Noticias Recientes

El Partido Colorado afronta la segunda peor derrota de su vida

Tras la debacle de 2004, cuando después de ser gobierno y enfrentar la crisis de 2002 cayó al 10%, el Partido Colorado afronta hoy una nueva caída significativa de votos con poco más del 13%, el segundo peor golpe electoral de su historia.

El Partido Colorado, con la segunda postulación consecutiva de Pedro Bordaberry a la Presidencia, volvió a quedar ayer muy lejos de la posibilidad de acceder al balotaje que definirá quién asumirá la titularidad del Poder Ejecutivo el 1° de marzo del año próximo.

La histórica colectividad de José Batlle y Ordóñez obtuvo alrededor del 13% de los votos, con lo que redujo su caudal electoral de octubre de 2009, cuando había logrado el 17,2% de las adhesiones, lo que implica que perdió a uno de cada cuatro votantes de la elección anterior. El nivel de votación del Partido Colorado de ayer lo deja próximo a su peor fracaso electoral de 2004, cuando tuvo solamente el 10,6% de los votos, instancia en la que además el Frente Amplio ganó por primera vez el gobierno con el actual candidato de la coalición, Tabaré Vázquez.

Con el resultado electoral de ayer, el Partido Colorado verá menguada su ya disminuida presencia parlamentaria, ya que es casi un hecho que perderá una banca en el Senado y tres en Diputados.

Con gesto adusto y visiblemente golpeado por el resultado electoral, Bordaberry dio su primera impresión sobre la jornada electoral anoche pasada la hora 22.00 en la sede partidaria de la Rambla y Luis Alberto de Herrera, en un discurso de menos de diez minutos en el que estuvo acompañado por su compañero de fórmula, Germán Coutinho, que no realizó comentarios.

«El pueblo habló, y el pueblo uruguayo debe ser escuchado», comenzó Bordaberry, ante unos cientos de militantes colorados. «El resultado que hemos obtenido no es obviamente el que queríamos. Y no estamos conformes», agregó el líder de Vamos Uruguay, el sector mayoritario de la colectividad.

Bordaberry anunció que junto al secretario general del Partido Colorado, Max Sapolinsky, acordó que en un plazo de 48 horas se reunirá el Comité Ejecutivo Nacional de la colectividad para que defina formalmente qué posición adoptará ante el balotaje.

Sin embargo, y haciendo valer su liderazgo a pesar del duro golpe electoral, Bordaberry anunció a título personal que respaldará al nacionalista Luis Lacalle Pou en el balotaje ante Vázquez del 30 de noviembre.

«Trabajaré cada hora de los próximos 34 días para que el doctor Lacalle Pou gane el balotaje», dijo Bordaberry, lo que generó la inmediata ovación de todos los presentes.
Desazón

En cuanto los monitores empezaron a reflejar los primeros resultados, un enorme balde de agua fría cayó sobre los cientos de simpatizantes que se reunieron en la sede colorada. Y ni que hablar que lo mismo le pasó a los dirigentes, empezando por Bordaberry y Coutinho cuyos rostros no dejaban lugar a dos opiniones.

Peor aún, pasaron del entusiasmo de verse cerca de que resultara aprobada la propuesta de reforma constitucional —al caer la tarde el comando manejaba dos encuestas que daban supuestamente más del 50% de apoyo a la iniciativa que Bordaberry había defendido casi en soledad— a perder ahí, logrando cerca del 48% de adhesión popular (ver aparte).

A medida que se ajustaban las cifras, había comentarios incómodos. Incluso, en determinado momento estaba hablando el presidente José Mujica y comenzó una rechifla en la sede colorada que hizo que bajaran el volumen. También hubo reacciones de desagrado al mensaje que diera el candidato frenteamplista Tabaré Vázquez.

El desencanto ganaba la sede mientras algunos militantes comenzaban lentamente a retirarse. Primero iban a tomar aire a la puerta y en un descuido se marchaban. «Vamo arriba, eh?», sonaba el grito de consuelo que se escuchaba una y otra vez en una sala que cada vez quedaba más grande. En conversaciones tras conocerse el resultado primario, dirigentes colorados confiaron a El País que la meta a la que aspiraban en una proyección bastante austera era a lograr un 18%, apenas un punto porcentual sobre la elección de 2009. Por eso el resultado los golpeó más. A última hora llegó a la sede colorada el expresidente Julio María Sanguinetti, acompañado por el exvicepresidente Luis Hierro y el excanciller Didier Opertti. Los tres ingresaron a las oficinas de Bordaberry donde estaba la fórmula colorada y varios de los legisladores. Casi en seguida llegó el exsenador Manuel Flores Silva.

Pocos minutos más tarde todos salieron y pasaron a reunirse a una sala del primer subsuelo, seguramente buscando más privacidad para reflexionar sobre el contenido del mensaje que debía brindar Bordaberry.

Un poco alejado del grupo, observando la evolución de los números y también con la preocupación reflejada en el rostro, estaba el exministro y actual jefe de campaña de Bordaberry Hugo Fernández Faingold.

Bordaberry terminó siendo vivado por sus simpatizantes que poco antes de las 23 horas dejaron la sede vacía.
José Amorín no fue a la sede de la fórmula

En la sede de la fórmula colorada llamó la atención la ausencia del senador José Amorín, titular de la lista 15, la oficial del batllismo, quien prefirió seguir las alternativas de la jornada desde la sede de su propio sector, en la avenida Sarmiento.

La definición de la fórmula colorada en su momento dejó secuelas. Cuando el candidato colorado Pedro Bordaberry hizo una ronda de consultas a nivel nacional con sus dirigentes y el resultado de las preferencias apuntó hacia el intendente de Salto, Germán Coutinho, desde el batllismo tanto Amorín como otros dirigentes mostraron públicamente su malestar por haber sido excluidos del binomio.

En la interna Bordaberry aventajó en una proporción de tres a uno a Amorín, por lo que entendió que correspondía que él decidiera con quien armar la fórmula. Y lo hizo con Coutinho, un dirigente de Vamos Uruguay. Amorín apoyó luego la fórmula e hizo campaña, pero dirigentes de varias agrupaciones ya habían adelantado su disposición a no votar al Partido Colorado.

«Se debió dar otra señal de unidad, pero ya pasó», dijo Amorín en agosto, días después de la decisión de Bordaberry, durante una conferencia de prensa convocada en el Palacio Legislativo para anunciar que, de todos modos, el sector apoyaría a Coutinho.

«Tuvimos diferencias con Vamos Uruguay en la integración de la fórmula, porque entendíamos y entendemos que la fórmula debe trasmitir entre otras cosas una señal de unidad», afirmó Amorín. «Lamentablemente las cosas no se dieron. La fórmula es de un sector del Partido Colorado y eso ya pasó. Tenemos que dar vuelta la página», admitió el senador en esa rueda de prensa.

El propio Bordaberry saludó el gesto de los batllistas, diciendo en su cuenta de Twitter estar «muy contento».

«Muchas gracias por pensar primero en el país y el partido; adelante todos unidos», tuiteó.

Días después, la convención nacional colorada proclamó la fórmula.

EL PAÍS

Deja un comentario