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EE.UU. -Cuba: el fin de la Guerra Fría

La guerra fría entre Estados Unidos y Cuba, que marcó buena parte de la política en el hemisferio durante el último siglo, se cerró ayer con un histórico acercamiento entre los dos países, que apunta al restablecimiento de relaciones.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su par cubano Raúl Castro dieron ayer un paso decisivo al anunciar la normalización de sus relaciones bilaterales, poniendo fin a sus enfrentamientos.

«He dado instrucciones al secretario (de Estado, John) Kerry para que inicie de inmediato discusiones con Cuba para restablecer relaciones diplomáticas, que han estado interrumpidas desde enero de 1961», dijo Obama en un discurso pronunciado desde la Casa Blanca, en el que anunció un alivio del embargo comercial.

Exactamente al mismo tiempo, Raúl Castro afirmaba desde La Habana en un discurso televisado: «Hemos acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas» con Estados Unidos.

El mandatario estadounidense admitió que la política desarrollada hacia la isla en los últimos 50 años había fracasado, en tanto Castro reclamó avanzar hacia el fin del «bloqueo» o embargo económico a su país.
Encuentro.

La decisión de Obama de cambiar la política hacia Cuba, que «busca renovar el liderazgo en el continente americano», según la Casa Blanca, fue anunciada un año después del histórico apretón de manos entre Obama y Castro en Sudáfrica durante los funerales del expresidente Nelson Mandela.

«Estados Unidos va a restablecer una embajada en La Habana y altos funcionarios visitarán Cuba», dijo el presidente estadounidense. Incluso ayer se especulaba con una futura visita de Obama a Cuba.

«Si hay una oportunidad para el presidente de visitar (la isla), estoy seguro de que no la rechazaría», indicó el portavoz de Obama, Josh Earnest.

El mandatario estadounidense confirmó, por otro lado, su participación en la Cumbre de las Américas que tendrá lugar en Panamá en abril de 2015 y a la que Cuba ha sido invitada.

El acercamiento entre los dos países se concretó en un intercambio de presos: Cuba liberó al contratista estadounidense Alan Gross, detenido hace cinco años por supuestas actividades de espionaje, mientras Estados Unidos hizo lo mismo con Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, tres cubanos detenidos por similares razones en Florida. Además, se indicó que Cuba envió de regreso a Estados Unidos a un oficial de inteligencia de origen cubano que trabajó para Washington y llevaba casi 20 años preso en la isla, cuyo nombre se mantiene en secreto.

Además, Cuba se comprometió, en el marco de este acuerdo, a liberar a más de 50 presos políticos, de acuerdo con altos funcionarios estadounidenses.

Estados Unidos anunció una serie de medidas que favorecerán el comercio y las comunicaciones con la isla, además de iniciar los trámites para eliminar a Cuba de la lista de países que favorecen el terrorismo.

Según altos funcionarios del Gobierno, las conversaciones secretas entre delegaciones de Estados Unidos y Cuba para explorar la normalización de las relaciones, comenzaron hace más de un año y las reuniones se celebraron en su mayoría en Canadá.

El Vaticano también facilitó los contactos, recibiendo a delegaciones de los dos países, y el papa Francisco se involucró personalmente con el envío de cartas a Obama y a Raúl Castro, en las que abogaba por la liberación del estadounidense Alan Gross y de los tres espías cubanos que aún cumplían condena en Estados Unidos. El papel del Papa y Canadá fueron destacados públicamente por Washington y La Habana.

El expresidente cubano Fidel Castro «no participó en las discusiones» de forma directa, pero sí autorizó las negociaciones, según las fuentes estadounidenses.

Los anuncios de ayer llegaron después de una conversación telefónica de cerca de una hora, el martes, entre Obama y Raúl Castro. Fue el primer diálogo público de un presidente norteamericano desde la revolución cubana, en 1959.
Repercusiones.

En todo el mundo hubo reacciones favorables al deshielo cubano-estadounidense. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon «saludó calurosamente» el acuerdo y adelantó que «las Naciones Unidas están listas para ayudar a estos dos países a desarrollar sus relaciones de buena vecindad».

Sin embargo, las críticas llegaron desde el Congreso en Washington. Legisladores republicanos y demócratas mostraron su oposición al anuncio de Obama. Varios advirtieron incluso que el Congreso frenará cualquier esfuerzo para levantar el embargo económico.

EL PAÍS

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