el estado del Balance Preventivo de la Santa Sede para el 2014 obliga a la inmediata adopción de algunas disposiciones útiles para la contención de determinados rubros de vuestros gastos en materia de personal», escribió Parolin.

Además del ahorro, el congelamiento de los contratos responde a un motivo organizativo. La idea es no incorporar nuevo personal hasta que no esté completada la reforma de las estructuras vaticanas que prepara el Consejo de Cardenales que asesora a Francisco.

En efecto, a las medidas coyunturales adoptadas ahora por Francisco, se suma el ahorro como uno de los criterios de inspiración de esta reforma con varios objetivos: evitar la superposición de organismos para una misma función, establecer mejores mecanismos para la adquisición de bienes y servicios y una mejor administración del patrimonio mobiliario e inmobiliario de la Santa Sede. Se estudia, entre otras cosas, la unificación de varias entidades y oficinas de la Curia Romana para hacer más eficiente el uso de los recursos.

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