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Ley que regula marihuana no va a correr dentro de las cárceles

El comisionado parlamentario para el sistema carcelario, Álvaro Garcé, dijo que la legalización de la marihuana no implica que se pueda consumir libremente dentro de las cárceles, pero adelantó su intención de iniciar un programa de uso medicinal.

«El hecho de que determinadas cuestiones como la producción, comercialización y el consumo en determinadas condiciones del cannabis, sea autorizado legalmente, no implicará que se legalice adentro de un establecimiento», advirtió Garcé este fin de semana en el marco de una visita a la cárcel de Soriano.

«Tengamos en cuenta que se trata de personas que están privadas de libertad», continuó el comisionado parlamentario. «Hemos planteado y deberá ser evaluado por médicos, la posibilidad de realizar terapias de disminución de daños y sustitución, porque una parte muy importante de esa población privada de libertad, es joven, consumidora, adicta… Requieren de algo más que el encierro, requieren tratamiento y por eso hay que ver distintas variables», añadió el jerarca.

Garcé entiende que desplazar drogas como la pasta base es un objetivo fundamental. «Justamente cuando hablamos de reducción de daños, estamos pensando en evitar el terrible impacto que genera esa droga que ha generado cambios muy importantes a nivel social en los últimos años», sostuvo el comisionado.

Días atrás el subsecretario del Ministerio de Salud Pública (MSP), Leonel Briozzo, informó que desde el gobierno se estaba evaluando utilizar «marihuana medicinal» para reducir la ansiedad de los presos adictos a la pasta base durante el proceso de desintoxicación.

Ante las Naciones Unidas, Briozzo se refirió a lo que llamó «la revolucionaria regulación del mercado de cannabis». Y enumeró tres grandes grupos con los que se pretende utilizar la marihuana medicinal: «Enfermedades neurológicas degenerativas en las que se sabe que tiene un rol importante, cuidados paliativos y el tratamiento del dolor -ayuda mucho en los momentos finales de la vida a que disminuya el dolor- y el uso para disminuir el consumo de otras drogas más pesadas como la pasta base».
Advertencia de ONU.

Por otro lado, el comisionado parlamentario, Garcé, dijo que la imagen de Uruguay en las Naciones Unidas mejoró considerablemente, pero persiste la necesidad de una reforma procesal penal que en esta administración no se pudo impulsar. El jerarca reconoció preocupación por el récord histórico de jóvenes que delinquen y puso como ejemplo la ciudad de Mercedes.

«Ha habido un cambio y eso es innegable. Los niveles de hacinamiento salvo en escenarios como éste, tienden a disminuir, pero al mismo tiempo hay elementos de preocupación», advirtió el funcionario.

«No sólo en Mercedes hay un récord histórico de personas privadas de libertad, el récord es nacional. La población reclusa es muy joven y eso de alguna manera es un dato a tener muy en cuenta», continuó.

Tras esto se preguntó: «¿Cómo está visto Uruguay?». Y, luego, ensayó una respuesta: «En el examen periódico universal de la ONU hubo recomendaciones apuntando a que el proceso (de disminuir el hacinamiento) continuara, pero también hubo una advertencia en cuanto a la cantidad de personas encarceladas y la necesidad de generar un nuevo escenario. Esto tiene que ver con una Reforma Procesal Penal, una asignatura pendiente en el país desde hace mucho tiempo y que en este periodo de administración que queda no habrá tiempo de hacerla, pero es muy importante desde ya ir planteando ese tema».
Imputabilidad.

Sin pronunciarse a favor ni en contra, el comisionado advirtió que, en caso de bajar la edad de imputabilidad, será necesario más trabajo con los adolescentes.

«Creo que, con esa modificación (de bajar la edad de imputabilidad) o sin ella, hay que priorizar el trabajo con los más jóvenes. No se pueden repetir con los adolescentes errores que se pudieron haber cometido en el pasado con otros. Hay que prestarle mucha atención y así como el país ha comenzado a invertir en el sistema carcelario para mejorar la seguridad pública, con más razón hay que apostar a ese segmento de los adolescentes», señaló.

Garcé dijo que la experiencia indica que la privación de libertad «por sí sola, no resuelve el problema de la delincuencia. En todo caso ésta tiene que ser siempre acompañada con medidas de tratamiento técnico, si no, no hace más que diferir o aplazar el problema».
Entran 60 y hay 190

La cárcel de Soriano es una de las peores del país. Es una edificación en el centro de la ciudad, construida en 1870 para 60 plazas y que, sin embargo, hoy aloja a 190 reclusos. La superpoblación trepa al 300%.

En breve se inaugurará otra cárcel, construida en las afueras de Mercedes, pero las autoridades ven con preocupación cómo el ritmo de la delincuencia hará que el establecimiento se vea saturado desde el primer día.

El tema fue analizado este fin de semana por Garcé en compañía del Jefe de Policía de Soriano, Washington Curbelo y los diputados José Amy, Roque Arregui y Gonzalo Novales.

EL PAÍS

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