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Una historia de amor a lo Hollywood en tierra uruguaya

Imagen tomada durante el rodaje de la campaña de La Ópera en el que aparecen Rinsch (izq) y su novia

El estadounidense y la modelo uruguaya se casan mañana, en una boda a la que está invitado Keanu Reeves

«Èl casi no me hablaba, no me miraba y yo dije ‘este director me va a cambiar en cualquier momento porque no le gusto’, recuerda la modelo uruguaya Gabriela Rosés Bentancor de su primer encuentro con el que mañana será su marido, Carl Rinsch. El estadounidense, director de 47 Ronin, la última película protagonizada por Keanu Reeves, mira embelezado a esa morocha que conoció hace tres años y medio en México filmando una publicidad, mientras un peluquero moldea el pelo de ella de un lado para el otro durante la prueba de peinado de la boda (motivo por el cual solicitaron que no se los fotografiara).

La cita con El Observador es en un distinguido apartamento ubicado en la rambla República de México, lugar que la pareja alquila desde hace dos semanas, y a metros del Hotel Sofitel Montevideo Casino Carrasco, donde se aloja Reeves, uno de los 60 invitados que concurrirán al país desde el extranjero. El enlace civil se producirá este jueves en la Bodega Joanicó y el acto religioso se realizará el viernes en la Iglesia de las Carmelitas, tras la cual se realizará una fiesta en La Hacienda para 300 personas.

A pocas horas de la boda, lo que se ve a simple vista en el interior de la casa es un reducido grupo de amigos, familiares y colaboradores, varias cajas de cartón y un dormitorio convertido en probador donde presumiblemente se encontrará el vestido que la novia trajo desde Nueva York.

Así como su pareja, Rosés Bentancor conversa intercalando el inglés y el castellano, aunque en su hablar se desliza por momentos una tonada mexicana. A ella, de 28 años, se la nota un poco nerviosa, algo que expresa moviendo rápidamente una pierna. A él, de 36, se lo ve un poco más relajado, conteniendo a su novia con chistes y palabras dulces, hablando un castellano con tonada española.

¿Cómo van los preparativos?

Gabriela Rosés Bentancor: Es medio caótico preparar las cosas del otro lado del mundo, pero ya casi. Tenemos una wedding planner que nos ayuda acá. Llevó mucha preparación, ahora están todos en la ciudad y es difícil coordinar, pero pienso que va a salir todo bien.

¿Están todos en el Sofitel?

GRB: No, están distribuidos por la ciudad.

Carl Rinsch: Por los últimos 11 meses ella estuvo yendo y viniendo organizando todo, tenemos amigos increíbles acá, que nos ayudaron a coordinar. Es una oportunidad fantástica hacer esta celebración en su ciudad. Es emocionante para mí como extranjero y tengo muchos amigos viniendo de todas partes del mundo. Estamos muy emocionados, a todos les gusta Montevideo

¿Qué les dicen de la ciudad?

CR: Todos quieren o construir una casa para jubilarse, una de vacaciones o vivir aquí.

GRB: La mayoría se sorprendió, creo que esperaban algo diferente. Algunos han dicho ‘me esperaba algo más tipo Perú’.

CR: Es la primera vez que muchos de nuestros invitados vienen a Montevideo. Algunos han visto Punta del Este, pero Montevideo es diferente, es más el Uruguay real. Es muy bueno ver la perspectiva de cada uno sobre la ciudad. Queremos mantenerlo (el casamiento) lo más perfil bajo posible. Es algo que nos gusta de Uruguay, no hay pretensión, la gente apoya mucho. Nos parece el mejor lugar para celebrar la boda, mejor que en Los Ángeles.

Tengo entendido que estuvo filmado una publicidad para Toyota en Montevideo.

CR: Las locaciones fueron muy buenas y la gente y el equipo fue fantástico. Filmamos en todas partes, en Ciudad Vieja…

GRB: En el Clínicas, en Plaza Cagancha, en esos apartamentos que quedan de estilo.

CR: Fueron cuatro días y a excepción de dos actores todo el resto del elenco era de Montevideo. Probablemente la publicidad estará al aire en Europa en tres semanas o un mes.

