Luis Eduardo González: “Demonizar a los partidos tradicionales no funciona”

«La demonización de los partidos tradicionales ya no funciona. Huele a dinosaurio». La frase formó parte de un análisis de la coyuntura electoral que realizó este miércoles el director de Cifra, Luis Eduardo González, a socios y clientes de la consultora CPA Ferrere. La charla del politólogo se centró en explicar el desempeño actual de los partidos políticos y los posibles escenarios de cara a la elección nacional de octubre de este año. González aseguró que el escenario más probable presenta al Frente Amplio como la primera fuerza política. También tiene claro que ningún partido tendrá mayoría propia en la primera vuelta, y que el balotaje de noviembre es «impredecible».

A juicio del experto, el candidato del oficialismo, Tabaré Vázquez, puede perder la elección porque “no es tan diferente a los otros”. Además, consideró que la coyuntura cambió: “las vacas gordas ya no están tan gordas, y los zig zag de Vázquez lo pueden complicar”. Sobre las chances de los rivales del Frente Amplio, el director de Cifra estimó que se repetirá la conducta de los colorados en la segunda vuelta, si el candidato del Partido Nacional es quien compite con Vázquez. Las dos experiencias de 1999 y 2009, cuando un tercer partido tuvo que elegir entre dos candidatos ajenos, muestran que aproximadamente 14% de blancos no votaron al candidato colorado, y al revés.

De la charla de Ferrere también participó el socio de la firma Gabriel Oddone. El profesional planteó los posibles escenarios para el próximo gobierno. Dijo que ante un Parlamento sin mayorías parlamentarias propias del Poder Ejecutivo, los partidos deberán buscar un gran acuerdo para realizar correcciones fiscales para estabilizar la macroeconomía. Estimó que ese ajuste debería ser entre 0,5% y 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB). “Eso estabilizaría el escenario. Pero ¿estaremos en condiciones políticas?”, se preguntó. Oddone consideró también que el escenario internacional y regional se deteriora, pero las condiciones de Uruguay son distintas a momentos previos a otras crisis.

EL OBSERVADOR