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Presos de Guantánamo llegan luego de elecciones

Mujica teme que si se genera algún problema, incida en el resultado

La táctica es muy similar a la que aplica todo el tiempo Argentina con Uruguay: pedir más información, diltar, agregar requisitos y de esa manera demorar los plazos. En este caso lo está haciendo Uruguay con Estados Unidos. El objetivo es postergar lo más que se pueda el traslado de los seis presos de Guantánamo a Montevideo, para que lleguen luego de las elecciones nacionales que se desarrollarán entre octubre y noviembre.

El gobierno de Estados Unidos, según informó ayer el diario norteamericano The New York Times, tenía la intención de enviar a los presos el mes pasado en un avión que arribó a la isla para realizar el traslado.

Fue en ese contexto, según la información del diario estadounidense –que fue confirmada por El Observador en base a fuentes de ambos gobiernos– que se realizó la llamada del vicepresidente Joseph Biden al mandatario uruguayo José Mujica solicitándole realizar el traslado en esos días.

Esa llamada fue efectuada el miércoles 6 de agosto, según informó un día después el semanario Búsqueda.

La crónica del New York Times de ayer dice que Biden lo presionó para realizar el traslado en esos días, algo que tanto la embajadora Julissa Reynosso como el prosecretario de la Presidencia uruguaya, Diego Cánepa, niegan que haya ocurrido (ver recuadro).

“Mujica estaba preocupado de que sería políticamente riesgoso recibir a los presos ahora debido a las próximas elecciones en su país, según funcionarios de la administración Obama”, dice la nota del New York Times.

Consultada al respecto por El Observador, Reynosso dijo que para Estados Unidos no hay problemas en esperar por el traslado de los presos.

Además de asegurar que la conversación entre Biden y Mujica fue “entre amigos” y “no hubo ningún tipo de presión”, la diplomática aseguró que “la Casa Blanca está agradecida por el compromiso de Uruguay” en recibir a los presos y que “no hay cambios” en los planes, dado que la transferencia se realizará.

“Lo único que está en cuestión es el tema de los tiempos”, aseguró. Pero insistió en que Estados Unidos no tiene problemas en esperar hasta que Uruguay pueda recibirlos.

Luego del consejo de ministros de ayer, el prosecretario Diego Cánepa admitió que los presos no llegarán de aquí a dos o tres meses.

“En ningún momento se manejó una fecha. Se sigue trabajando en ese proceso. No hubo ni hay fecha, pospuesta. Hay un proceso natural que debe culminarse. No creo que se resuelva antes de dos o tres meses por lo menos”, dijo.

El avión

A prinicipio de agosto un Boeing C-17 arribó a la base naval de Estados Unidos donde se encuentra el campo de detención de Guantánamo. El avión había llegado para llevarse a seis presos a Uruguay que se encuentran recluidos hace doce años.

El NY Times agrega que luego de cuatro días de negociaciones entre los dos gobiernos, “el C-17 dejó la isla sin ningún pasajero”.

El problema es que las condiciones de la cárcel ya no son óptimas. La unidad que alberga a los detenidos más notorios está construida sobre un terreno inestable y necesitará reemplazo para cualquier uso a largo plazo. En el edificio de la cocina, las temperaturas se elevan a más de 43°C al mediodía, los soportes de acero se dañan, y los trabajadores deben cubrir las mercancías secas con lonas de plástico durante las tormentas debido a un techo con goteras.

Los guardias tiene que vivir hasta de a seis en pequeñas cabañas, que no tienen ni ventilación ni baño en su interior.

La crónica también describe que la calidad de las instalaciones médicas tampoco es la adecuada, a lo que se agrega la realidad de que el Congreso haya prohibido el envío de detenidos incluso en estado crítico a los Estados Unidos. “Los abogados del Pentágono concluyeron que era legal no evacuar a un preso para recibir tratamiento médico urgente, según un documento interno del Pentágono conseguido por The New York Times en una demanda de libertad de información”. La solución que se ha encontrado por el momento es tener médicos especializados preparados para poder volar hacia la isla ante cualquier emergencia

El presidente estadounidense ha argumentado que “Guantánamo debe cerrarse debido a sus altos costos, casi US$ 3 millones por detenido al año, y porque pone en peligro la seguridad nacional; se ha convertido en un símbolo anti-estadounidense de la tortura pasada y otros abusos”. El diario recuerda que el Estado Islámico en Irak y Siria, que decapitó a un periodista estadounidense en Siria el mes pasado, hizo referencia a esta cárcel por lo que le obligó a su víctima a usar ropa de color naranja como la vestimenta usada por los detenidos de Guantánamo.

En total–contando los seis que vendrán a Uruguay, son 14 los presos que podrían ser trasladados antes de fin de año. Actualmente, hay 149 detenidos en Guantánamo.

El debate sobre la palabra “pressing”

El diario New York Times publicó ayer que el vicepresidente Joseph Biden, presionó a Mujica para que los presos lleguen a Uruguay cuanto antes. Tanto la embajadora Julissa Reynoso como Cánepa dijeron que Biden nunca presionó y que eso fue un error de los medios uruguayos al traducir. Ambos se cuidaron de no criticar al New York Times. Sin embargo, la palabra usada fue “pressing”. La otra acepción secundaria posible para ese término es “insistir”.

EL OBSERVADOR

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