Noticias Recientes

Las familias sirias sintieron la solidaridad

Presidente José Mujica recibió en el aeropuerto a los refugiados

Contentas, cansadas, expectantes, ansiosas y con algunos temores, llegaron ayer, luego de un largo viaje, las familias sirias que serán refugiadas en Uruguay. Esas sensaciones fueron descriptas por integrantes de la delegación que los acompañaron. No encontraron las palabras justas para transmitir lo que vivieron en las últimas horas. Ansiedad y agradecimiento pareció ser el denominador común.

En total son 42 personas que seguramente no esperaban el recibimiento que tuvieron. Hasta el presidente José Mujica los fue a buscar a la base aérea de Carrasco y estuvo conversando con ellos. No estaba en la agenda oficial que fuera, pero apareció para darles la bienvenida.

En este asunto –que no entró en la discusión de la campaña electoral– el mandatario tiene el apoyo de la mayoría de la población.

Las cinco familias partieron desde Beirut luego de haber sido seleccionadas para venir a Uruguay. En su país, Siria, se vive una sangrienta guerra civil que dejó unos 150 mil muertos y otros 3 millones que debieron emigrar. Sólo en el Líbano, donde estaban, hay un millón y medio de refugiados que sobreviven como pueden. Otros, unos 120 mil, están en el campo Zaatari en Jordania, en el que estuvo el canciller Luis Almagro y quedó impactado. Tras esa gira por Medio Oriente, el ministro le contó a Mujica la situación de esta gente y el mandatario pidió hacer algo. Finalmente se decidió que 120 personas, en su mayoría menores, sean recibidas en Uruguay, donde el gobierno los asistirá con vivienda, trabajo, atención médica y educación. Algunos irán al interior.

Apenas salió el ómnibus que los sacó de la base de la Fuerza Aérea ubicada junto al Aeropuerto de Carrasco, los sirios vieron un par de banderas de Uruguay de un grupo de vecinos que los fue a recibir. Eran pocos.

Uno de esos vecinos es de los uruguayos que hace 40 años emigró a Australia, así que sabe “lo que es dejar todo atrás”, según contó a El Observador. Ese hombre y una señora que lo acompañaba tenían una tarjeta para Mujica. La nota decía “gracias presidente”, pero no pudieron entregársela.

Lo otro que hizo sentir a las familias sirias en tierras orientales fue la pelota de fútbol que recibieron en la casa de Retiro San José, de los Hermanos Maristas, donde pasarán las primeras noches en el país. La pelota rodó de inmediato y se armó un picadito. Los niños ya conocían a Forlán y uno tenía la camiseta de Luis Suárez. Atrás de la cancha estaba el parrillero prendido desde bastante antes que el avión de Air France que los trajo tocara suelo uruguayo (ver página 3).

Con una mochila en la espalda apareció caminando el secretario de Derechos Humanos de la Presidencia, Javier Miranda, que encabezó la delegación que acompañó a las familias desde Beirut. Junto a él caminaba Almagro.

“Es un día histórico”, dijo el canciller para graficar la magnitud de lo que se estaba viviendo. Por ahora son 120 los que llegarán, y luego ya habrá otra administración de gobierno a la que habrá que preguntarle si seguirá este proyecto, dijo el ministro a los periodistas. De todos modos, adelantó que Uruguay “tiene capacidades como para seguir abriendo sus puertas y los corazones de la sociedad”. El próximo paso de Uruguay es plantear en diciembre junto a Brasil, en un seminario sobre migraciones, que otros países de la región reciban a más sirios.

Mujica tambiénfue a la Casa de los Maristas en el kilómetro 16 de camino Maldonado. “No podemos parar una guerra, pero sí mitigar sus efectos”, dijo el mandatario. Afirmó que los refugiados se “sienten inmensamente agradecidos a Uruguay” porque “sienten que han salido de un infierno”.

La asesora de la cancillería, Susana Mangana, que también acompañó a los sirios en el viaje, contó ayer a El Observador que las familias vinieron “animadas”, “le agradecieron a Mujica y al pueblo uruuayo” lo que estaban haciendo y que “tienen ganas de trabajar”. En el avión, los más pequeños venían absortos mirando películas. Y los adolescentes estaban expectantes por lo que encontrarían en Uruguay. “Todos se portaron bien”, dijo Mangana.

La caravana oficial con motos adelante avanzó por Montevideo.

Otro grupo, bastante numeroso de vecinos del barrio donde se alojarán los sirios, los fue a esperar con carteles y aplausos. En la conferencia de prensa en la que habló Miranda, distintos organismos internacionales agradecieron la solidaridad de Uruguay.

Un viaje con «caras de felicidad»

“Temerosos pero con paz”. Así vio una de las pasajeras del vuelo de Air France que venía de Buenos Aires a los 33 niños sirios que llegaron a Uruguay junto a sus familias ayer de mañana en ese mismo avión. Aunque la compañía no les informó que viajarían junto a las cinco familias de Siria, varios de los pasajeros con los que conversó El Observador pasaron el viaje observando las “caras de felicidad” de los pequeños y sus padres.

En Buenos Aires, cuando el avión que los separaba del país que los recibiría estaba por despegar, los niños se tapaban los oídos. A otros se les notaba cansados luego de casi un día de escalas y aeropuertos. “O capaz que el cansancio era por todo lo que han vivido”, dijo un tercer pasajero. Fueron los últimos en subir en el aeropuerto de Ezeiza y de bajar en el de Carrasco, de un avión en el que lograron contagiar su ilusión a todos los pasajeros.

EL OBSERVADOR

Deja un comentario