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Palito, del barrio a Maracaná

Álvaro Pereira confesó qué significa la selección, sea como titular o de suplente, y que cuando juega siente que lo empujan tres millones de almas

Los europeos se han quejado del intenso calor en el mundial y dicen que los sudamericanos corren con ventaja, incluso Andrea Pirlo manifestó que parecería que se juegan dos mundiales, ¿qué le genera todo eso?
No sé, cada equipo tiene su discurso, nosotros tenemos que jugar, pensar como jugadores y no pensar las cosas extras, simplemente tenemos que entrar al campo de juego y hacer nuestro trabajo.

Los italianos particularmente estaban quejosos, incluso en el partido contra Uruguay hubo algunas discusiones con los suplentes, en una de las cuales usted participó.
Era porque a lo mejor querían hacer un juego sucio. Ellos son un equipo bicho, tienen sus mañas, sabían que con el empate pasaban y querían demorar lo máximo posible. Pero nosotros sabíamos con lo que nos íbamos a encontrar y nunca nos desesperamos.

Además, el calor a Uruguay también lo afecta…
Sí. Pero el equipo apareció a pesar de las situaciones climáticas porque se jugó con mucho calor. Fue inteligente y se prepararon bien estos partidos.

¿Para qué está Uruguay?
Nosotros queremos crear nuestra propia historia y dejar un poco de lado las cosas que se consiguieron hasta acá. Queremos darle más alegría a la gente, ir de menos a más.

¿Qué tiene Uruguay para ganar este tipo de partidos?
¿Qué tiene Uruguay? Y tiene tres millones de almas que van con nosotros además de todos los uruguayos que están en el exterior y nos apoyan, nos hacen llegar su fuerza. Cuando tenés todo eso atrás, te volvés más fuerte para no dar ninguna pelota por perdida.

Le tocó vivir un período donde no llegaba su momento en el equipo, sin embargo aprovechó la chance en el juego contra Inglaterra y se afianzó como titular. ¿Cómo se sintió antes y cómo se siente ahora?
Simplemente contento de ser parte de este grupo, estando fuera o dentro, jugando o no jugando. Antes que nada está la selección y hay que apoyar al compañero que le toca jugar.

¿Ese compañerismo es un sello de esta selección?
Eso es impagable. Porque si uno mira para atrás dice ‘no me puedo quejar’. No puedo decir que estoy enojado porque soy suplente de la selección. Estoy en la selección de mi país, lo soñé de niño. Cualquier uruguayo quisiera estar en mi lugar. Y bueno, cuando me toca estar, tengo que hacerlo de la mejor manera. Uno es el primer autocrítico cuando las cosas salen mal. Ahora me tocó jugar, demostrar lo que puedo dar y ayudar al equipo. Y de eso se trata, cooperar desde donde le toque estar a uno.

Tabárez reveló en el libro Vamos que Vamos de Ana Laura Lissardy, que eso que usted acaba de responder en esta entrevista lo marcó en una charla que tuvo con usted.
Sí, sí porque en algún momento tuvimos una charla normal con el Maestro o con María, la cocinera del Complejo. Las charlas se dan de la misma manera porque somos una familia. No hay ningún tipo de compromiso, simplemente es disfrutar y saber la responsabilidad que tenemos y que te la hacen sentir desde el momento que entramos al Complejo. Después, las idas al estadio, los días de entrenamiento, andar por el barrio, la gente… Son cosas lindas. Siempre digo que cuando ya no pueda vivir esto, el día que me falte la celeste me tiro de un avión (risas).

¿Ya le cayó la ficha de todo lo que lograron en este tiempo con la selección?
No, no.

¿Está en la nube todavía?
Lo mejor está por venir. Siempre digo eso. Lo mejor está por venir y queremos crear nuestra propia historia.

¿Qué tiene la camiseta de Uruguay que no tienen otras?
Que te provoca un orgullo enorme llevar estos colores y defenderla a muerte.

¿Por dónde pasaron las claves para clasificar a la segunda ronda del Mundial en una serie compleja?
Por ser inteligentes, por defender bien y a la hora de tener ocasiones tratar de liquidar los partidos. Cuando se nos da el gol hay que ser inteligentes y no complicarse porque si tenemos que pegar un puntazo lo pegamos. Fuimos aplicado en lo táctico.

De su barrio a Maracaná, ¿qué le dice?
Un sueño.

¿Sigue musicalizando la previa a los partidos con el himno nacional?
Cambiamos. Ahora entramos con un tema de Marc Anthony que lo venimos escuchando desde las Eliminatorias que es Vivir mi vida. Diez minutos antes de salir apagamos la música para concentrarnos y luego a disfrutar, como dice el tema, a vivir la vida.

EL OBSERVADOR

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