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Un clásico de Copa

Nacional y Gremio se roban la noche de la Copa Libertadores. La noche y las miradas de todo un continente, porque protagonizarán un clásico sudamericano, un choque entre dos campeones, entre dos equipos plenos de historia y tradición.

La garra charrúa por un lado, y la «raza gaúcha» por otro. Dos escuelas, dos estilos, dos grandes de la Libertadores frente a frente.

Y el entorno de este encuentro no podía ser el mejor. El Gran Parque Central, el estadio del tricolor a pleno, como premio a su gente, y como reducto duro, difícil para cualquier equipo visitante por más poderoso que sea.

Nacional, el mismo que llegó a la fase de grupos pisando fuerte en casa, recibirá a uno de los conjuntos más poderosos del país norteño. Un equipo que tiene figuras de renombre, y que integra la lista de los clubes más ricos de Brasil. Está en el top ten, con un presupuesto que duplica o más, al del tricolor.

Pero si hay un deporte que empareja, es el fútbol. Cuando la pelota empiece a rodar en el césped del Parque, no habrá millones ni figuras, ni camiseta, ni historia, ni nada. A partir del pitazo inicial del paraguayo Arias, tricolores uruguayos y gaúchos, pelearan por los tres puntos con sus armas, con sus virtudes y defectos, con sus esquemas y estrategias, la pelota y los futbolistas frente a frente, como lo marca la ley del fútbol.

«Si yo empezara ahora a preocuparme sobre qué es lo que pasa con Gremio me tendría que ir para mi casa a dedicarme a otra cosa, a Gremio lo estamos siguiendo desde que se hizo el sorteo de la Libertadores, lo mismo que Newell`s y Atlético Nacional; sin saber siquiera si pasábamos o no, pero con la ilusión de pasar a Oriente Petrolero no podemos decir `ahhhh ahora que pasamos ¿quién nos toca?` porque sería tarde, tardísimo», afirmó Gerardo Pelusso minutos después de haber dado el primer paso en la Copa hacia la fase de grupos.

 

El entrenador tenía estudiado todo sobre sus posibles rivales, y así lo dijo: «de Gremio sabemos todo lo que hay que saber, sabemos lo que hacen todos los días, desde que terminó el campeonato pasado, hasta quién trajeron ahora, a quién se le llevaron, el cambio de entrenador, cómo entrenan, todo, sabemos todo, por información no nos van a ganar y por preparar el partido tampoco, si nos ganan va a ser porque juegan mejor que nosotros», agregó.

Y del otro lado, el brasileño Enderson Moreira recorrió casi el mismo camino. En Porto Alegre dijo que conocía «muy bien a Nacional», y que sabía que «iba a ser un rival difícil, uno de los más duros del grupo».

Gremio también sabe todo del tricolor, de lo que tiene y lo que le falta, de lo que puede pesar su tribuna en el Parque, y de lo que significa jugar un partido como éste en el arranque mismo del Grupo 6 de la Libertadores.

Porque tanto Pelusso como Moreira saben que es un clásico y que los clásicos se juegan con un «plus», dejando un poco más de lo que habitualmente se deja en el campo de juego.

El choque de esta noche mantendrá en vilo al continente, se robará las miradas de la Libertadores, porque Nacional y Gremio atraen por tradición e historia, por títulos y figuras.

El Parque estará repleto, teñido de rojo, azul y blanco. En las tribunas, una fiesta, en la cancha, un partido como para alquilar balcones por peso, por jerarquía.

De un lado, la garra charrúa, del otro, la «raza gaúcha», dos escuelas, dos estilos, dos rivales poderosos, en una pulseada que sólo pueden mantener los campeones.

 

Fuente: El Pais

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