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Lacalle a Vázquez: subamos el nivel

Finalmente, Lacalle Pou y Vázquez se vieron cara a cara y en tan solo un minuto se recriminaron mutuamente algunos gestos de la campaña. Pero antes de ese momento cúlmine hubo nerviosismo, ansiedad e intentos de que no sucediera.

La noche anterior ya se podía prever que el desayuno en el hotel Crown, de Melo, iba a ser especial: Tabaré Vázquez y Luis Lacalle Pou pasarían la noche a solo un piso de distancia y ambos tenían previsto retirarse de mañana. Deberían hacer malabares para no cruzarse.

A las 8:01 bajó Lacalle de su habitación, con el pelo mojado y aún con cara de dormido. El recepcionista del hotel le dio un libro viejo y deshilachado, de anécdotas de Aparicio Saravia, que había quedado a su nombre. “Gracias, me lo tiraron ayer en la caravana”, explicó.

Cuatro minutos después, mientras esperaba una llamada de radio Sarandí, se topó con José Luis Veiga, asesor de prensa de Vázquez y uno de sus hombres de confianza. “¿Cómo andás, chiquilín?”, lo saludó Veiga. “José Luis”, le respondió con afecto Lacalle. Como dos viejos conocidos se pusieron a hablar de una pasión compartida: Nacional. “¿Recibiste medalla vos?”, preguntó Lacalle, a quien homenajearon por sus 30 años de socio hace unos días. “No, yo llevo como 50 años ya”, contestó Veiga. “¿Vos eras de la barra de la Olímpica, ¿no? Me acuerdo de haberte visto alguna vez”, continuó Lacalle.

Así siguieron un rato hasta que el candidato le espetó: “¿Cómo vas en la recta final?”. Veiga se sonrió, como indicando que hasta allí había llegado la confianza. “Bien, bien”, se limitó a contestar, y terminó el diálogo por ahí.

A las 8:15 Lacalle todavía merodeaba por el hall esperando el llamado de Sarandí. Cuando sonó el teléfono, se trasladó al salón del desayuno para hacer la nota. Tan solo un minuto después bajó Raúl Sendic acompañado de su secretario de prensa, ambos con ropa deportiva. El candidato a vice del Frente Amplio demoró unos segundos en dejar la llave en la recepción, y entonces lo abordó Veiga para avisarle que Lacalle estaba a solo metros de él. “Sí, sí, ya nos vamos”, respondió Sendic, y se fueron a correr.

La relación entre ambos no está bien. La última vez que hablaron fue justamente en ese mismo hotel, durante una gira en la que también coincidieron, en julio. Esa vez Sendic había acusado a Lacalle de no tener apellido, y Lacalle le había expresado personalmente su disgusto en el salón del desayuno. Antes de eso, al decir de ambos, mantenían muy buen vínculo.

Problema Técnico

Entre tanto, fueron bajando de sus habitaciones asesores, secretarios, custodios y choferes de la fórmula del FA. En total eran alrededor de 10. Caminaban por el hall con cierto nerviosismo, se comentaban cosas al oído y salían y entraban del hotel, seguramente anticipando lo inevitable. Entonces Eduardo Bandeira, secretario personal de Vázquez, hizo una llamada. “Tengo un problema técnico”, dijo, según alcanzó a oír El País. Siguió conversando afuera.

El “problema técnico” continuaba a unos metros, hablando por teléfono. En esa entrevista con Sarandí, Lacalle se refirió a las recientes “ofensas” de Vázquez y algunos ministros. “Esto se solucionaría bien fácil, si las dos personas que están en el mismo hotel, se sientan enfrente a las cámaras y a los micrófonos a debatir”, alegó. Y agregó: “Ahí se terminan los ladridos, se terminan los insultos. Si soy una pompita de jabón, como dijo Vázquez, o si soy un producto de marketing, si soy alguien tan vacío, o que plagia, es un bollo debatir con Lacalle Pou”.

Recién a las 8:58 Lacalle cortó el teléfono y se sentó junto a su mujer, que desayunaba sola. Y tan solo cinco minutos después, bajó Vázquez de su habitación, saludó rápidamente a la gente en el hall y caminó al salón del desayuno, notoriamente consciente de la presencia de Lacalle. Fue directo a su mesa y lo tomó, según constató El País, un tanto desprevenido.

