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Francisco pidió paz y el cese de las persecuciones religiosas

El papa afirmó que el mundo vive una “tercera guerra mundial” que se lucha “por todas partes”

Paz y alivio para los cristianos perseguidos en el mundo fueron los dos puntos centrales del mensaje que el papa Francisco envió ayer durante la misa de Pascua realizada en la basílica de San Pedro, en el Vaticano.

“Que todas las personas de buena voluntad eleven una oración incesante por aquellos que perdieron su vida, y pienso muy especialmente en los jóvenes asesinados el pasado jueves en la Universidad de Garissa, en Kenia”, dijo Francisco desde el balcón de la basílica de San Pedro antes de impartir su tradicional bendición “Urbi et Orbi” (bendición a la ciudad y el mundo), haciendo referencia al ataque islamista contra cristianos realizado en ese país africano, que provocó la muerte de 148 personas.

Tras oficiar la misa del Domingo de Resurrección bajo una incesante lluvia que caía ayer en Roma, Francisco se asomó al balcón de la basílica para dar el mensaje de Pascua, en el que enumeró y pidió la paz en todos los conflictos aún abiertos en el mundo.

“Una paz para este mundo sometido a los traficantes de armas”, denunció también en su mensaje.

Francisco recordó a todos los que han perdido su vida en distintos conflictos, los que han sido secuestrados o han debido abandonar sus casas y seres queridos.

El argentino, de 78 años, consideró que todos estos frentes de conflicto en el mundo, conforman una “tercera guerra mundial” que se desarrolla por “todas partes” y citó los conflictos de Libia, Yemen, Siria e Irak en Oriente Medio, la situación de Ucrania y los ataques y persecuciones en distintos puntos de África, donde mencionó y pidió que llegue la paz a “Nigeria, Sudán del Sur, en las diversas regiones del Sudán y la República Democrática del Congo”.

El sumo pontífice pidió “que cese el fragor de las armas y se restablezca una buena convivencia entre los diferentes grupos que conforman estos amados países”.

A su vez, el papa reiteró su llamado a la comunidad internacional para que “no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria dentro de estos países y el drama de tantos refugiados”.

En sus súplicas mencionó Tierra Santa y pidió que “crezca entre israelíes y palestinos la cultura del encuentro y se reanude el proceso de paz, para poner fin a años de sufrimientos y divisiones”.

Aunque no se refirió a las persecuciones de los yihadistas contra los cristianos, el papa pidió a Jesús “que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre”. Este mensaje fue repetido, por ejemplo, por el cardenal uruguayo Daniel Sturla durante la misa pascual celebrada en Montevideo (ver página 8).

Una esperanza

Tras enumerar tales tragedias, el papa sólo destacó un motivo de “esperanza” al referirse al acuerdo marco concluido el 2 de abril en Lausana, Suiza, entre Irán y las grandes potencias sobre el programa nuclear. Deseó que sea “un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno”.

Francisco no citó directamente a América Latina, pero sí pidió “paz y libertad para las víctimas de los traficantes de droga” y destacó que “a menudo están vinculados a los poderes”.

De la misma manera, prosiguió, el mundo debe librarse de los “traficantes de armas que se enriquecen con la sangre de hombres y mujeres”. Asimismo, criticó las “nuevas y antiguas formas de esclavitud”.

El papa también explicó que el misterio de Pascua “no era un hecho intelectual” sino accesible gracias a una actitud de humildad: “Para entrar en este misterio, es necesaria la humildad de inclinarse, de descender del pedestal de nuestro yo tan orgulloso, de nuestra presunción: la humildad de redimensionarse”, manifestó.

También dijo que para comprender ese misterio se requiere “no tener miedo de la realidad: no cerrarse en sí mismo, no huir ante lo que no comprendemos, no cerrar los ojos ante los problemas, no negarlos, no eliminar los puntos de interrogación”.

En el mundo

En tanto, los cristianos de todos los rincones del planeta celebraron a su manera la Pascua, realizando misas y procesiones. Por ejemplo, en Estados Unidos, el presidente Barack Obama y su familia asistieron este domingo a una alegre misa en una iglesia de la comunidad negra, manteniendo así una tradición de la primera familia del país de visitar congregaciones locales del área de Washington.

Por ejemplo, en Kenia, las celebraciones fueron dedicadas al recuerdo de las víctimas del ataque a la universidad de Garissa, donde los atacantes interrogaban a los estudiantes por su religión. “Si decías que eras cristiano te disparaban allí mismo”, confesó un sobreviviente.

Pascua en Tierra Santa

En la iglesia del Santo Sepulcro, en el corazón de Jerusalén, se realizó una celebración dirigida por el patriarca católico local, Fuad Twal, quien exhortó a los fieles a permanecer firmes y unidos ante la tragedia .“Cada día que pasa en Oriente Medio, somos testigos de acontecimientos trágicos. Enterremos en la tumba de Cristo nuestras divisiones religiosas, nuestras hostilidades, nuestra falta de fe y nuestros miedos”, dijo.

EL OBSERVADOR

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