¿Va a filmar un largometraje que extienda The Gift? (corto de ciencia ficción que está ambientado en Rusia)

CR: Sí. Tengo un proyecto que probablemente filme en Rusia y que parte de él pueda tener lugar en Sudamérica. Una de las cosas que descubrí es que Montevideo te provee de locaciones interesantes que pueden estar en cualquier lugar del mundo: puede ser Europa, puede ser América Latina, algunas calles pueden ser Nueva York, otras Barcelona, Buenos Aires, o Ciudad de México

¿Cómo fue trabajar juntos en la campaña de La Ópera?

CR: Fue una oportunidad divertida de grabar. Me invitaron a filmar y yo dije que me encantaba la idea porque me pareció un gran momento para mí, una semana antes de la boda con mi futura esposa.

Vuelven a trabajar juntos luego de haberse conocido de esa manera. ¿Cómo fue el primer encuentro?

GBR: Yo trabajaba en México y para la publicidad parece que hacían castings y castings y no encontraban a la chica. Entonces un día él dijo ‘tiene que haber chicas más guapas en México, denme los nombres de las mejores agencias’ y seleccionó un par. Ahí quedé y éramos tres principales y muchos extras. Pero él dirigía a las otras dos chicas y casi no me hablaba, no me miraba y dije ‘este director me va a cambiar en cualquier momento porque no le gusto’. Hasta que al tercer día el peluquero me dijo que le parecía que al director le gustaba yo. Cuando terminó el rodaje él le mandó un mensaje a todas las chicas agradeciendo por el trabajo duro y yo le contesté, él me contestó y así fue como por meses los mails iban creciendo de tamaño. Un día empezamos a hablar por Skype y otro día me dijo que me iba a visitar a México. Desde entonces aquí estamos.

CR: Soy muy tímido, ella me hace poner tímido.

Gabriela, ¿entonces se mudó a Los Ángeles?

GBR: No, porque él ya empezaba a filmar 47 Ronin, entonces me mudé con él a Londres y a Budapest, donde rodaba, y después a Los Ángeles.

¿Carl había venido antes a Uruguay?

GBR: Él me dijo para venir a vivir a Londres y yo le dije que sí, pero que antes tenía que conocer a mi familia. Entonces vino a pasar una Navidad. Eso fue unos tres años atrás.

¿Por qué eligieron la Iglesia de las Carmelitas?

GRB: Yo siempre quise casarme ahí y cuando vino Carl lo llevé a verla. Es que es monísima.

Carl, ¿qué cosas te gustan y cuáles no de Uruguay?

CR: No tengo nada que no me gusta. La imagen de Uruguay que tenemos viene primero por el presidente y su pensamiento de avanzada en temas como el casamiento gay o la legalización de la marihuana. Este tipo de temas son importantes para Estados Unidos y él es un ejemplo de alguien que toma riesgos. Vemos a los uruguayos como personas que tienen un pensamiento de avanzada, que tienen una mente liberal pero a la vez son conservadores en la forma en la que llevan sus vidas, no es que Uruguay sea una comuna hippie. Es un ejemplo en pequeña escala de lo que es posible para nosotros.

¿Hasta cuándo se quedan? ¿Se van de luna de miel?

GRB: Nos quedamos hasta el 4. De luna de miel nos vamos recién en mayo a hacer Sudáfrica y subir hasta Kenia.

¿Que extrañas de vivir de Uruguay?

GRB: La gente sobre todo. Los Ángeles es una ciudad dura, todo el mundo va a allá porque quiere ser parte de Hollywood, pero es una ciudad donde nadie camina, necesitás coche para todo, yo la llamo un gran parking de cemento. Pero igual no nos quedamos siempre en un mismo lugar porque él siempre está filmando afuera y vengo muy seguido a Uruguay, cada tres o cuatro meses.

¿Cuanta gente va a ir a la fiesta?

GRB: Trescientas personas. Él esta impresionado porque para aquí es una fiesta pequeña, pero para él es una multitud.

El observador

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