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50 años hechos polvo en 12 segundos

Medio siglo de historia se hizo polvo con una implosión de 12 segundos. El Cilindro es parte del pasado. Miles de vivencias, fotos y videos atestiguan la vida de un centro de espectáculos que terminó con el show menos pensado: su propia muerte.

La implosión del Cilindro Municipal iba a durar 18 segundos, pero se completó en 12. A las 15:58 sonó la primera sirena de advertencia que se sentía tenue detrás del vallado en la zona de exclusión. A las 15:59 lo hizo la segunda, con la misma intensidad, y un minuto después sonó la tercera alarma, seguida de las primeras detonaciones.

En el Complejo «Unidad Centenario», ubicado frente al Cilindro sobre la avenida Varela, desde temprano los vecinos se habían aprontado para ver el espectáculo en primera fila. Allí viven 285 familias, muchas de las cuales salieron a la calle a ver cómo desaparecía el ícono por antonomasia del barrio, que acompañó al complejo durante toda su existencia; buena parte de ellos lo hizo con el mate en una mano y la cámara de fotos o el celular en la otra, para registrar un momento, sin dudas, histórico.

La organización había dispuesto un vallado sobre el cordón de la vereda, en el que había un policía con chaleco antibalas, casco protector y tapaboca cada 25 metros. Este último implemento fue utilizado por muchas personas, para contrarrestar la nube de polvo que si bien se sabía podía alcanzar los 200 metros de altura, se desconocía hacia dónde se dirigiría.

Una hora antes de la implosión, que tuvo un costo de US$ 700.000, había un silencio sepulcral en varias manzanas a la redonda, donde se había prohibido el tránsito de vehículos.

El clima solo se interrumpió cuando, sobre las 15:30, comenzó a sobrevolar el área un helicóptero. En las zonas restringidas caminaba el personal policial, de bomberos, de la Intendencia y de Antel, muchos de ellos con chalecos fluorescentes y cascos blancos.

La organización había dispuesto un espacio de observación para el público en la esquina de Centenario y Varela, pero tenían mucho mejor vista quienes se encontraban sobre esta última avenida.
La última «selfie».

Muchos -hasta el propio personal afectado al operativo- no resistieron la tentación de tomarse una última fotografía con el Cilindro a sus espaldas, así fuera una «selfie», tan de moda en estos tiempos. Un joven con gorrito de visera le comentó a uno de sus amigos: «Yo la quiero para el Facebook, si estoy medio solterito». Los niños también vivieron la jornada con singular expectativa: «!Estuvo tremendo! Yo me tapé los oídos», comentó uno que no sobrepasaba los 10 años de edad. «Yo ni loco», respondió otro.

Cuando el Cilindro finalmente cayó, una gran nube de polvo, de unos 200 metros, se elevó sobre la desaparecida estructura. La negra polvareda comenzó a moverse hacia el Complejo Unidad Centenario y muchos debieron taparse sus bocas con bufandas o pañuelos. El viento finalmente disipó la nube, llevándola hacia el lado de la avenida Centenario.

La persistencia de lluvias y lloviznas habían mojado la estructura lo suficiente como para apaciguar al máximo la cantidad de polvo en el aire.
El «show».

Presenciaron la demolición el ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker y autoridades de la Intendencia de Montevideo, entre ellos, el secretario general Ricardo Prato, el prosecretario Jorge Rodríguez y el director del Departamento de Desarrollo Ambiental, Juan Canessa.

Como gran parte del público, muchas autoridades aplaudieron la caída del Cilindro, aspecto que fue de los más cuestionados ayer en la enorme repercusión que el hecho tuvo en las redes sociales.

La presidenta de Antel, Carolina Cosse, dijo que la demolición la hizo una empresa uruguaya y que todo sucedió «tal como estaba planeado». Ni bien se disipó la nube de polvo, tan solo un par de minutos después de la implosión, el paisaje era removedor. La pila de escombros hablaba de una vuelta de página y de un próximo capítulo que se comenzará a escribir con el Antel Arena, que se estima quedará terminado en 2016.
El futuro.

Ni bien se derrumbó el techo del Cilindro, en octubre de 2010, la intendente Ana Olivera se comprometió ante las cámaras a terminar su período con un nuevo polideportivo construido en el lugar. Los tiempos no le permitirán hacerlo, aunque la intendente dejará la obra ya iniciada.

El polémico proyecto tuvo muchas idas y venidas, así como objeciones políticas y legales. Sin embargo, ha seguido adelante contra viento y marea.

El espacio multifuncional Antel Arena tendrá locales comerciales, sucursal de Antel, Redpagos, Abitab, bancos, restaurante y plaza de comidas.

También incorporará una cancha de baby fútbol, terminal de ómnibus y de taxis, además de un parque y un centro de enseñanza adentro del predio.

Según anticipó Carolina Cosse, el Antel Arena será concebido como un estadio multifuncional de alta tecnología constructiva y de equipamientos, capaz de adaptarse a las diferentes necesidades de recitales artísticos, conciertos, y espectáculos deportivos (torneos de basquetbol, tenis, futsal, entre otros).

También preservará el anfiteatro conocido popularmente como «Canario Luna».

El Antel Arena tendrá capacidad hasta 15.000 espectadores, platea baja, alta y palcos. Su construcción demandará -según las primeras estimaciones- una inversión de unos US$ 40 millones.
DOS TESTIMONIOS
Carolina Cosse: «Todo salió como estaba previsto»

La presidenta de Antel, Carolina Cosse, dijo que el operativo funcionó tal como estaba planeado y que la remoción de los escombros podría demorar dos meses.

En conferencia de prensa, luego de la implosión, la presidenta del ente manifestó que en el correr de la semana los camiones retirarán los primeros escombros para trasladarlos a un predio junto al vertedero municipal de Felipe Cardozo. Algunos serán utilizados para construir la plaza que estará en los alrededores del Antel Arena y otros para el relleno de calles. La jerarca felicitó a los técnicos y sostuvo que el éxito del operativo reafirma su «convicción en la capacidad nacional para realizar productos de primer nivel».
Ricardo Prato: «Escombros para relleno de caminos»

El secretario general de la Intendencia, Ricardo Prato, expresó que «se comenzará con algunas obras alrededor, en simultáneo con el retiro de escombros que -en principio – no van a ser enterrados sino usados para afirmar la caminería en la planta de disposición final de Felipe Cardozo, que se estropea con las lluvias».

Por su parte, el prosecretario general de la IMM, Jorge Rodríguez, dijo que lo ocurrido ayer «es muy positivo más allá de la demolición del Cilindro, que significó mucho para los montevideanos y para los uruguayos».

«Significó muchas alegrías, como las deportivas o por eventos artísticos, también por algunas tristezas, como cuando fue cárcel de la dictadura, pero fue un lugar histórico y siempre le vamos a agradecer a Leonel Viera por lo que significó su obra como expresión histórica, arquitectónica y de ingeniería», agregó.

EL PAÍS

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