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Hoy comienza la telenovela que se hizo histórica

Si "Avenida Brasil" se hizo famosa por haber parado hasta al propio Consejo de Ministros brasileño, Rastros de mentiras, la telenovela que desde esta noche se instala en La Tele, dejó su marca histórica al mostrar por primera vez en la televisión brasileña un beso en la boca entre dos personajes masculinos.

El beso entre Félix y Niko, personajes interpretados por Mateus Solano y Thiago Fragoso, fue uno de los diez asuntos más abordados a fines de enero pasado en Twitter y acaparó las primeras planas en todos los matutinos brasileños.

Miles de comentarios sobre el beso, en su mayoría positivos o pidiendo una discusión sobre el asunto, invadieron Facebook en un debate en el que no permanecieron en silencio artistas, deportistas, periodistas ni dirigentes políticos. La escena ganó hasta repercusión política y se convirtió en caballo de batalla del diputado federal Jean Wyllys, un destacado defensor de la causa homosexual, quien lideró una campaña en Facebook para pedir a la Globo que no vetara su transmisión, como ocurrió en anteriores telenovelas. «Tráguenlo reaccionarios: ¡Félix y Niko se besaron!», festejó en su cuenta en Facebook el diputado por el Partido Socialismo y Libertad.

Muchos de los comentarios incluían alusiones al también diputado Marcos Feliciano, que presidió hasta diciembre pasado la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Baja y generó intensas polémicas por sus posiciones homofóbicas, hasta el punto de impulsar un proyecto de ley que autoriza a los psicólogos a ofrecerle una «cura» a los gays.

EL PAÍS

La transmisión también ganó repercusión en numerosos bares de todo el país, principalmente en los que tradicionalmente reúnen al público homosexual, en donde cientos de personas siguieron el último capítulo de la novela y festejaron el beso con gritos y aplausos.

El posible beso entre la pareja homosexual venía ganando destaque desde que el autor de la telenovela comenzó a dar pistas sobre esa posibilidad y varios comentarios cuestionaban si la red de televisión de mayor audiencia en el país finalmente cedería.

El beso homosexual de Rastros de mentiras (Amor à vida, es el título original) ganó significativamente mayor repercusión no sólo por haber sido transmitida por Globo, sino porque involucró a un personaje que comenzó la telenovela como el mayor de los villanos y que no admitía su homosexualidad y lo terminó como el más popular y principal protagonista.

Es que Félix comienza siendo un ser maquiavélico, que desea eliminar a cualquier precio a su hermana Paloma (Paolla Oliveira), a quien comienza revelando que es hija adoptiva. Así emprende la lucha por apoderarse del hospital que es regenteado por sus padres médicos.

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