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Jueza autorizó la repatriación de los fallecidos en el accidente aéreo

Hoy continuarán los interrogatorios con la comparecencia de tres funcionarios de operaciones del aeropuerto de Carmelo. Asimismo, continúa la elaboración de un plan de extracción de los restos del avión. La caja negra podría no aparecer.

La jueza María Alexandra Facal entregó a familiares el cuerpo del piloto del avión siniestrado en el Río de la Plata por el cual fallecieron cinco personas habilitando la repatriación del mismo. Los otros cuatro fallecidos ya fueron llevados a Argentina a través Buquebús.

Los cuerpos de las víctimas que arribaron hoy a Buenos Aires son Gustavo Fosco, de 53 años, director de comunicaciones de la firma Renault; Fernando Sánchez, de 45 y jefe de prensa de esa compañía; Facundo Alecha, de 41 años y director de la firma Royal Canin, y Fernando Lonigro, de 44 años, gerente de TTS viajes.

Según informó el vocero de la Suprema Corte de Justicia, Raúl Oxandabarat, sobre el mediodía la juez entregará el cuerpo del piloto, Leandro Larriera, a los familiares “bajo condición de que no sea cremado sino hasta que se completen los estudios de tejidos y fluidos ordenados por la magistrada, a efectos de asegurar la obtención de los resultados necesarios para la investigación”. De esta forma el cuerpo podrá ser inhumado. Según Oxandabarat, “personal del consulado argentino les acompaña en los trámites necesarios”.

Larriera, de 43 años, volaba desde hace 12 años y era amigo personal de Federico Bonomi, dueño de la firma Kosiuko y propietario del avión accidentado.
INVESTIGACIÓN.

Hoy la jueza Facal continuará los interrogatorios con la comparecencia de tres funcionarios de operaciones del aeropuerto de Carmelo. Asimismo, continúa la elaboración de un plan de extracción de los restos del avión.
Facal interrogó ayer a algunos familiares de los ocupantes del avión, entre ellos a la esposa y un primo del piloto, como también a un funcionario de Migración del aeropuerto de Carmelo, dijo el vocero de la Suprema Corte de Justicia.

Además, la jueza dispuso que se entreguen diversos efectos personales de los pasajeros, previa consulta a la Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación (dependiente del Ministerio de Defensa).
El factor clave en la investigación es obtener el testimonio de los sobrevivientes de la tragedia. La jueza esperará a que los pasajeros del avión accidentado que se encuentran en Buenos Aires se repongan para citarlos o en su defecto solicitar que se conforme un tribunal comisionado en Argentina para que los interroguen allá.

Los dos sobrevivientes que estaban internados en Uruguay, fueron trasladados ayer a Buenos Aires para seguir su tratamiento en el Sanatorio De los Arcos y en el Hospital Británico de la ciudad de Buenos Aires, respectivamente.

Paula Buery, según informó La Nación presenta traumatismo de cráneo y diversas fracturas, mientras que Sebastián Vivona, gerente de ventas de la firma Kosiuko, sufrió fracturas en la tibia y peroné derechos, la muñeca izquierda y de seis arcos costales izquierdo, aunque se encuentra «estable».

En tanto, los otros dos sobrevivientes, Santiago Villamil e Ignacio Liosa, se recuperan de sus lesiones aunque permanecen hospitalizados en dos clínicas privadas del gran Buenos Aires.

En cuanto a la caja negra, el vocero de la Armada afirmó a El País que “no hay certezas de que exista” ya que ese tipo de aeronaves no están obligadas a utilizarla. Lo mismo dijo el vocero de la Fuerza Aérea, Álvaro Loureiro, quien agregó que ahora comienza el trabajo de la Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación.

Miembros de la comisión llegaron a la zona del siniestro y comenzaron a recabar testimonios y datos. El gerente de Kosiuko, Sebastián Vivona, contó a su médica tratante en Colonia algunos detalles del accidente. La doctora dijo al canal Todo Noticias que su paciente «nunca habló de que el avión hubiera sufrido un desperfecto» y que «el piloto les dijo que había mucha niebla, y buscaban otro lugar» para aterrizar.

Carlos Maiorano, director del Hospital de San Fernando, habló con los dos pacientes que fueron derivados a ese establecimiento y le relataron (según declaraciones hechas a C5N), que instantes antes de la caída «sintieron un ruido fuerte fuera del avión y luego la nave descendió de forma brusca».

EL PAÍS

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