De inmediato, Lacalle se puso de pie. “¿Cómo le va, doctor?”, saludó, y Vázquez respondió de la misma forma: “¿Cómo le va, doctor?”. El nacionalista le comentó al frentista que el fotógrafo de El País estaba esperando la foto del encuentro, y ambos posaron para la cámara. En eso Lacalle se dirigió a Váz-quez: “¿Me permite un minuto de charla?”. Con un gesto de sorpresa, pero sin perder la calma habitual en su rostro, respondió: “¡Cómo no!”.

Caminaron semiabrazados (cada uno con la mano apoyada en la espalda del otro) hacia unos sillones en el mismo salón. El encuentro privado se dio con naturalidad, ambos sonreían, pero era Lacalle el que, a juzgar por sus gestos, le hacía un planteo a su rival, que no parecía tener intención de dar pelea. La conversación duró un minuto. Luego se levantaron, se palmearon las espaldas y cada uno se fue a desayunar.

Según pudo saber El País, Lacalle le dijo: “Doctor, usted no me puede decir pompita de jabón. Nosotros en algún momento vamos a tener que debatir. Usted quiere ganar las elecciones, yo también, pero vamos a tener que ir a otro nivel”. Vázquez alegó que él nunca lo había mencionado directamente, pero Lacalle le insistió que sí. Luego el expresidente afirmó que también él había sido objeto de críticas, y el candidato blanco lo negó, argumentando que incluso lo ha-bía elogiado. El intercambio terminó abruptamente; Váz-quez mandó saludos a los padres de Lacalle y ambos se desearon suerte.

En ese momento no había en el salón gente ajena a los candidatos. Jorge Larrañaga entró a despedirse de Lacalle y ni miró a Vázquez. A las 9:15 el candidato blanco se retiró y saludó con un simple “’ta luego”. Se fue del hotel pensativo, todavía sorprendido de lo que había pasado, y con un gesto de satisfacción en el rostro.
El jueves presentan equipo de seguridad blanco

El candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, anunciará mañana jueves a su equipo en seguridad pública, que estará encabezado por el senador Carlos Moreira y el hasta ahora comisionado parlamentario para el sistema carcelario, Álvaro Garcé. Además, anunciará algunas de las medidas que adoptará en caso de llegar al gobierno, dijeron ayer a El País fuentes blancas. Lacalle Pou, que hoy al mediodía brindará una conferencia en el ciclo de almuerzos que organiza la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) con los candidatos, no tiene previsto oficializar en esta etapa quién sería su ministro del Interior.

Hasta el momento, el candidato blanco solo ha confirmado dos eventuales ministros: Pablo Da Silveira en Educación y Azucena Arbeleche en Economía.

Moreira, senador por Alianza Nacional, el sector del vicepresidenciable Jorge Larrañaga, se proyecta además como candidato a intendente de Colonia en las elecciones departamentales de mayo de 2015.

En el gobierno de Luis Alberto Lacalle (1990-1995), Moreira fue subsecretario del Ministerio del Interior.

Garcé, abogado de profesión, ocupa el cargo de comisionado para el sistema carcelario desde julio de 2005. En noviembre de 2010, la Asamblea General le renovó, con el apoyo de todos los partidos, su mandato hasta julio de 2015.

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En medio de una polémica con la oposición sobre la política de seguridad del gobierno, el candidato oficialista Tabaré Vázquez emplazó hace unas semanas a blancos y colorados a que digan quién sería su ministro del Interior. Vázquez ya había anunciado la continuidad de Eduardo Bonomi en caso de que el Frente Amplio se mantuviera en el gobierno.

Lacalle Pou y Larrañaga dijeron entonces que antes de las elecciones darían a conocer a su equipo en seguridad y que el ministro iba a ser una persona del Partido Nacional.

Anoche, en un acto en el Cerrito de la Victoria, Larrañaga dijo que “el Partido Nacional se compromete a tener un ministro del Interior que sea el primer policía”.

EL PAÍS

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