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Controlarán consumo de drogas y psicofármacos en conductores

Los dispositivos que captarán el rastro de marihuana también detectan cocaína y psicofármacos legales

Este año la Noche de la Nostalgia tendrá una particularidad. Además de espirómetros, desde el 24 de agosto los inspectores de tránsito tendrán en su poder dispositivos capaces de detectar el consumo de marihuana y otras drogas como cocaína, metanfetaminas y psicofármacos legales.

Esto permitirá a las autoridades cumplir con la ley que regula el mercado de marihuana y que establece que todo conductor estará inhabilitado de manejar cuando la concentración de tetrahidrocannabinol (THC, el principal principio activo del cannabis) en su organismo sea superior a la permitida por la reglamentación (que estará pronta en los próximos días).

A su vez, los nuevos dispositivos permitirán aplicar un artículo de la ley de tránsito (de 2007) que refiere al control de alcohol y “otras drogas psicotrópicas” en el organismo de los conductores. Esto último, que ya formaba parte de una ley de 1994, “nunca se controló”, admitió a El Observador Gerardo Barrios, presidente de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev).

Barrios dijo que con la Junta Nacional de Drogas (JND) están analizando qué marca de dispositivos comprar –están “entre dos o tres” proveedores, todos europeos– pero ya se sabe que serán unos 2.000 y que se gastará en el entorno de US$ 150 mil. Todos los dispositivos considerados captan desde 0,5 nanogramos de THC por mililitro de sangre en adelante. Significa que si alguien fuma un par de pitadas de marihuana no queda en evidencia en el dispositivo, pero si fuma un cigarrillo entero, sí.

El mecanismo es distinto al del espirómetro. En vez de soplar, se le pide al conductor una muestra de su saliva que se recoge con una suerte de cotonete. El proceso es similar al de un test de embarazo, contó Barrios. En cuestión de minutos indica si la persona consumió drogas, y especifica cuáles.

En una primera instancia los dispositivos se utilizarán solo para controlar marihuana porque con esa droga se tiene la “certeza” de qué cantidad es incompatible con el manejo. Con la cocaína, por ejemplo, no está claro. En Europa hay algunos estudios científicos camino a determinarlo, dijo Barrios.

Con los psicofármacos la situación es otra porque hay “un montón” de bibliografía al respecto, pero falta recopilarla, revisarla y organizarla. En ese sentido, el presidente de la Unasev informó que el Ministerio de Salud Pública está trabajando en establecer una suerte de “código de peligro” para cada fármaco. Los prospectos ya advierten la eventual incompatibilidad con el manejo, pero el gobierno quiere incorporar algo más notorio. La idea es que cada cajilla de medicamentos tenga un semáforo dibujado. Si la luz coloreada es roja, se prohíbe conducir bajo los efectos de ese fármaco. Si es verde no supone riesgo, y si es amarilla dependerá de la dosis u otras circunstancias.

Además, se planea elaborar una cartilla que indique a los equipos de salud el riesgo de cada fármaco. Los médicos deberán “involucrarse más” y advertir al paciente cuando lo que receten sea peligroso para el manejo. Barrios opinó que hoy “se hace muy poco” en ese sentido. “Solo los profesionales motivados”, consideró.

Los dispositivos se aprovecharán también para trazar un diagnóstico de las drogas más consumidas por los conductores uruguayos y, con esa información, elaborar una estrategia de prevención. A Barrios le consta que entre las más comunes (y también peligrosas) están los benzodiacepínicos (ansiolíticos y tranquilizantes como Valium, Lexotan, Diazepan o Rivotril). De todas formas, los controles arrojarán información más precisa. De hecho, además de los 2.000 dispositivos, se importarán cinco o seis equipos que se utilizarán para cuantificar las muestras. Barrios aseguró que “para garantía del ciudadano”, el LATU y la Facultad de Química trabajarán en el control de calidad y la calibración de los dispositivos respectivamente, tal como se hace hoy con los espirómetros.

En tanto, la JND, Unasev y Presidencia están afinando los detalles de una campaña que se lanzará en juio en televisión y radio para alertar a la población sobre el efecto de la marihuana al conducir, que no difiere demasiado al del alcohol: enlentece la capacidad de reacción y reduce la percepción del riesgo.

Un whisky, un porro

Fumar un porro genera en quien maneja un efecto similar a tomar un vaso de whisky. Según Barrios, un cigarrillo de marihuana equivale a tener 0,8 gramos por litro de sangre de alcohol.

LAS CLAVES

Drogas: En términos generales, se recomienda no consumir drogas si luego se va a conducir.

Marihuana: Se recomienda no manejar en las siguientes 10 horas luego de fumar. Los dispositivos son capaces de captar el consumo hasta tres o cuatro horas después, pero luego de ese tiempo sigue siendo peligroso conducir.

Mínimo: Los dispositivos registran a partir de 0,5 nn/ml de THC en sangre. Significa que no captan si la persona fuma unas pocas pitadas, pero si fuma un cigarrillo de marihuana, sí.

EL OBSERVADOR

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