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«Los héroes existen en las películas, yo soy un ser humano»

A una la llevó con su brazo y a las otras dos en la espalda. El miércoles, la tragedia lo sorprendió cuando fue alertado de que un joven de 19 años se estaba ahogando en la misma zona. Acudió hasta el lugar, pero no pudo evitar que el bañista muriera. En este sentido, criticó que lo llamen “héroe” y pidió a la Intendencia de Canelones que coloque un servicio de guardavidas en esa zona para evitar que sigan ocurriendo siniestros como en los últimos días.

—Santa Ana ha sido uno de los lugares donde más rescates hubo este verano. Por tu experiencia de guardavidas en los últimos 10 años en el balneario, ¿a qué se debe?

—Es por el crecimiento demográfico tremendo que ha tenido. Y también la tenebrosidad del mar que ha cambiado mucho. Los últimos temporales han afectado el fondo del mar y también la costa.

—¿Cómo hiciste para salvarle la vida a tres personas que se estaban ahogando?

—Me vienen a buscar y salimos corriendo con un compañero. Entramos al agua y había una víctima que estaba cerca de la orilla. Mi compañero la rescata y se queda estabilizándola. Yo sigo hacia el fondo y me encuentro con el panorama de que había tres personas. Me pongo a nadar pecho, me cuelgo a dos en la espalda y una mujer en el brazo y la pudimos sacar ese día. Se dio.

—¿Fue el más difícil que te tocó?

—Fue el peor que tuve. No porque salió en los medios, sino porque de verdad fue muy difícil.

—¿Qué técnica empleás para rescatar personas?

—Remolque de pecho cruzado. Vos te ponés en posición lateral y a la persona la enganchás: le pasás la mano por abajo de la axila y la traés arriba tuyo «cadereándola» tratando de que quede arriba del agua.

—¿Qué pasó el miércoles?

—Parecido a lo del otro día… A eso de las dos de la tarde, mi compañero tenía libre para comer. Desde lejos me levantan las manos y empecé a correr. Cuando llego, ya se había fondeado. Con un compañero de Sierras del Mar —un guardavidas de la playa lindera— hicimos un rastreo debajo del agua y lo sacamos. Tuvimos una hora y diez minutos tratando de reanimarlo. No pudimos devolverle la vida al muchacho. Ya llevaba más tiempo debajo del agua de lo que se necesita para salvarse.

—¿Una hora?

—Durante una hora le realizamos masajes cardíacos. Nosotros empleamos el sistema vital básico que consiste en tratar de mantenerle la vida a la persona hasta que venga la ambulancia, que aplica el sistema vital avanzado. Nosotros lo hicimos durante una hora. Cuando llegaron los médicos de la ambulancia dijeron que habían demorado porque hubo un accidente fatal en Araminda. Vale aclarar que hay un convenio entre la Intendencia de Canelones y el SAPP (servicio médico de emergencia móvil) para cubrir los meses de verano en toda la costa del departamento. No es que llamamos a la emergencia más cercana.

—¿En esa zona no hay guardavidas?

—Todos los compañeros de la zona y vecinos nos vemos alarmados por este lugar. Necesitamos urgente un puesto ahí: es en la Calle 1 del balneario Santa Ana. Sé que es un tema burocrático, pero lo necesitamos. Tenemos que perder la vida de un muchacho de 19 años para ver si se puede colocar un puesto ahí.

—¿Pero ustedes no llegaban hasta ese lugar?

—Técnicamente los guardavidas estamos aptos para cubrir entre 200 y 250 metros para cada lado. Es lo que vos podrías cubrir en tu óptimo rendimiento, bien entrenado, para llegar a un rescate. Acá la persona estaba a 600 metros. Esto es por el tiempo para poder sacar una persona del agua. Eso está estudiado de manera científica. Técnicamente es a 250 metros a los costados de la caseta de guardavidas.

—¿La zona donde se ahogó el bañista está habilitada para bañarse?

—Esa es una zona sin servicio de guardavidas. Está habilitada, pero sin servicio. Es distinto. Estamos pidiendo que ahí se abra un puesto. Una playa con guardavidas es una playa segura. A las playas no podemos cerrarlas y ponerles una reja. O tienen servicio o no tienen. El Este ya se pobló y por eso la gente baja ahí. Hay una playa llena de gente sin servicio.

—¿Cuántos episodios de este tipo tuviste esta temporada?

—Rescaté a tres personas de una familia. Tuve el ahogado. Corrí tres o cuatro veces para ahí y en algunas veces ayudó un vecino.

—¿Cuántas personas has salvado?

—Un promedio de seis a ocho por temporada. Algunos rescates son más asistencias. Hay algunos más graves y otros menos. Todos los guardavidas del país estamos constantemente tirándonos al agua. Lo que pasa es que la gente no lo ve. La mayor cantidad de rescates se dan desde las dos a las cuatro de la tarde. La gente que baja a tomar sol a esas horas tiene la misma imprudencia que cuando se baña en el agua. Pasa lo mismo.

—¿Te había pasado sacar a una persona ahogada alguna vez?

No, nunca. Me pasó haberla vivido de costado. Pero forma parte de la profesión. Sabemos que nos puede pasar. Yo sé que di todo en una zona que está sin servicio de guardavidas y es lejos. Lidiamos y estamos expuestos a esto.

—¿Cómo lidiás con esto psicológicamente?

—Es muy difícil venir hoy a la playa y no mirar esa zona constantemente. Es muy difícil salir a comprar comida y que vuelva esperando que mi compañero me diga: «Está todo bien». Es muy difícil.

—¿Estás nervioso todo el tiempo?

No estoy nervioso. Me deja mal ver morir a un niño de 19 años. Porque para mí es un niño. Tengo 30, soy docente y trabajo mucho con los más chicos. No nacimos ninguno para entender la muerte. La sobrellevás, sabés que es el laburo y hay que seguir. Dentro de lo que pudimos, de los conocimientos y los implementos que tenemos, dimos todo.

—Por el rescate de unos días atrás, la gente te ha llamado «héroe» ¿Qué sentís cuando te lo dicen?

—No me gusta. Prefiero que me digan que soy un ser humano. Ayer (por el miércoles) quedó demostrado que los héroes no existen. Porque los héroes no dejaban morir a nadie en las películas. Ayer se murió un niño y yo no llegué. El héroe que había sacado a tres personas colgadas de la espalda ayer no llegó. Y eso deja visto que somos seres humanos y que damos todo, pero que estamos expuestos a lo que nos puede pasar.

—¿Seguís en contacto con las personas que has salvado?

Ahora no. Padres y abuelos de las criaturas me agradecen. Te dicen: «Sos nuestro héroe». Lo típico. Nos mandan mensajes y nada más. En el rescate del otro día la madre vino a las dos horas a la torre y nos agradeció. Es lo que tiene que ser. Yo no espero nada. Yo solo quiero que no se ahogue más nadie en esa zona. Que la gente se cuide, se informe y se bañe cerca de la torre donde haya guardavidas. Y espero que en esa zona pongan pronto un servicio. Nada más.

Fuente: El Pais

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