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¡Terminen con tanto ruido!

Las fiestas pueden ser uno de los momentos más traumáticos del año para los mejores amigos del hombre. Es común ver cómo huyen a esconderse o cobijarse en algún rincón de la casa en busca de un lugar seguro, tranquilo, o se pegan a las piernas de sus dueños o seres a los que tienen más confianza.

La razón de que sufran tanto se esconde en la historia de sus ancestros: los lobos se alimentaban de roedores que producen sonidos ultrasónicos (imperceptibles para el oído humano) y, para poder atrapar su alimento, tuvieron que agudizar su sentido auditivo para localizar sus presas. El País consultó veterinarios de referencia para conocer de qué forma se puede evitar que los animales sufran tanto mientras la familia está disfrutando. Cuáles son las razas que más perciben los ruidos, en qué edad se ven más perjudicados, cuándo hay que medicarlos y qué habría que tener en cuenta si se considera recurrir a fármacos, fueron algunas de las preguntas que respondieron reconocidos especialistas del medio. Asimismo, puntualizamos qué elementos es de orden tener en cuenta en los días de verano cuando el calor también puede perjudicarlos.

Explota una bomba brasilera en la casa del vecino y Tobby tiembla y mira a su dueño con los ojos brillantes de miedo. Segundos después, se escucha otra y el perro vuelve a sobresaltarse; se pone cada vez más tenso hasta que el reloj da las 00.00 y el barrio entero se vuelve un solo retumbar de bombas, «cuetes», cañas voladoras, gritos y bocinas. El animal se desespera, corre de cuarto en cuarto agazapado, se orina, tiembla y se lleva todo lo que encuentra a su paso.

La anterior es una escena que sucede en decenas de casas del país cuando llega Navidad o Año Nuevo. Las mascotas sufren los estruendos de los artículos de pirotecnia y cambian su comportamiento de un modo que puede ser difícil de controlar para sus propietarios.

Alejandro Benech, profesor grado 4 de la Facultad de Veterinaria, contó a El País que por estos días es muy común que lleguen a su consulta personas preocupadas porque tienen un perro que se descontrola cuando escucha el ruido de bombas brasileras, o se lastima tratando de escapar porque entra en pánico y corre atemorizado.

¿Por qué les molesta tanto el ruido? «El tema es que los perros tienen una sensibilidad auditiva tres veces mayor a la del humano», explica Benech. «Oyen sonidos que las personas no tienen la capacidad de escuchar. Es algo evolutivo: tuvieron que desarrollar esa sensibilidad» porque necesitaban cazar algunos animales como los roedores. Esta virtud tiene como contraparte que ciertos sonidos les sean intolerables.

Cuando los ruidos realmente intensos llegan uno tras otro, agregó el especialista, no solo les producen un daño por su intensidad sino que llegan a desorientarlo. Las consecuencias de este estado de confusión pueden ser diversas: desde desconocer al dueño hasta ponerse agresivo, tender a escapar, perderse, romper ventanas, tirar muebles o lastimarse.

«Un perro que atendí ayer agujereó una chapa con las uñas intentando escapar», recuerda Benech. Otra respuesta instintiva y peligrosa puede ser intentar morder el objeto que está por explotar, lo cual les llega a causar graves quemaduras en la cara y otras partes del cuerpo del animal.
Cómo reaccionar.

Si bien la situación puede darse con cualquier raza, existen algunas más sensibles. Estas son los caniches, los cocker y los beagles. En cuanto a las edades, los adultos jóvenes presentan más problemas porque están en el máximo esplendor de sus funciones. Los viejos bajan la sensibilidad auditiva.

Con los cachorros puede darse un efecto de acostumbramiento: si crecen en un entorno en que cada cierto tiempo hay festejos con pirotecnia, pueden entender que no están en peligro y tolerar mejor la situación.

¿Qué hacer para evitar que sufran? Hay tres medidas posibles: llevarlos a sitios donde guarden perros por la noche o el fin de semana, administrarles tranquilizantes o encerrarlos.

«Si van a pasar solos es mejor llevarlos a otro lugar», apunta Benech. Si van a estar en casa y se ponen muy nerviosos, es bueno dejarlos en una habitación cerrada. Eso sí, depende de cada animal porque algunos perros «se desesperan» cuando sienten que están solos. «Ahí lo que se pone en juego es el conocimiento del dueño».

Medicarlos también es una alternativa. Pero sobre esto el veterinario advierte que no hay que darles cualquier fármaco porque algunos son nocivos si tienen ciertas afecciones. Por eso, es bueno llevarlos a una veterinaria que prescriba lo que resulte más adecuado, según el físico y la historia médica.

Por último, es recomendable colgarles el nombre y un teléfono, ya que si se descontrolan y escapan será más probable que alguien los encuentre y den con sus dueños fácilmente.
QUÉ HACER CUANDO HACE MUCHO CALOR

Los perros tienen menos capacidad para liberar calor que los humanos. Por eso, es importante tener cuidado de que no permanezcan mucho tiempo al rayo del sol. Los especialistas advierten que no pueden quedar en un auto. Existen estudios que indican que la temperatura en un coche aumenta 0,7 grados. En este sentido, si hay 30 grados, en media hora puede haber 50. A su vez, es importante que el animal no esté sin sombra por más de media hora y es altamente peligroso que permanezcan solos en un balcón en verano. Si algo de esto llega a pasar, es vital mojarlo con agua fría en el cuello, las axilas y la ingle. Por allí pasan las principales arterias y mojarlos ayuda a enfriar la sangre (es bueno hacerlo cuando se sale a pasear con ellos). Algo a tener en cuenta es que no se les puede mojar la cabeza ni taparlos con toallas húmedas si tienen un golpe de calor ya que puede ser contraproducente. Existen collares que se congelan y se les colocan de forma preventiva para evitar golpes de calor que ponga su vida en riesgo (los venden en el exterior).

Además, es conveniente dejar agua limpia y fresca en lugares accesibles.

Facultad de Veterinaria. Atienden de lunes a viernes a partir de las 8.00. Tel: 26286840.

En Internet. La página web www.mypets.com.uy ofrece información relacionada.

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