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Cirugías a distancia buscan convertirse en alternativa real

Aunque los expertos creen que deberá pasar, al menos, una década para que sean una posibilidad segura y concreta, ya existen médicos que operan a pacientes a cientos de kilómetros de distancia valiéndose de robots quirúrgicos.

Imagine que lo operan de la vesícula, pero que en el quirófano, salvo anestesistas y enfermeras, no está el cirujano a cargo, sino que se encuentra en otro hospital, en otra ciudad o quizás en otro país.

Gracias a robots quirúrgicos que realizan cortes y suturas, la cirugía a distancia es una posibilidad que espera convertirse en una opción segura y al alcance de todos.

De hecho, ya han realizado de manera experimental operaciones a 400, 600 o varios miles de kilómetros de un lugar. A fines del siglo XX, en Estados Unidos hicieron las primeras pruebas y en 2001 realizaron la primera operación transcontinental. Sí, transcontinental. El paciente estaba en Estrasburgo (Francia) y el cirujano en Nueva York, Estados Unidos, dirigiendo la intervención quirúrgica.

Desde entonces, sin embargo, las cosas siguen más o menos igual, pese a que la tecnología está lo suficientemente avanzada como para expandir su uso y dar la oportunidad a la población de acceder a especialistas y mejores servicios sin tener que viajar. De todas formas, aún no termina de expandirse esta posibilidad.

«Hoy se cuenta con el personal, la tecnología y las ganas, pero hay limitaciones logísticas y económicas. Sigue siendo más fácil y barato que el paciente o el cirujano viajen», comenta Sergio Guzmán, director técnico del Centro de Cirugía Robótica de la Clínica Las Condes (Chile).

En América Latina no hay experiencias de este tipo. Aunque algunas clínicas y centros ya cuentan con robots quirúrgicos como el sistema Da Vinci, por lo general estos los controla un cirujano que se encuentra cerca del paciente. Sí han realizado operaciones en las que un equipo médico guía y apoya a distancia a cirujanos en otra ciudad.

«Hay bastante experiencia en telemedicina, que es usar la capacidad tecnológica para hacer teleconferencias, revisar exámenes o hacer consultas a distancia», dice Víctor Bianchi, jefe del Departameto de Cirugía de la Clínica Alemana (Santiago). «Pero es muy distinto operar sin estar presente en el lugar», subraya.

«Cuando se hace una cirugía a distancia, un requisito de seguridad ineludible es que haya equipos técnicos capacitados en ambos puntos, para intervenir en caso de alguna emergencia» con el equipo de funcionamiento artificial, agrega.
Supervisar.

La mayoría de las experiencias realizadas en el planeta han sido bajo este criterio. Mehran Anvari, del Hospital St. Joseph`s de Canadá, ha estado a cargo de más de 20 operaciones -de próstata, colon y hernias- en las que emplearon robots quirúrgicos a distancia. «Manipulo al robot con mis manos como si estuviera sentado en la sala de operaciones», comenta el especialista desde lejos.

Anvari está entre quienes más historia tienen con este procedimiento: en 2006 utilizó un robot para suturar a un paciente que estaba en una base submarina, para simular una telecirugía en el espacio.

Precisamente, la idea original de la cirugía robótica a distancia nació en la NASA y en el sistema de defensa militar estadounidense.

El concepto que se perseguía era intentar desarrollar sistemas seguros y capaces de operar a personas en sitios lejanos, como podía necesitarse en un contexto bélico. Pero el sueño iba también hacia poder hacerlo, quizás, entre alguien ubicado en el planeta Tierra y una segunda persona que hubiera viajado a otro planeta. como podría ser Marte.

Para que aquello ocurra -incluso aquí en la Tierra- aún falta tiempo. «No creo que sea factible antes de diez años, sobre todo por el costo de los robot», opina Guzmán. Además, agrega, se debe contar con conexiones de Internet inalámbricas y de banda ancha exclusiva; cualquier interrupción en la comunicación puede ser fatal.

También es necesario analizar las implicancias sociales y éticas de ser operado por un robot. Por ahora, dice Guzmán, «es un sueño, pero realizable».

EL MERCURIO

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