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Amigos y guías de cuatro patas

Se entregaron los primeros perros de asistencia nacidos y entrenados en nuestro país

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Los primeros seis perros guía y de asistencia nacidos, criados y entrenados en Uruguay fueron entregados ayer a sus nuevas familias, en un acto celebrado en la sede del BPS. Anuk, Atila, Ambar, Ada, Balú y Bambú pasarán ahora a guiar a tres personas con discapacidad visual y a asistir a otros tres niños con trastorno del espectro autista.

Todos ellos nacieron y fueron entrenados en la primera escuela de perros guías del Uruguay, impulsada por la Fundación de Apoyo y Promoción del Perro de Asistencia (Fundappas)

Mauro Sghezzi tiene 26 años y hace once que perdió la visión. El alto grado de miopía que tenía en su infancia hizo que la retina se desprendiera cuando tenía 9 años, y a pesar de las múltiples operaciones para mantener la visión, a los 15 «el ojo ganó la batalla» y nunca más volvió a ver. «Lo único que percibo son algunos matices de luces», cuenta el joven.

Hace 5 años comenzó los trámites para tener a su perro guía. En ese entonces la Fundappas había traído tres perros guía desde España y había hecho un llamado para aquellas personas no videntes que quisieran tener uno. Él se presentó pero no fue seleccionado, y desde ese entonces se mantuvo en contacto con la fundación, hasta que este año fue una de las tres personas elegidas para recibir uno de los primeros perros guías nacidos y entrenados en el país.

A pesar de que la entrega oficial se realizó ayer, Mauro ya tiene a su nueva compañera, llamada Ada, desde hace poco más de una semana. «Estamos en plena etapa de instrucción, por lo que estamos recién aprendiendo, pero ya se nota el cambio cuando nos trasladamos por la calle. La movilidad se hace mucho más fácil en todos los aspectos y me siento más seguro», explicó. Según cuenta, además de ser sus ojos y de ayudar a moverse mejor por los lugares, la perra pasó a ser «un apoyo y una compañía» para él.

«Se nota el cambio más a nivel emocional sobre todo. Es más que un instrumento de movilidad, es una compañera de vida, que te ayuda en todo sentido: en el tema de vinculación, en lo emocional y en la movilidad», explicó el joven.

Jubilada.

Sunnee se transformó en la primera perra guía jubilada del Uruguay. Llegó al país hace 8 años desde Estados Unidos para ser los ojos de Alberto Calcagno, el creador de Fundappas. El hombre había perdido la visión en el año 2003 y cuando comenzó a buscar un perro guía en el país, se encontró con que no solo no había ese tipo de perros, sino que no había ni siquiera nadie capacitado para entrenarlos. Eso fue lo que lo impulsó a crear la primera escuela dedicada a entrenar a perros lazarillos.

Ayer, Calcagno decidió que ya era hora de «jubilar» a su compañera luego de 8 años de trabajo y decidió dejársela a su hijo como mascota. «Se merecía tener un descanso, un retiro, acompañada por nuestra familia», indicó el hombre.

A cambio, se le entregó otro perro guía, en este caso un macho llamado Bambú. «Recién estamos en la parte de acoplamiento, porque hay alguna diferencia entre uno y otro. Este es un macho y se mueve mucho más rápido que Sunnee. Pero yo creo que en 6 meses ya vamos a estar perfectamente acoplados», indicó Calcagno.

El tercer no vidente beneficiado fue Daniel Luzardo, que desde hace dos semanas está siendo guiado por Balú y ya comenzó a ver los cambios. «Ha sido muy positivo. Vas aprendiendo día a día cosas con él y las ventajas que significa su compañía. Te ayuda a sortear los obstáculos que se presentan en la calle», expresó el hombre.

Requerimiento.

