El abastecimiento de Coca Cola en peligro por conflicto

Bayardi dijo a El País que «hace tiempo» que el MTSS procura una solución y que ahora elevará una propuesta «definitiva» y que las partes deberán «actuar en consecuencia». «Tendrán que pronunciarse», dijo.

El conflicto se origina en la situación de un trabajador que el sindicato de Coca Cola pretende que se desempeñe como chofer en lugar de otro no afiliado a la organización.

Según el sindicato, el trabajador se desempeña como ayudante aunque tiene la categoría de chofer. El sindicato sostiene que las propuestas de la Federación del Transporte de Bebidas (Fetrabe) para destrabar la situación no son satisfactorias porque implican o que se desempeñe en otra empresa o que haga una tarea distinta, explicó a El País el presidente del gremio, Alejandro Sosa.

El sindicato entiende que las empresas transportistas pretenden discriminar al trabajador porque está sindicalizado. Sosa dijo que el sindicato no está realizando un piquete, aunque reconoce que la distribución se interrumpió ayer y hoy no se realizará por la acción de trabajadores no sindicalizados que bloquean la salida de la planta de Coca Cola aunque sí habrá una asamblea.

Fetrabe sostiene que el asunto había quedado laudado con un convenio firmado el 24, que preveía que el trabajador podría realizar suplencias, pero el sindicato entiende que se trató nada más que de un acta de pre-acuerdo. «Puede llegar a pasar que falte Coca Cola», advirtió Sosa.

Robert Batista, directivo de Fetrabe, dijo a El País que se han dejado de distribuir 40.000 cajones diarios, lo que representa una pérdida para el conjunto de las empresas de entre US$ 40.000 y US$ 50.000 por día. Habitualmente 60 camiones al día cargan la mercadería en la planta embotelladora de Coca Cola (Montevideo Refrescos).

El conflicto no tiene una motivación salarial. Los choferes cobran unos $ 70.000 mensuales y cada uno de los dos ayudantes que los acompañan, $ 40.000.

Fuentes de Montevideo Refrescos dijeron a El País que la compañía «es rehén de un conflicto sindical ajeno», pero que se ha traducido «en una serie de paros que afectan la distribución de los productos de la empresa».

«Lamentamos los inconvenientes ocasionados a nuestros clientes y esperamos que esta situación se resuelva con la mayor celeridad posible para poder retomar el normal funcionamiento de nuestras operaciones», agregaron.

Batista dijo a El País que el conflicto «se debe simplemente a que una empresa no acepta contratar al trabajador que ya está en actividad».

«El decidir el nombre del empleado a contratar es un derecho de las empresas que aspiramos sea respetado como también aspiramos a que el sindicato cumpla el acuerdo que firmamos en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social el 24 de febrero pasado», dice Fetrabe.

La organización evalúa plantear una acción de amparo ante el Poder Judicial.

EL PAÍS