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La gimnasta más longeva de la historia de los Juegos Olímpicos

Son casos contados, pero que los hay, los hay. Su historia puede ser tomada como un modelo de inspiración y de superación, no solo para la comunidad deportiva, sino para todo quien quiera conocerla. Con un físico fuerte y atlético y un imponente poder mental, Oksana Chusovitina superó la adversidad y venció los prejuicios de aquellos que podían llegar a considerar que a los 41 años sería imposible competir en el alto rendimiento.

Con su participación en Río de Janeiro 2016, la gimnasta que representa a Uzbekistán está disputando su séptimo juego olímpico: Barcelona 1992, Atlanta 1996, Sidney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016.

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Con 41 años y un hijo de 17, “la leyenda viviente” -como la llaman- es la gimnasta más longeva en participar en un Juego Olímpico y es, además, una de las pocas que volvió a competir en el alto nivel luego de ser madre. Solo lo han logrado la histórica soviética Larissa Latynina, la cubana Leyanet Gonzalez, la holandesa Suzanne Harmes y la española Thais Soha-Escolar.

Su primera experiencia en un Juego Olímpico fue en Barcelona 1992. En aquel momento compitió con el ‘Equipo Unificado’, la delegación de la ex Unión Soviética, con el que logró la medalla de oro por equipos.

En Atlanta 1996, Sidney 2000 y Atenas 2004, participó por Uzbekistán y fue una etapa en la que no consiguió medallas, aunque sí las obtuvo en los Campeonatos Mundiales, donde posee 11. Además, tiene el récord de más medallas individuales ganadas en una misma disciplina, ‘salto’, con 8 preseas en su haber.

En el año 2006, se nacionalizó como alemana para que su hijo, Alisher, de seis años de edad, que padecía leucemia, pudiera recibir un tratamiento adecuado, pero a la vez costoso. En este período se alejó de la gimnasia y se dedicó por completo a cuidar y atender las necesidades de su pequeño.

Con 33 años, cuando ya parecía que podía estar en el fin de su carrera profesional, participó en Beijing 2008, su quinta olimpíada, esta vez representando a Alemania, donde obtuvo la medalla de plata en su especialidad ‘salto’.

En 2009 sufrió una grave lesión en el talón de Aquiles que pudo haber terminado con su carrera aunque, por el contrario, clasificó a los Juegos de Londres 2012, donde ya doblaba en edad a sus competidoras.

En Londres 2012, con 37 años, en la final de ‘salto’ terminó en la quinta posición y los medios de todo el mundo anunciaban que se despedía de la gimnasia de élite, tras haber alcanzado su sexto Juego Olímpico.

En 2013 cambió nuevamente su nacionalidad y volvió a representar a su país.

Y ahora, en Río 2016, Oksana volvió a lucir la bandera de Uzbekistán. La sorprendente atleta fue ovacionada por el público. Participó en dos pruebas: viga de equilibrio y salto. En esta última logró clasificarse a la final, el domingo 14 de agosto, donde buscará alcanzar una hazaña más, alzarse con una nueva medalla, la tercera, después de las obtenidas en Barcelona y Beijing.

 

“Realmente amo el deporte, amo complacer al público. Amo salir y actuar para el público y para los aficionados», dijo Chusovitina en las preliminares y agregó “¡Cuando compito (…) si dieran algunos puntos más por edad sería genial!».

Fuente: Clarin

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