Entre los requisitos que debían cumplir las personas para poder disponer de un perro guía era tener buena ubicación y orientación. «El hecho de que la persona pueda ser autónoma y manejarse con el bastón de forma eficiente, es muy importante. Una persona que no se puede movilizar por su cuenta en la calle es imposible que pueda orientar también al perro, ya que es la persona la que debe darle las indicaciones al animal de hacia dónde quiere ir», expresó Mauro.

El segundo aspecto importante que se toma en cuenta «es tener un hogar apropiado para criar al perro y poder solventar los gastos que requiere mantener al animal». Y por último, tener tiempo para dedicarle y actividades que justifiquen tener un perro guía: «Si nos manejamos bien y tenemos buena ubicación pero estamos todo el día en casa sin hacer mucho, no tiene sentido», puntualizó el hombre. En su caso trabaja como funcionario en el BPS en el área de prestaciones sociales, es psicólogo y actualmente es el secretario general de la Unión de Ciegos del Uruguay.

Niños autistas.

Ayer se hizo entrega también de los primeros tres perros asistentes para niños que tienen autismo. En ese caso, su función consiste en darle seguridad y confianza al niño y brindarle compañía. «Estos perros cumplen una función educativa-terapéutica viviendo con su usuario, posibilitándole mayor autonomía personal, mejor acceso al espacio público y a convivir en sociedad», expresaron desde Fundappas.

Desde agosto, Tomás cuenta con la compañía de Atila. Según explica su madre, el proceso de acercamiento fue lento. «Al principio le tenía miedo, pero cuando empezaron a fortalecer el vínculo no se separaron más. Ahora le habla y le dice varias frases», contó la madre.

Proceso.

Antes de culminar el entrenamiento y pasar a su familia definitiva, los seis perros debieron cumplir varias etapas. A los dos meses de nacidos, los cachorros fueron entregados a las familias o personas voluntarias que se encargarían de socializarlos durante un año. Eso significaba llevarlos a los lugares donde podían ir luego los no videntes.

Debían caminar por la ciudad, visitar espacios con mucho público como shoppings, plazas, ferias, supermercados o restaurantes, y viajar en transporte público, recorrer oficinas, cines, y espacios de trabajo.

Al término de ese año, los cachorros retornan a las escuelas para comenzar su entrenamiento. Lleva entre 4 y 6 meses adiestrar un perro guía, y entre unas 3 y 4 semanas en realizar el acoplamiento.

Exigen test de leishmaniasis en el ingreso de perros por la frontera

Tras 2 años de insistencia de parte de la oposición, el Ministerio de Ganadería resolvió exigir un test serológico a los perros que ingresan al país provenientes de territorios con leishmaniasis endémica. Este estudio está homologado por la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal, por sus siglas en inglés).

La medida venía siendo reclamada desde los ámbitos académicos a partir del año 2010, cuando el país fue declarado “vulnerable”. Según informó a El País el diputado suplente del Partido Nacional Gastón Cossia, “llegó 6 años después, cuando los focos se extienden por los departamentos de Salto y Artigas”.

“Es importante recordar que Paraguay, Argentina, Brasil y España, entre otros, tienen leishmaniasis endémica”, dijo el legislador, quien es además veterinario. “Se adujo que existían limitaciones en las reglamentaciones del Mercosur, pero la reciente resolución demuestra que no había ningún obstáculo y la omisión sanitaria cometida”, sostuvo Cossia.

Proceso de selección de los perros lazarillos

A la hora de seleccionar los dos perros reproductores, se tiene en cuenta su carácter, su temperamento y su conformación ósea: se comprueba que estén libres de displasia de caderas y codos, y se le realizan controles oftalmológicos.

Cuando nacen los cachorros, se les hace un seguimiento permanente y se selecciona a aquellos que hayan demostrando mejores atributos para ser un perro guía o de asistencia. Una vez que termina el entrenamiento, los perros son entregados a sus familias definitivas sin ningún costo.

Fuente: El Pais

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